martes 13 diciembre 2016, 01:52

Aguilar, un alumno aplicado

“Hay inquietud, ansiedad, pero también mucho deseo, emoción y ganas”. Ése es el cóctel de emociones que siente Felipe Aguilar en la previa del debut del Atlético Nacional en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA Japón 2016™.

El miércoles 14 de diciembre, se enfrentarán en el estadio ciudad de Suita de Osaka al Kashima Antlers y el Profe Reinaldo Rueda ya les ha dado una minuciosa lección sobre su rival japonés, el campeón de la J-League que eliminó de la carrera mundial al Auckland City y el Mamelodi Sundowns.

Aguilar, que es un alumno aplicado, ha tomado buena nota. “Son un equipo con mucha intensidad, ordenados, fuertes en el contragolpe y nos presentarán un partido muy físico. Juegan con un 4-4-2 muy definido con líneas de presión y se repliegan muy bien”, analiza.

El espigado defensa de 1,91 metros de altura también ha asimilado cuáles son las herramientas que debe utilizar el equipo verdolaga para frenar a la escuadra nipona. “Debemos bajarle intensidad al encuentro, estar muy concentrados y evitar que tengan el balón. Si les atacamos mucho por bandas, puede ser incómodo para ellos”, apunta.

A sus 23 años, Felipe ya no es una promesa del fútbol, sino una realidad sólida. Creció en el Atlético Nacional y, tras tres años compitiendo con Alianza Petrolera, regresó al Verde para vivir uno de los años más memorables de la historia del club. Su juventud no fue obstáculo para que ocupara con solvencia el hueco que dejó uno de los fijos, Óscar Murillo, tras su salida al Pachuca mexicano.

Pero en aquellos tres años lejos de Nacional, Aguilar ha hecho mucho más que pulir su técnica, mejorar su juego aéreo y ganar habilidad en el cierre. “Llevo tres años estudiando empresas”, nos explica. Y justo antes de alistarse a la concentración del equipo para viajar a Japón le tocó presentarse a un examen. “¡Lo gané!”, dice con una sonrisa de orgullo. Casi parece atípico que un jugador de elite dedique tiempo a los libros. Pero Aguilar lo tiene claro. “La vida del futbolista es corta y uno tiene que prepararse para después. Buscar un proyecto de vida. Me gustaría llegar a ser directivo y para eso me preparo”.

Pero no se equivoquen con este muchacho, que ya fue campeón sudamericano sub-20 y partició en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Turquía 2013. Al ganador de la Copa Libertadores 2016 todavía le queda cuerda para rato y no se le han agotado los retos sobre la cancha. “En el fútbol mi sueño es seguir haciendo historia con el Atlético Nacional, tal vez llegar a jugar en Europa y jugar un Mundial con la selección”.

De momento, representa a Colombia en otra competición FIFA, a nivel de clubes, “con muchas ganas de competir”. Y el primer objetivo lo tiene claro. “Llegar a la final que todos soñamos”. Y una vez allí, tiene otra ilusión. “Mi ídolo es Sergio Ramos. Me gusta mucho su estilo, me fijo en él. Sería muy importante poder verlo en la final”.