Es uno de los veteranos históricos de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, con nada más y nada menos que cinco ediciones en su palmarés. A pesar de que decidió colgar las botas a principios de la temporada, a sus 40 años ha regresado a la convocatoria para los Navy Blue como sustituto de última hora del lesionado Yousif Al-Khalisy. Así que compaginará las labores de jugador y segundo entrenador.

No es probable que el ahora asistente técnico de Ramon Tribulietx salte al terreno de juego en Japón, aunque sería una despedida espectacular y atípica para el defensa, que en su última participación en este torneo se llevó el el Balón de Bronce adidas y compartió el podio con los ganadores del Balón de Oro y de Plata, Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo, tras capitanear al modesto grupo de semiprofesionales hasta un sorprendente tercer puesto en Marruecos.

El dulce "La gesta de 2014 es uno de los mayores logros en la historia deportiva de Nueva Zelanda, no sólo del fútbol del país”, ha declarado Vicelich a FIFA.com. “Para un club de nuestro tamaño, terminar con la medalla de bronce supuso una hazaña increíble y algo realmente portentoso para el equipo y para el club. Para mí, personalmente, ganar el balón de bronce se convirtió en la coronación de mi carrera. Aquella trayectoria sólo fue posible gracias a nuestra unidad y a nuestra fuerza como colectivo".

"A continuación, hicimos una temporada increíble: ganamos el campeonato nacional, la Liga de Campeones de la OFC y la Copa del Presidente de la OFC, y nos clasificamos para Japón. Aquel gran trabajo demostró que la profesionalidad es sólo cuestión de actitud y dejó muy clara además la importancia que la Copa Mundial de Clubes de la FIFA tiene para nuestro club y para el fútbol en general", explica.

"Queremos repetir la gesta, pero sabemos que, para conseguirlo, debemos concentrarnos totalmente en el trabajo que nos espera. El campeón de la J.League llega siempre muy bien rodado, con una gran eficacia técnica y una gran velocidad. Nos espera un desafío enorme", aventura.

El amargo Tras tocar el cielo al eliminar al Cruz Azul, ganador de la Liga de Campeones de la CONCACAF, en la tanda de penales y auparse al tercer puesto en Marruecos 2014, un año más tarde, en la siguiente edición, el Auckland cayó en el primer partido por 2-0 contra el Sanfrecce Hiroshima, campeón de la J.League.

“Siempre es muy difícil conseguir un buen resultado en el primer partido, especialmente cuando se juega en Japón”, asegura Vicelich, quien vio aquella derrota desde el banquillo. “Conquistaron el título nacional una semana antes de que nos enfrentáramos, y representaban a un país que posee una de las mejores ligas del mundo. Esa actuación nos estimula para este año. Hemos vuelto a reforzar la plantilla, por lo que esperamos disfrutar de más posibilidades de sorprender con un gran resultado”.

Después de una carrera en la que conquistó seis Ligas de Campeones de la OFC, disputó tres Copas FIFA Confederaciones y una Copa Mundial de la FIFA™, Vicelich decidió apartarse de los terrenos de juego a principios de esta temporada, aquejado por las lesiones y abrir un nuevo capítulo en su vida con el cuerpo técnico.

"Me costaba recupera plenamente la forma y tardaba muchísimo más tiempo en superar los problemas físicos”, revela Vicelich. "Es muy frustrante, porque no influyes igual en el equipo como entrenador que como jugador. Como técnico, tienes que confiar en que los jugadores hayan asimilado lo que les has pedido que hagan. De manera que se trata de un largo ciclo de aprendizaje, y yo sólo estoy empezando”.

En esta ocasión, si le fallara la confianza en sus jugadores, podría sugerirle a su jefe Tribulietx una sustitución radical, y Vicelich podría calzarse las botas para quitarse la frustración y honrar por última vez con su presencia la Copa Mundial de Clubes en Japón.