domingo 19 junio 2016, 11:19

El discreto encanto de los ignotos norirlandeses

Admitámoslo: la gloriosa incertidumbre del fútbol, en general, ya es historia. La Copa Mundial de la FIFA™ tiene su círculo cerrado de aspirantes, las grandes ligas las ganan turnándose un puñado de equipos, y el FIFA Ballon d’Or se ha convertido en el coto privado de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Por tanto, cuando lo ‘imposible’ se produce, la naturaleza humana mueve a los fans de todo el mundo a encariñarse con el Pulgarcito que planta cara al ogro.

Hace poco, el modesto Leicester City era un equipo desconocido fuera de Inglaterra; y ahí le tenemos ahora como el preferido del planeta fútbol por haber ganado la Premier League frente a las grandes potencias habituales. En cuanto a Irlanda del Norte, que nunca ha contado con muchos más seguidores que los 1,8 millones de personas que pueblan sus 14.000 km², se ha convertido en unos días en la sensación en toda Europa. “Creo que es por nuestro espíritu de equipo, nuestra manera de jugar y la pasión de nuestros aficionados”, apunta el delantero Conor Washington a FIFA.com cuando le preguntamos por las razones de esa popularidad.

En Francia, país anfitrión de la Eurocopa 2016, resulta imposible abrir un periódico o escuchar una retransmisión deportiva sin encontrarte con alabanzas para los jugadores de Michael O’Neill y sus fervorosos seguidores. Los primeros han brillado sobre el terreno de juego, inclinándose dignamente ante Polonia (0-1) y doblegando luego a Ucrania (2-0). Los segundos se han mostrado igual de alegres y entusiastas al perder que al ganar; y tanto en el estadio como en las calles. “No sé por qué se nos quiere tanto; igual a nuestra selección que a nuestros aficionados”, se pregunta Stuart Dallas para FIFA.com en los pasillos del Estadio de las Luces de Lyon, tras el triunfo contra Ucrania. “Ellos han venido sin tener otra cosa en mente que pasárselo bien y animar a su selección; no molestan nunca a nadie. Son nuestro jugador número 12; les debemos nuestra gran actuación de esta tarde”.

Algo diferente El extremo del Leeds podría incluso hablar de hazaña, más que de gran actuación. Ya fue una hazaña clasificar al país para su primera gran cita continental; y constituye otra gesta haber obtenido su primera victoria y estar en disposición de clasificarse para la segunda fase. “Todo el mundo quiere vernos triunfar, y no queremos defraudar a nadie”, admite Dallas, que salió tras el descanso contra Polonia y fue titular contra Ucrania. “¿Que qué nos diferencia de las demás selecciones? La gente que nos ve se da cuenta de las muchas ganas que le echamos. Por supuesto, no tenemos los jugadores que Alemania, Francia u otras, pero trabajamos el doble de duro que cualquier otra selección”.

“Es nuestra actitud al encarar los partidos”, añade en respuesta a la misma pregunta Josh Magennis, que jugó unos minutos al final contra Ucrania. “Nunca decimos ‘nunca’; jamás nos rendimos. Sé que la mayoría de los equipos dicen lo mismo, pero nuestra particularidad es la pasión que tenemos por la selección y por el fútbol; y la relación que tenemos con nuestros seguidores. Eso se ve en el apoyo que recibimos cuando viajamos”.

Del respeto a la admiración En esta cita francesa, la plantilla norirlandesa es una de las menos conocidas de todo el elenco, pues la mayoría de sus jugadores militan en las divisiones inferiores del fútbol inglés. Sin embargo, eso no les ha impedido hacer un buen papel en sus dos primeros partidos en la competición. “La mayoría de nuestros jugadores juegan en Inglaterra, con un ritmo alto y un estilo agresivo”, explica Washington, enrolado en las filas del Queens Park Rangers. “Quedamos primeros de nuestro grupo y nos merecemos estar aquí. Este es nuestro sitio”, asevera Dallas. “Defensivamente, somos muy sólidos, y podemos crear problemas delante también. Sabemos que hay mejores selecciones que la nuestra, pero somos difíciles de batir”.

Alemania, vigente campeona mundial, tendrá la ocasión de comprobarlo el próximo martes, en un partido decisivo por el pase a octavos de final. “No somos un equipo que tenga un 60 o 70% de posesión de balón, por lo que debemos hacer el gesto idóneo en el momento adecuado y tomar las decisiones correctas”, continúa Magennis para describir el estilo de su selección. “Tenemos sólidos cimientos atrás con nuestro portero y nuestra defensa de cuatro, y disponemos de abundantes jugadores de equipo. Tal vez no sea el estilo más grato de ver, pero a la postre, nos permite imponernos. Cuando ganas con tus propios recursos, la gente lo respeta”.

Y si a eso le añadimos el apoyo de la fervorosa Green and White Army, el respeto se transforma incluso en admiración…