lunes 29 mayo 2017, 02:56

Córdova, cuando la desgracia es una oportunidad

  • Sergio Córdova, 19 años, es el goleador del torneo con 4 tantos

  • Llegó falto de confianza al Mundial pero el debut ante Alemania lo catapultó

  • En 2016 sufrió una grave lesión: "Me hice mejor jugador". 

Julio de 2016 fue un mes horrible para Sergio Córdova. El siguiente, también. Septiembre no fue menos y octubre siguió igual de oscuro. El goleador de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA se había roto el quinto metatarsiano del pie izquierdo. Se había operado. El dolor seguía pese a que ya debía estar bien. Pero hasta los peores momentos son también una oportunidad. Y La Pantera la abrazó para hacerse adulto.

"Me costó mucho recuperarme pero la lesión me hizo mejorar increíblemente", le cuenta a FIFA.com echado mansamente en un sillón, la imagen opuesta a la explosividad que dentro del campo lo hace, con 19 años, una de las revelaciones de República de Corea 2017.

"Me hizo entender más el juego, me hizo futbolísticamente saber más mañas, más cosas. Afuera te pones a reflexionar por qué te pasa eso y me hice mejor jugador. Antes me gustaba agarrar la pelota y a correr solo. Ahora no, me gusta asociarme más, entender más el juego, el orden táctico, hacerle caso al profe. A eso yo lo llamo madurar".

Ese sentido colectivo está siendo decisivo para que Córdova esté siendo la peor pesadilla de las defensas y Venezuela la selección con más goles a favor -y cero en contra- de la primera fase. "Primero nos preocupamos por el orden táctico y luego nos soltamos a jugar, algo que podemos hacer porque tenemos una gran plantilla y lo hemos demostrado".

Soltarse a jugar es abrirle las gateras a Sergio y a Adalberto Peñaranda para que lastimen por las bandas, a Ronaldo Peña para que pivotee y cree espacios y a Yeferson Soteldo para que imagine. Un póker letal en la primera ronda que es inseparable fuera.

"Nos caracteriza la velocidad, somos todos muy rápidos. Cada quien en su posición ha entendido bien el juego y eso nos da nuestra fortaleza en ataque. La unión es fundamental también. Siempre estamos sentados en el asiento de atrás y bromeamos, nos reímos. Se creó una amistad y la reflejamos dentro del campo".

Córdova, 188cm de fibra felina, parece tener su principal virtud en la mentalidad. Debutó con gol en el Caracas FC en 2015 gracias a la regla que impone la FVF: ¿Hay Sudamericano y Mundial Sub-20 en 2017? Desde 2015 los equipos tienen la obligación de tener un jugador en cancha y otro en la banca de las categorías '97, '98 o '99.

Allí se para de centrodelantero, no abierto por derecha, y esta temporada jugó apenas 186 minutos. "No voy a mentir, no llegaba en mi mejor momento mentalmente". Para el debut con Alemania estaba enfocado, listo a abrazarse a una nueva oportunidad: "Te pones a ver los entornos y ves que.. ¡guau! ¡Estás en un Mundial!. No era momento de regalar nada. Los 21 tenemos que dar lo mejor para representar a mi país, a mis compañeros, a mi familia y a mi pueblo para llegar a lo más alto. De ahí me agarro para soñar".

El gol que convirtió y su gran actuación fueron "un impulso para recuperar la confianza". Se viene Japón en octavos y Córdova sólo piensa en que nada lo distraiga porque "el fútbol son momentos, todo lo que sube, baja. Por eso uno de mis principios en mantener los pies sobre la tierra".

También en llegar al vestuario y que en el móvil aparezca un remitente, Rafael Castrillo, su técnico en Calabozo. "Es un pueblo muy humilde. Ahí hablamos de acordarme de dónde es uno y el profe siempre está pendiente. Me manda mensajes y para mí es especial. Me llena de motivación".