Ni el propio Nacho podía imaginar la montaña rusa de emociones que supondría su debut en una Copa Mundial de la FIFA. Ante Portugal, el defensa entraba en el primer once del nuevo seleccionador Fernando Hierro por la lesión de Dani Carvajal. Paradójicamente, terminó convertido en uno de los protagonistas del choque.

Primero le tocó ejercer de villano al propiciar el penal con el que Cristiano Ronaldo adelantó a Portugal. “Son acciones que hay en los partidos y, aunque los defensas estamos expuestos a ellas, tras marcar el gol se me ha pasado un poquito”, admitía con cierto alivio a FIFA después del encuentro.

Porque de villano no tardó en pasar a héroe al anotar, con un derechazo espectacular, el tercer gol que ponía a España en ventaja momentáneamente (Portugal acabaría empatando sobre la hora). Y eso que cuando llegó a Rusia, antes de grabar el vídeo que aparece en los marcadores previo a los partidos, aseguró que él no sabía marcar goles y menos celebrarlos.

Es cierto que no es un especialista goleador. Nacho es un gran central. Por vocación. Y además una persona humilde que hace piña. Después del partido contra Portugal el protagonista fue uno de los doctores del equipo, que cumplía años y Nacho le cantó como el que más: “Somos importantes los que jugamos y los que no jugamos. Los médicos, la gente de prensa…”.

El defensa también habló sobre su nuevo entrenador, Fernando Hierro, y se le dibujó una sonrisa, porque cada vez que se le preguntaba por sus referentes futbolísticos tenía claro que Hierro era uno de ellos: “Yo ya aprendía de Hierro incluso antes de conocerlo. Es un referente y un orgullo estar a sus órdenes”.

Otro de sus referentes es su compañero en el Real Madrid y la selección, Sergio Ramos. Nacho insistía en que nunca deja de aprender a su lado: “Está marcando una época, ojalá algún día pueda conseguir todo lo que él está consiguiendo”.

El madrileño es un ejemplo claro de cómo puedes conseguir lo que te propongas a pesar de las adversidades. A los 12 años le diagnosticaron diabetes y le dijeron que no podría seguir jugando al fútbol.

“Fueron los peores días de mi vida”. Afortunadamente obtuvo una segunda opinión y consiguió cumplir lo que siempre había querido e incluso lo que ni siquiera se imaginaba: marcar su primer gol con la selección española en su debut en un Mundial.

Primer once, primer gol y primer punto para seguir el camino hacia la segunda estrella.