lunes 05 marzo 2018, 10:44

Volver a tener una vida normal gracias al fútbol

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  • El fútbol cambió para siempre la vida de Warshan Hussin

  • En 2003 huyó de la guerra de Irak con su familia

  • "Deseo un mundo donde no haya guerras, conflictos ni racismo"

Ninguna persona, independientemente de su edad, debería pasar por lo que pasó el iraquí Warshan Hussin siendo todavía un niño. A principios de 2003, el conflicto en su país natal se agudizó de forma dramática, y en marzo de ese mismo año estalló la guerra de Irak.

"Lo que más me gustaba era jugar al fútbol con mis hermanos mayores y unos amigos. Todo era perfecto. Tenía una vida sencilla. Hasta que llegó aquel día de marzo de 2003, cuando comenzó la guerra entre Irak y Estados Unidos", cuenta Hussin, de 21 años, en una sesión de debate en la Conferencia de la FIFA para la Igualdad y la Inclusión.

"Mi mundo se vino abajo. Recuerdo que lo más difícil era ir al colegio. Teníamos que cruzar una calle para llegar hasta allí, pero la vigilaba un francotirador estadounidense que disparaba, literalmente, a todo lo que se movía. No teníamos más remedio que cruzar esa calle, y a mí me daba mucho miedo. Me despedía de mis padres cada día, porque no sabía si volvería a casa. Pero nada de aquello es comparable a cuando secuestraron a mi padre. Eso sí que fue horrible".

Lo torturaron durante 20 días. Después, se reunió con su familia y tomó una decisión que cambiaría para siempre la vida de Hussin: iban a huir de Irak. La familia pasó cuatro años en Siria antes de emprender su viaje hasta Baltimore. Hussin apenas tenía 12 años.

Cuando llegó a Estados Unidos, Hussin ingresó en Soccer Without Borders (SWB - Fútbol sin fronteras), y participó durante seis años en un programa de esta organización que le cambió la vida notablemente.

¿Qué es Soccer Without Borders? La organización Soccer Without Borders (SWB) emplea el fútbol como medio para transmitir confianza a los refugiados más jóvenes y contribuir a su integración. SWB trabaja con jóvenes de más de 60 países cuyas familias han huido de algunos de los peores conflictos del planeta. Casi 30 millones de niños han tenido que abandonar su país natal. El terreno de juego es uno de los pocos lugares donde se sienten seguros. Los programas de SWB combaten las complejas barreras a las que se enfrentan los refugiados, y les aportan las herramientas y confianza necesarias para superar las dificultades y desarrollar todo el potencial que llevan dentro.

De no tener nada a tener todo Hussin le está especialmente agradecido a una persona: "Mi entrenadora y toda la gente que trabajaba en aquel entonces en Soccer Without Borders eran profesores con título universitario. Yo los admiraba y eran mi ejemplo a seguir, sobre todo mi entrenadora. Tener a alguien a mi lado con quien poder hablar cada día, de quien aprender cada día y ver cómo lidiaba con la presión fue, sencillamente, increíble", cuenta en su entrevista con FIFA.com.

"Tenía nada menos que 40 niños a su cargo y sólo un balón. Recorría cada día el largo trayecto que separaba su casa del hogar de refugiados. El fundador de SWB se puso en contacto con ella y le dijo: 'Oye, hay muchos refugiados en Baltimore. ¿Te gustaría formar un equipo de fútbol?'. 'Claro que sí', respondió ella".

"Recuerdo que llegaba con su moto y una mochila. Dentro iba la pelota. Ahora tenemos centenares de balones y los donamos a otras organizaciones. Es alucinante ver cómo hemos conseguido pasar de no tener nada a tener de todo".

Y lo mismo le ha ocurrido a él. Durante su etapa en SWB, Hussin desarrolló su capacidad de liderazgo, y le nombraron capitán del equipo de SWB y del equipo de su instituto. En 2015 completó sus estudios en el instituto Digital Harbor con matrícula de honor. Ahora ha regresado como voluntario a la organización que tanto le ayudó para darle algo a cambio.

"Deseo un mundo donde no haya guerras, conflictos ni racismo. Mi sueño es ayudar a las personas y darles esperanza. Quiero ver sonreír a la gente. Ver una sonrisa en su rostro lo es todo para mí".

El fútbol le ayudará a hacer realidad su sueño, porque es un deporte que tiene el poder de "unir a las personas simplemente por la pasión y el amor que sienten por él".