lunes 01 octubre 2018, 10:47

El hogar en el que se hacen fuertes los leones

  • St George’s Park, catalizador del éxito de las selecciones

  • El nuevo centro del fútbol inglés se inauguró en 2012

  • Su director técnico cree que están “llamando a las puertas del éxito”

Los 15 últimos meses han sido muy especiales para los seguidores ingleses. En junio de 2017 su país conquistó la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA, y sus combinados nacionales han alcanzado las semifinales de todos los torneos de selecciones de la FIFA celebrados desde entonces.

Han añadido dos títulos a su palmarés —al ganar también la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA—, logrado una medalla de bronce en la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA y obtenido su mejor puesto en una Copa Mundial de la FIFA™ desde 1990, por lo que pueden sentirse muy orgullosos de su trayectoria.

Además, la selección femenina absoluta clasificó para las semifinales del Campeonato Femenino de la UEFA y los sub-19 levantaron el trofeo de campeones de Europa el año pasado.

“Estamos muy satisfechos”, afirma en declaraciones a FIFA.com Dan Ashworth, Director Técnico de la Federación Inglesa desde 2013, quien a finales de este año pasará a desempeñar ese mismo cargo en el Brighton and Hove Albion, club de la Premier League.

En su opinión, hay un factor que destaca dentro de este aluvión de éxitos en las fases finales. “Creo que el catalizador de todo ello ha sido St George’s Park”.

De ser así, no cabe duda de que apostar por este centro técnico de 105 millones de libras, inaugurado en 2012, ha resultado un verdadero acierto. Si incluimos la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2015™, los tres últimos años han deparado cinco semifinales mundialistas, por solo una en los veinte anteriores.

“Ahora podemos reunir a todas las selecciones al mismo tiempo, eso propicia los intercambios entre los jugadores, entre los entrenadores, entre las categorías masculinas y femeninas y los equipos de formación de los técnicos”, afirma Ashworth. De este modo se consigue un progreso más rápido en todos los ámbitos.

Vídeo: Inglaterra, campeona de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA

Esto entraña importantes ventajas para las selecciones masculinas y femeninas —los cuadros ingleses figuran en el sexto y el tercer puesto respectivamente de la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola—, al poder utilizar las mismas instalaciones y tener acceso a estrategias y enfoques similares, siempre que resulte posible.

“Somos conscientes de que hay algunas diferencias entre las dos secciones”, apunta Ashworth. “Pero hacemos todo lo posible para proporcionarles las mismas oportunidades, el mismo nivel en lo que respecta a entrenamiento, partidos, programas y selecciones nacionales”.

Todos los esfuerzos están enfocados a coronar cumbres en el más alto nivel. “En última instancia, se trata de que triunfen las selecciones absolutas. Queremos ser campeones del mundo y/o de Europa en las categorías masculina y femenina”, advierte. Así pues, un elemento fundamental del proyecto es garantizar que los futbolistas estén expuestos a gran variedad de experiencias.

Los torneos son importantísimos por las oportunidades de aprendizaje que brindan, pero preparar a los equipos para afrontarlos también ha sido clave, enviando grupos a Estados Unidos y Brasil para observar a los rivales con los que pueden cruzarse en las fases finales. Y si bien siempre se han fijado la clasificación como objetivo de obligado cumplimiento, las exigencias en las propias competiciones no han sido absolutas.

Vídeo: Inglaterra, medalla de bronce en Canadá 2015.

“Lo que no ha habido es la necesidad de alcanzar un número determinado de semifinales, finales, medallas o trofeos”, admite Ashworth. Lo principal es siempre acumular experiencia. “Si llegamos a las semifinales de una Eurocopa sub-17 y perdemos contra España en los penales, eso es una experiencia de aprendizaje muy positiva para los jugadores”.

Así lo reveló el propio seleccionador Paul Simpson después de ganar el título sub-20, con una frase que lo dice todo: “Si hubiésemos podido escribir un guion perfecto, habría sido con tanda de penales, y la ganaríamos nosotros”.

“Queremos que vivan los partidos ‘de todo o nada’ como les llamamos”, continúa Ashworth. “Ganar en los penales, perder en los penales, entender lo que hace falta para superar una liguilla, para conseguir una clasificación. Consideramos que todas esas cosas eran muy importantes”.

Y, ahora, una vez que se han ido superando una a una muchas de esas metas en el fútbol masculino y femenino, está convencido de que el éxito definitivo que se les ha escapado puede encontrarse al fin a su alcance.

“Estamos llamando a las puertas. Creo que las estadísticas indican que los equipos primero tienen que hacer eso, no hay muchos que surjan de la nada y pasen a ganar en la categoría absoluta”.

Francia siguió esa trayectoria gradual, imponiéndose primero en el Mundial sub-20 y luego llegando a rozar el triunfo en la UEFA EURO 2016 —perdió en la final— antes de ganar en Rusia.

“A mí me da muchas esperanzas, y es posible que tengamos que hacerlo en uno o dos torneos más, pero en lo que respecta a la categoría absoluta lo que queremos es subir al podio”, concluye.