A nadie le gusta trabajar el día de su cumpleaños. Y menos cuando toca una cifra importante, como un cambio de década, que merece una celebración a lo grande. Sin embargo, Keylor Navas salía sonriente de su jornada laboral de este 15 de diciembre, a pesar de ser su 30º aniversario.

“Estoy muy feliz y muy contento. ¡Qué mejor regalo me podían hacer mis compañeros que la victoria en este partido!”, decía el portero costarricense mientras agradecía a todo el que le gritaba un ¡Feliz Cumpleaños, mae! en el estadio internacional de Yokohama.

La victoria por 0-2 ante el Club América mexicano le dio al Real Madrid el pase a la final de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA Japón 2016. “Fue una bonita forma de celebración”, decía el cumpleañero, todo sonrisas.

El arquero tico no tuvo demasiado trabajo en los 90 minutos. Los delanteros americanistas probaron su reflejos tímidamente, porque al área de Keylor es difícil llegar… Aun así, el equipo de Zinedine Zidane tuvo que trabajar duro para abrir el marcador. Y los goles llegaron en el 45+2 y el 93+2. Ya se está convirtiendo en costumbre que los tantos merengues se hagan esperar…

“Fue un partido difícil, muy trabajado porque no se encontraban espacios en su planteamiento”, justificaba Keylor. “Pero fuimos pacientes, no perdimos el orden y logramos ganarlo”.

Éste es el tercer Mundial de Clubes en la carrera de Navas. Siendo una joven promesa viajó con el Deportivo Saprissa costarricense a la edición de 2005, pero no llegó a entrar en juego. Allí el Monstruo Morado terminó tercero. Tampoco se puso bajo los palos en su siguiente incursión, en Marruecos 2014, donde se colgó la medalla de campeón siendo suplente de Iker Casillas. Ahora, por fin, en la edición de Japón 2016, Keylor ha cumplido su sueño de participar en esta competición tan especial.

“Estoy contento”, asegura, “porque es un privilegio jugar en este club y ojalá puede llevarme un regalo mayor, el título de campeón del mundo”, apuntaba ambicioso mientras enfilaba rumbo al hotel abrazado con Marcelo y James Rodríguez. Seguro que alguna sorpresita le tenían preparada...