viernes 18 agosto 2017, 08:54

De una derrota a ser la selección más ganadora

  • La selección femenina de EE.UU. jugó su primer partido el 18 de agosto de 1985

  • Es la nación más laureada en la historia de los Mundiales femeninos

  • Las Barras y Estrellas han ganado 4 oros olímpicos (otro récord)

A pesar de gozar de una historia tan exitosa, el primer partido internacional de la selección femenina de Estados Unidos, el 18 de agosto de 1985, no fue precisamente memorable. ¿El resultado? Italia 1-0 Estados Unidos.

El difunto Mike Ryan llevó a su equipo hasta Jesolo, en la costa nororiental de Italia, para disputar un torneo cuadrangular, el Mundialito. Y aunque ese 1-0 pueda parecer un simple resultado futbolístico más, marcó el comienzo de una de las dinastías más gloriosas del fútbol femenino.

En el 32º aniversario de aquel primer encuentro de la selección femenina de Estados Unidos, FIFA.com recuerda 5 de los momentos más memorables de sus tres décadas largas de historia.

Campeona del primer Mundial Femenino Sólo 6 años después de empezar a foguearse en la escena internacional en aquel ‘Mundialito’, Estados Unidos hizo historia a miles de kilómetros de allí, en la RP China, y se trajo a casa el trofeo de su hermana mayor: la Copa Mundial Femenina de la FIFA. Doce países participaron en aquella primera edición, celebrada del 16 al 30 de noviembre de 1991. La selección estadounidense de Anson Dorrance, liderada por Michelle Akers, April Heinrichs y Carin Jennings, derrotó por 2-1 a Noruega en la final en Cantón, ante un público de más de 60.000 espectadores que incluía al mismísimo Pelé.

"Fue un poco decepcionante, porque, cuando llegamos a casa, nadie sabía que habíamos ganado", afirma Kristine Lilly, la jugadora que más veces ha sido internacional con Estados Unidos (354), en una entrevista con FIFATV.

"Volvimos a casa pensando que acabábamos de conquistar el mundo, y allí había sólo un periodista", confirmaba Mia Hamm, líder histórica de asistencias con Estados Unidos (145). Todo eso iba a cambiar conforme el equipo fue acumulando más éxitos, como pudieron comprobar las propias Lilly y Hamm.

Triunfo monumental en casa Tras la decepción de Suecia 1995, donde Estados Unidos ocupó la 3ª plaza, la actuación de las Barras y Estrellas en su propio país dio a este deporte el impulso que necesitaba. El penal convertido por Brandi Chastain que supuso la victoria en la final contra la RP China y la subsiguiente celebración ante 90.000 espectadores en el Rose Bowl fue ese momento emblemático que estaba esperando el fútbol femenino.

El ‘milagro de Dresde’ Los dos siguientes Mundiales se los adjudicaron las alemanas, por lo que en Alemania 2011, Estados Unidos estaba ansiosa por regresar a lo más alto del podio. De camino a la final, la selección estadounidense de Pia Sundhage acariciaba una eliminación prematura en cuartos de final, pues iba perdiendo por 1-2 contra Brasil en los instantes finales de la prórroga.

Entonces fue cuando Abby Wambach, la máxima artillera de todos los tiempos de la selección (184 goles), salió a la palestra y marcó uno de los tantos más dramáticos en la historia de los Mundiales, al empatar de cabeza en el tiempo añadido y provocar una tanda de penales donde las norteamericanas acabaron noqueando al Brasil de Marta. Su mágico testarazo dotó al equipo de los bríos que necesitaba para catapultarlo hasta la final, donde acabó cayendo ante Japón tras otra tanda de penales.

El cuarto oro de Wembley Un año después de la desilusión en Fráncfort, Estados Unidos se tomó la revancha contra Japón en la final del Torneo Olímpico de Fútbol Femenino Londres 2012. Nada menos que 80.203 espectadores (un récord olímpico) asistieron en Wembley a la gran final del certamen femenino, y pudieron gozar de un espectáculo apasionante. Carli Lloyd marcó un gol en cada periodo para encarrilar el triunfo y dar a Estados Unidos su cuarta medalla de oro olímpica (récord en la historia de la competición).

El legado de Canadá 2015 Tres años después de ese glorioso oro en Wembley, Estados Unidos y Japón volvieron a enfrentarse en la final mundialista de Canadá 2015, en un BC Place lleno hasta la bandera. Una vez más, fue Lloyd quien acaparó los titulares en Vancouver, al firmar un increíble hat trick en el primer tiempo de la final que encarriló la victoria por 5-2 del combinado de Jill Ellis. Sin duda, el gol de Lloyd desde la línea de mediocampo permanecerá grabado mucho tiempo en la memoria de todos los aficionados al fútbol mundial.

Desde que saltaron al césped por primera vez aquel día en Jesolo, las Barras y Estrellas se han convertido en una de las grandes potencias del fútbol femenino y, seguramente, seguirán haciendo historia en el futuro.