jueves 23 febrero 2017, 10:00

La tripleta que cambió la vida a Lineker

  • El momento favorito de Lineker en la Copa del Mundo fue sorprendente

  • Le valió al delantero inglés su pase al Barcelona

  • Pensó que su padre estaba loco por apoyarle para ganar la Bota de Oro

Dado que ganó la Bota de Oro en su primera participación mundialista y llegó a rozar la clasificación para la final en la segunda, sería lógico que Gary Lineker dudase a la hora de elegir su mejor momento de la Copa Mundial de la FIFA™.

Pero el ariete, que estableció un récord de Inglaterra al firmar diez goles en doce partidos del Mundial, no lo piensa ni un segundo al decantarse por el momento que superó a todos los demás. Y, según explica a FIFA.com, es el que capta la imagen que acompaña a este artículo.

“El mejor momento de mis dos Mundiales fue sin duda el partido contra Polonia de 1986, cuando conseguí una tripleta”, afirma Lineker. “No porque fuesen grandes goles —no creo que yo hiciese nunca ningún gran gol—, sino porque llevaba cinco o seis partidos sin marcar con la selección inglesa, así que estaba sometido a una cierta presión, especialmente al tratarse de un torneo tan importante como el Mundial”, recuerda.

“En el apartado personal, el partido de Polonia lo cambió todo para mí. Luego marqué varios goles más y me llevé la Bota de Oro, que a su vez me valió un fichaje por el Barcelona. Así que, si tengo que elegir un solo partido, el mejor fue ése”.

Una apuesta paternal

Lineker contaría más tarde la anécdota de su padre, que antes del torneo apostó por él como futuro máximo goleador, a pesar de que las probabilidades se cifraban en 14 contra 1. “Lo miré como si estuviese loco”, reconocería el legendario exfutbolista inglés.

Y su progenitor parecía destinado a perder su dinero cuando él se quedó sin marcar en los dos primeros partidos de Inglaterra en México: una derrota por 1-0 contra Portugal y un empate a ceros frente a Marruecos. Los medios de comunicación ingleses se mostraban muy críticos, también con el juego del número 10 de los Tres Leones, quien sumaba ocho meses sin ver puerta con la selección.

“La culpa de los malos resultados era tan mía como de cualquiera, y pude haberme quedado fuera del partido de Polonia”, admite el artillero, que entonces militaba en el Everton. “Pero tuve suerte, y me mantuve en el once. Recuerdo que cuando salimos al terreno de juego antes del saque inicial hacía muchísimo calor, volví directamente al túnel. Pero entonces me di cuenta, ¡tenía que jugar el partido! Hacía un calor tan demencial que después de marcar los tres goles me sentí mareado, aunque estaba muy contento. Habíamos evitado lo que hubiera sido una humillación. Estábamos en la segunda fase”.

La diana que se muestra en esta imagen fue la tercera de Lineker. “Me alegré mucho tras marcarla”, declaró a FourFourTwo. “Tenía la corazonada de que iba a superar al portero rival. Controlé con el pecho y enganché una semivolea con la zurda. Entró por alto”.

La Bota de Oro

Esa tripleta sería la antesala de más goles de Lineker en el Mundial. En el siguiente encuentro de Inglaterra, contra Paraguay, anotó otros dos tantos, y luego vendría uno apenas recordado, el de la consolación de los suyos en una eliminatoria de cuartos de final que dominó Diego Armando Maradona, con el que posiblemente sea el doblete más famoso de todos los tiempos.

Aunque el descaro y el brillo de Maradona pusieron fin a la trayectoria de Lineker en el certamen, él ya había hecho lo suficiente para adjudicarse el premio al máximo realizador de México 1986 y protagonizar un fichaje de 2,8 millones de libras por el Barcelona.

“En conjunto, fue una gran experiencia a pesar de cómo quedamos eliminados”, señala. “Ganar la Bota de Oro representó un punto de inflexión en mi carrera. Me cambió la vida. Y mi padre ganó un dinerillo, ¡así que él también se puso muy contento!”.**

¿Sabías que…?

Si conservas, igual que Lineker, gratos recuerdos de México 1986, a buen seguro te gustará la vitrina dedicada a esta edición del Museo del Fútbol Mundial de la FIFA de Zúrich.