martes 24 noviembre 2020, 05:02

Las claves del triunfo en la Final del Siglo

  • Dos grandes del fútbol egipcio se cruzan en la final de la Liga de Campeones de la CAF

  • Analizamos las posibles claves de la victoria para el Al Ahly y el Zamalek

  • Nos fijamos en sus respectivas fortalezas y su trayectoria rumbo a la final

Después de que llegase a contemplarse su cancelación debido a la pandemia de coronavirus, la Liga de Campeones de la CAF 2020 terminará por fin este viernes, aunque a puerta cerrada. La decisión de concluir el principal torneo continental sin público había suscitado el temor de que surgiesen complicaciones considerables y perdiese toda su repercusión.

No obstante, ese miedo resultó ser infundado, y la revitalizada prueba nos deparará una final sumamente interesante. Por primera vez, se jugará a partido único, y la protagonizarán dos grandes del fútbol egipcio, Al Ahly y Zamalek.

Si bien acumulan 13 títulos de la Copa de Campeones/Liga de Campeones africana entre ambos (Al Ahly encabeza el palmarés con ocho y Zamalek es segundo con cinco), nunca antes se habían cruzado en el choque por el título, al que ya se ha llamado “la Final del Siglo”.

El duelo de rivalidad local cairota es famoso en todo del globo, de modo que el prestigio y atractivo de esta contienda son indiscutibles. Y ahora se le añade que hay en juego un título de la Liga de Campeones y el honor de representar a África el próximo mes de febrero en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA Catar 2020™.

FIFA.com repasa la trayectoria de ambos equipos hasta la final continental y examina las claves que podrían decidirla para cada uno.

La fortaleza ofensiva

Ambos conjuntos son conocidos por su mordiente, como ha vuelto a quedar de manifiesto en este torneo, con unos registros anotadores envidiables.

El Al Ahly suma 34 goles hasta la fecha, distribuidos entre 14 jugadores. 19 se produjeron en las rondas preliminares, siete en la fase de grupos y ocho en las de eliminatoria. Ya que la mayoría de sus hombres muestran predisposición para el ataque, todas las demarcaciones han contribuido al juego ofensivo, excepto la de guardameta.

La punta de lanza del Al Ahly es Hussein el Shahat (seis tantos), que suele actuar en el extremo derecho y lleva tanto peligro en los disparos como a la hora de desubicar a las defensas contrarias.

El tunecino Ali Maaloul desempeña asimismo una función importante en la creación y materialización de los goles. Aunque su posición teórica sea la de lateral izquierdo, ya ha visto puerta cuatro veces y lo más habitual es encontrarlo en el tercio superior de la cancha, donde destaca especialmente en los centros y las acciones a balón parado.

En cuanto al Zamalek, sus 28 realizaciones (15 en las rondas previas, cinco en la liguilla y ocho en las fases de eliminatoria) han sido obra de 10 jugadores, la mayoría de los cuales ocupan puestos de ataque. La especial eficacia de sus atacantes y extremos ha permitido al delantero centro Mostafa Mohamed aportar ocho tantos a ese registro y al extremo izquierdo marroquí Achraf Bencharki siete.

El dinamismo en el mediocampo

Las dos formaciones disponen de mediocampos muy polivalentes, capaces de orientarse a la defensa, la elaboración del juego, llevar peligro arriba e incluso marcar, según la situación lo requiera. El Al Ahly depende fundamentalmente de tres hombres, Amr el Solia (12 partidos), el maliense Aliou Dieng (11) y Mohamed Magdy “Afsha” (9). Su capacidad para hilvanar el juego y lanzar ataques los convierte en un pilar básico del esquema de los Diablos Rojos.

Habilitar directamente a los delanteros es un componente de las veloces transiciones con las que sorprende de forma constante a sus adversarios: uno o dos pases de El Solia o Dieng suelen bastar para que el Al Ahly pase de un área a otra. El impredecible Mohamed Magdy tiende a situarse más arriba para explotar los espacios, valiéndose de su gran habilidad para romper las líneas contrarias, tirar a puerta y dar asistencias.

El mediocampo del Zamalek es igualmente importante y capaz, y en él destacan principalmente dos hombres, que han jugado diez partidos en esta edición del torneo. Tarek Hamed es un volante defensivo experimentado e infatigable, a menudo el primero en interceptar las incursiones rivales y muchas veces una inspiración para sus compañeros por su espíritu de lucha y tenacidad para recuperar la posesión del esférico.

El tunecino Ferjani Sassi, en cambio, es el encargado de llevar la batuta como organizador en la línea medular, con una precisión y habilidad exquisitas. Su enorme visión de juego y su capacidad para desplazar rápidamente la pelota de la defensa al ataque son fascinantes, y le permiten eludir ágilmente a los rivales y abrir las defensas del oponente con un mínimo contacto físico.

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Los arqueros

A pesar de la calidad de sus respectivas retaguardias, que incluso tienen una notable contribución ofensiva —los dos centrales del Zamalek, Mahmoud Alaa y Mahmoud Hamdy, han hecho dos goles cada uno—, uno de los factores decisivos para la conquista del título será el puesto de guardameta.

El Al Ahly apostará por su gran puntal, Mohamed el Shenawy, que disputó con Egipto la Copa Mundial de la FIFA 2018™. En las dos últimas temporadas su importancia ha ido a más, gracias a sus atajadas cruciales y su capacidad para liderar y organizar a la defensa.

El Shenawy empezó en la segunda ronda previa y acumula 1051 minutos en 12 compromisos, con solo seis goles en contra, uno cada dos partidos. Mide 1,91 m y pesa 86 kg, posee una fortaleza y una calidad excepcionales y ha mejorado notablemente en los dos últimos años, sobre todo al asistir a los delanteros mediante despejes fulgurantes desde el área.

Por su parte, el Zamalek descubrió el gran talento que tenía en su tercer portero, Mohamed Abu Gabal, tras las lesiones de Mahmoud Gennesh y Mohamed Awad. Las dudas de los hinchas por la falta de experiencia de Gabal enseguida se disiparon cuando el nuevo ídolo demostró su valía bajo palos. De 1,91 m, es ahora indispensable para los suyos, especialmente tras su aportación a los triunfos en la Supercopa de la CAF y la Copa de Egipto a principios de este año.

Abu Gabal ha jugado ocho partidos completos (720 minutos) de esta edición, en los que recibió cinco goles y mantuvo cuatro veces su puerta a cero. Con su impresionante capacidad para hacer paradas y sus extraordinarios reflejos, proyecta una gran confianza en la línea defensiva.