El Real Madrid se impuso por 3-1 al Liverpool en la final de la Liga de Campeones de la UEFA 2017/18 disputada en el estadio Olimpiyskiy de Kiev, Ucrania, el sábado 26 de mayo, y se coronó campeón de Europa por 13ª vez en su historia.

El equipo madridista será el representante de Europa, por tercer año consecutivo, en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, que se disputa en EAU del 12 al 22 de diciembre.

Los Red arrinconaron al Real Madrid en la primera media hora. Tuvo más y mejor la pelota y dispuso de las mejores ocasiones, pero Keylor Navas se mostró intratable. Los merengues perdían el balón con demasiada facilidad en el centro del campo y sufría por la presión arriba del Liverpool.

Pero la lesión en un hombro de Mo Salah, rebajó el ritmo trepidante de su equipo. El cambio obligado de su jugador dejó en shock al equipo y permitió que el Real Madrid tomase aire y empezase a acercarse con más peligro al área rival. Desafortunadamente, también los blancos perdían a un jugador por lesión, Dani Carvajal poco antes del descanso.

Un error Karius puso en bandeja el primer gol. El arquero llegó a atrapar el pase largo de Kross antes de Benzema pero en un fallo de concentración puso el balón en juego sin darse cuenta de la cercanía del francés, que con oportunismo y picardía, abrió el marcador.

Poco duró la alegría madridista, porque enseguida, en un saque de esquina Mané equilibró la contienda.

Las fuerzas se equilibraron y las ocasiones también. Y el cambio de Zinedine Zidane fue clave. Bale, a los tres minutos de entrar en sustitución de Isco, se sacó una chilena de la chistera inalcanzable para Karius.

El galés certificó la victoria con un disparo fortísimo desde más de 25 metros que el arquero del Liverpool no pudo despejar de puños.