jueves 17 noviembre 2016, 00:01

Jankauskas, realista pese a los progresos

¿Ha llegado por fin el momento de Lituania? Desde que recuperó la independencia en 1990, este pequeño estado báltico de cerca de tres millones de habitantes nunca se ha clasificado para un gran certamen internacional, pero las cosas podrían ser diferentes en la competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA 2018™, que se celebrará en la vecina Rusia.

Y es que Lituania compite en el Grupo F, donde Inglaterra, que todavía no ha recibido ningún gol en contra, es la gran favorita al primer puesto, pero, al menos, la lucha por la segunda plaza, que podría servir también para estar en la cita rusa, se presenta más abierta que nunca.

Cuatro son los equipos que aspiran a ese segundo puesto en el Grupo F: Eslovenia (8 puntos), Eslovaquia (6), Lituania (5) y Escocia (4). El combinado lituano empezó la fase de clasificación con buen pie, aunque estuvo cerca de protagonizar un inicio magnífico, ya que en el primer partido vio como Eslovenia le remontaba un 2-0 y anotaba el empate a 2-2 definitivo en el minuto 93.

Algo similar ocurrió en el siguiente encuentro, que se celebró en el mítico Hampden Park de Glasgow: Lituania vencía por 0-1 hasta que James McArthur logró el tanto del empate para Escocia en el 89’. En el tercer partido, los lituanos conquistaron por fin su primer triunfo, al superar por 2-0 en casa a Malta, que todavía no ha sumado punto alguno y ocupa la última posición en la tabla.

Así es cuando resulta imposible no acordarse de esos últimos minutos de los partidos anteriores y de lo extraordinaria que sería la situación para Lituania de haber ganado también a Escocia y Eslovenia. Sin embargo, la escuadra báltica recibió la semana pasada una bofetada de realidad en su visita a Eslovaquia, que le infligió un doloroso 4-0.

Pese a todo, Lituania ha protagonizado una de las mayores escaladas en la última edición de la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola, en la que ha pasado del puesto 117º al 98º, por lo que vuelve a meterse entre los cien primeros por primera vez desde 2014. Aunque todavía está lejos de su mejor clasificación histórica, ya que a mediados de la década de 1990 se movió entre los puestos 50º y 43º, la reciente escalada supone un gran paso para un país donde el baloncesto sigue siendo el deporte más popular.

La selección de este estado báltico también vivió momentos álgidos en marzo de 2003, cuando, en la fase de clasificación de la Eurocopa 2004, arrancó un empate a 1-1 en casa de la entonces subcampeona del mundo Alemania, así como en septiembre de 2006, cuando, en la competición preliminar de la Euro 2008, logró el mismo resultado en terreno de una Italia que se había proclamado campeona del mundo menos de dos meses antes.

A finales de los noventa, Lituania se quedó a solo un punto de meterse en la repesca de la Copa Mundial de la FIFA Francia 1998™, aunque, en los años siguientes, la distancia con respecto a los equipos clasificados se iría haciendo cada vez mayor.

Tiempos de cambioEdgaras Jankauskas, que ha sido uno de los futbolistas lituanos más conocidos, por no decir el más famoso, es desde enero de 2016 el seleccionador del combinado nacional de su país. “Soy consciente de quiénes somos y conozco nuestras limitaciones, porque veo las cosas de forma realista”, asegura el exdelantero, que en 2004 conquistó la Liga de Campeones de la UEFA con el Oporto de José Mourinho.

Tras las retiradas de Tomas Danilevicius, el máximo goleador de la historia del combinado báltico, y de Andrius Skerla, el hombre que más veces ha vestido la camiseta de esta selección, Lituania atraviesa un proceso de transformación que no está resultando fácil.

“En mis tiempos teníamos solo uno o dos futbolistas que militaban en la liga lituana, mientras que, actualmente, 14 o 15 de los 23 internacionales juegan en el campeonato de nuestro país, que, en mi opinión, ha perdido potencial en comparación con el nivel que tenía en aquella época”, explica Jankauskas.

“Tenemos menos jugadores que compitan en ligas extranjeras importantes, lo que supone un problema. Me gustaría que esto cambiase y que hubiese más futbolistas lituanos en grandes ligas. Cuando nos enfrentamos a equipos que cuentan con futbolistas que juegan en Italia, España, Alemania o Inglaterra siempre tenemos problemas”, añade.

Falta de resistencia, escasa experiencia contra rivales de categoría y debilidad en el aspecto físico son los principales problemas con los que se ha topado Jankauskas.

Con todo, los tres primeros partidos de la competición preliminar mundialista, junto con el empate sin goles logrado en un amistoso frente a Polonia, “nos han dejado buen sabor de boca y nos proporcionan una base interesante sobre la que trabajar, además de reforzar la confianza del equipo”, según las palabras del seleccionador, que tiene actualmente 41 años.

“Afrontamos cada partido como si fuese una final. Aquí no hay magia ni milagros. Contra Eslovenia jugamos sin miedo y hubo fases del partido en las que dominamos, así que quiero trabajar sobre esa base. Debemos entender dónde estamos, cargarnos de motivación y emplearnos al máximo. De lo contrario, no tendremos ninguna opción”, concluye.

Si Jankauskas consigue su objetivo, podría ser que, cuando visite Inglaterra el próximo mes de marzo, Lituania protagonice una nueva sorpresa y dé un paso más hacia Rusia 2018. Al fin y al cabo, en los últimos tiempos no faltan casos de selecciones modestas que han logrado grandes e inesperadas hazañas.