Cuando Seeto se codeó de joven con las estrellas

La idea de recorrer más de 15.000 kilómetros a los 18 años en busca de un sueño deportivo es algo que intimidaría a la mayoría de las personas. Y tener que medirse además con algunos de los mejores de la disciplina en cuanto se llegue al destino sin duda haría echarse atrás a casi todos.

Esa fue la situación en la que se encontró el australiano Tobias Seeto hace un decenio, cuando dejó su Sydney natal para viajar a la costa mediterránea de España. Allí se incorporó al Castellón, un equipo de fútsal de la máxima categoría que le ofrecía la oportunidad de dar un impulso a su carrera en este deporte.

Además de las enormes dificultades que entrañaba la barrera del idioma, y el choque cultural que implica un cambio semejante, cada mañana tenía que demostrar su valía ante algunos de los mayores talentos.

“Jugaba con muchos jugadores de clase mundial. Estaban André, Euler y Pablo, que habían competido con Brasil en el Mundial de 2004 . También estaban Dani Salgado y Josema, internacionales españoles absolutos, y Fernandão, que está ahora en la selección. Cruzarme con todos ellos a los 18 años, cuando no tenía ninguna experiencia, me ayudó mucho a madurar y a progresar”.

Y nadie se anduvo con miramientos con esta joven estrella, eso seguro. “Los jugadores de este nivel no tienen reparos en decirle a uno dónde debe estar o qué debe hacer en un momento dado, porque son quienes tienen experiencia”, admite ahora, a los 28 años. “Fue un bautismo de fuego. Había salido por completo de mi zona de confort, pero me encanta este deporte, así que estaba viviendo un sueño”.

El espigado defensor, de 1,80 m de estatura, aún debía pulir su técnica, y tuvo que hacer frente a las ventajas físicas de sus experimentados compañeros, si no quería atenerse a las consecuencias. “Recuerdo claramente muchos de los entrenamientos, en los que, sobre todo Fernandão”, afirma Seeto, refiriéndose con gestos a la imponente envergadura del número 6 del combinado español, “le aplastaba a uno incluso antes de darse cuenta de que ya tenía el balón. Jugar contra gente de esa calidad fue toda una experiencia”.

Reencuentro con Rafael Y es una experiencia que volverá a vivir dentro de unos días, ya que durante su segunda etapa en el Castellón —tras un paréntesis en su carrera causado en parte por una operación de rodilla— coincidió asimismo con Rafael Rato, integrante de la selección brasileña, su segundo adversario. “Ya estoy deseándolo , en un plano personal, aunque probablemente sea el jugador de mayor talento con el que he compartido vestuario. Va a ser muy difícil frenarlo, pero lo intentaremos, sin duda”.

Y la experiencia que representó tener que hacer las maletas y mudarse al otro extremo del planeta también resultó dura fuera de la pista, como cabría esperar. “Acababa de terminar los estudios y me marchaba de casa, decía adiós a la familia y a los amigos, para ir a un país cuyo idioma no hablaba: claro que fue todo un viaje”, explica riéndose el zaguero. Y probablemente se quede corto: “¡Tenía que usar muchos gestos para hacerme entender!”.

Ahora Seeto milita en el Baku United inglés, después de pasar por el Lanzarote, donde también juega su compañero de la selección australiana Jarrod Basger, y su periplo por el fútsal internacional lo ha conducido a su segunda Copa Mundial de Fútsal de la FIFA. Después de disputar la edición de Tailandia 2012, en la que un histórico triunfo sobre México no bastó para alcanzar las fases de eliminatorias, los australianos están decididos a dar un paso más en Colombia 2016.

Se estrenan ante Mozambique, un rival al que seguirán dos grandes como Brasil y Ucrania. Y Seeto es perfectamente consciente de que el primer compromiso de los Futsalroos será clave. “No quiero decir que todo dependa del primer partido, aunque va a ser así. Y si al final nos encontramos en la tercera posición de la liguilla, la diferencia de goles será fundamental”, analiza.

“Es evidente que no conocemos a Mozambique tanto como a Brasil y a Ucrania, pero estamos obligados a ganarle si queremos clasificarnos. En Tailandia ya mostramos progresos, y ahora el objetivo es mejorar ese desempeño”, concluye.