El Kashima Antlers y Brasil se hallan unidos por una conexión especial. El “espíritu de Zico” —los valores que infundió en el club este astro tres veces mundialista desde su llegada en 1991— sigue estando muy presente. El propio exjugador y exentrenador ejerce ahora de director técnico del conjunto japonés.

Con la excepción del título de liga conquistado a las órdenes de Masatada Ishii en 2016, los siete trofeos anteriores del Kashima en la J.League llegaron con preparadores brasileños.

Si nos fijamos en las camisetas del Kashima colgadas en el vestuario un día de partido en EAU, veremos situados de forma consecutiva los dorsales de tres brasileños, Serginho, Leandro y Leo Silva. La influencia del país sudamericano en el club continúa siendo muy fuerte.

“Los brasileños tenemos mucho que agradecerle al Kashima”, asegura a FIFA.com Hugo Leonardo Silva, más conocido como Leo Silva. “En primer lugar, por la oportunidad de traernos aquí, al Mundial de Clubes. Nos tratan muy bien. Tenemos el cariño y el respeto del club y de la gente. Todo esto hace que nos sintamos como en casa”, señala.

“Este equipo lleva ya mucho tiempo teniendo un sabor brasileño. Gran parte de la culpa es de Zico, por su historia en el club, y todavía más con la presencia que tiene ahora. La presencia de Zico es muy importante para el equipo. Impone mucho respeto entre todos los jugadores, los japoneses y los extranjeros, y nos sirve de gran ayuda”.

Leo Silva, de 32 años y que actúa en la posición de volante, empezó su carrera en el Cruzeiro, y vistió los colores de Ipatinga, Botafogo, Americana y Portuguesa antes de dar el salto a Japón en 2013. El año pasado fichó por el Kashima y conquistó la Liga de Campeones de la AFC, para disputar ahora su primer torneo global, el Mundial de Clubes.

Después de vencer en la segunda ronda a Chivas, Silva pudo cruzarse con sus compatriotas Marcelo y Casemiro el miércoles en Abu Dhabi, en la contienda en la que el Kashima cayó por 3-1 en semifinales ante el Real Madrid.

“Cuando terminó el partido, Marcelo, Casemiro y yo charlamos un poco amigablemente, nos deseamos suerte de cara al futuro”, revela Leo Silva. “Son dos jugadores de la máxima calidad, y los respeto, aunque dentro de la cancha intentamos complicarles las cosas lo máximo posible”.

“Ya sabíamos que el partido contra el Real Madrid iba a ser complicado”, añade. “Pero lo que nos llevamos es haberlo intentado, luchamos, y al final, lamentablemente, hay que aceptar que perdimos contra un gran equipo”.

La derrota del miércoles frente a los Merengues significa que el Kashima se verá ahora las caras en el duelo por el tercer puesto con River Plate, campeón de la Copa Libertadores, que fue eliminado por el Al Ain en los penales.

El equipo finalista de Japón 2016 aspira a volver a estar en el podio al término de un encuentro que presenta un escenario sumamente interesante para Leo Silva y los demás sudamericanos del Kashima: la rivalidad Brasil-Argentina. “Todavía podemos aspirar a algo especial, y tener una buena despedida. Creo que este equipo merece ser tercero, y vamos a pelear por eso”, advierte.