miércoles 30 marzo 2016, 16:08

Al-Bacha: "Esta victoria lo es todo"

Mohamad Al-Bacha es el campeón del mundo del FIFA 16 de EA SPORTS™, pero a sus 17 años, tiene que despedirse cada mañana, de lunes a viernes, del flamante trofeo que adorna su habitación y cruzar la ciudad para llegar a tiempo a sus clases.

“Me queda un año de instituto, y luego ya veremos”. Así contempla este muchacho nacido en el Líbano y criado en Dinamarca su futuro después de la increíble experiencia que vivió en Nueva York entre los días 20 y 22 de marzo, cuando ganó la Gran Final de la FIFA Interactive World Cup 2016.

“Esta victoria lo es todo. Es el mayor logro que se puede conseguir en el FIFA”, explica Mohamad a FIFA.com. “En realidad no juego tanto al FIFA como cree la gente. Hay quien piensa que le dedico diez horas al día, pero son más bien diez horas a la semana, así puedo compaginarlo fácilmente con los estudios y mis aficiones”.

“Al principio, mis padres pensaban que era una broma”, dice Mohamad, recordando aquellas charlas en torno a la cena después de recibir su primera consola, en 2011. “Ahí fue donde empezó todo. Y en cuanto vieron la reputación que tenía el torneo, el premio en metálico, el viaje al FIFA Ballon d’Or y todo lo que rodeaba a la FIWC, me animaron a intentarlo”.

La revelación del torneo A pesar del apoyo y el entusiasmo de sus familiares y amigos, Al-Bacha llegó a Nueva York en un segundo plano, eclipsado por la superestrella danesa de los deportes electrónicos August Rosenmeier, participante en cinco ediciones de la Gran Final y campeón de la FIWC 2014, celebrada en Brasil, que partía como favorito para ganar el torneo de 2016.

“Llegué a Nueva York sin esperar nada”, confiesa Al-Bacha. “Me limité a encarar los partidos con tranquilidad. No me sentí presionado”. A pesar de su juventud, parece un enfoque propio de un veterano, aunque en el mundo de los deportes electrónicos Al Bacha ya había aprendido las duras lecciones que ayudan a acumular experiencia y forjar la mentalidad necesaria para ser campeón.

Rosenmeier, campeón de la FIWC 2014, describe cómo fue su primer encuentro con Al-Bacha, en un torneo nacional danés disputado hace dos años. “Mohamad se mostró algo atrevido antes del torneo, él era la novedad”, señala Rosenmeier. “Le gané 4-1, pero enseguida me di cuenta de que tenía talento y una comprensión de este juego que muy pocas personas en el mundo tienen”.

“Sí, ya entonces me sentía muy cómodo”, responde tímidamente Al-Bacha cuando se le recuerda aquella dolorosa derrota. “En casa jugaba muy bien, pero cuando llegué al torneo en vivo August me machacó. En aquel momento me di cuenta de que no tenía tanto nivel como pensaba”.

Sin embargo, el 21 de marzo de 2016, primer día de torneo de la Gran Final neoyorquina, Al-Bacha se mostró imparable, y obtuvo el pase a semifinales sin recibir ni un solo gol. Ya estaba a la altura de las expectativas, aunque la presión y la atención que recibía también habían aumentado.

Mantener la calma y la concentración, claves “Me llegaron muchos mensajes, pero no quise mirarlos mientras jugaba”, afirma el danés acerca de aquella primera jornada. “Lo único que me preocupaba era mantener la concentración. No leí los mensajes hasta volver del hotel aquella noche”.

Al-Bacha afrontó el último día del mismo modo, abstrayéndose del entorno. Esperó con paciencia hasta las 18:00 (hora local), momento en que comenzaron las semifinales. “Es algo psicológico”, analiza. “Hay que conservar la tranquilidad, olvidarse de lo que diga la gente y jugar. Cuando juego una partida, estoy centrado en la pantalla. Me olvido de todo lo que me rodea. Tengo la vista y la mente en la pantalla, nada más, y me mantengo calmado”.

Al-Bacha, que aún no ha olvidado la euforia vivida en Nueva York, recuerda un extraño encuentro con un periodista en un vestíbulo del hotel el día de la final. Estaba siendo entrevistado mientras esperaba por el trasporte que iba a llevarlo al Apollo Theater de Harlem, donde se decidiría el título mundialista. La pregunta del periodista fue: “Si pudieras elegir una manera de ganar esta noche la Interactive World Cup, ¿cuál sería?”. El joven lo pensó y dijo: “Con poderío. En el minuto 90”.

Aquel comentario espontáneo resultaría profético. Todos los aficionados a la FIWC saben lo que ocurrió entonces. Al-Bacha iba perdiendo 3-1 en el minuto 89 del segundo partido del choque por la medalla de oro, y marcó de un lanzamiento de falta. Unos segundos más tarde firmaría otro tanto, que empató el partido y le dio la victoria en el resultado global. En los instantes finales, Mohamad hizo añicos a su rival, superando así sus sueños más increíbles y brindando a Dinamarca su segunda FIFA Interactive World Cup de la historia.