- ¿Ansioso? Un poco… ¡Pero ni el Coronavirus puede quitarnos lo que logramos!

Enderson Suárez se ríe, aunque tiene las cosas claras. A él y a sus compañeros les costó clasificar a Venezuela para su primera Copa Mundial de Futsal de la FIFA, y nada puede opacarlos.

Porque si bien es cierto que la pandemia del COVID-19 ha puesto en duda la fecha del torneo que se jugará en Lituania, su Vinotinto estará ahí sea cuando sea.

“El orgullo de haber dado el paso que nos faltaba es inmenso”, continúa Suárez su charla con FIFA.com desde Finlandia, donde juega en el FC Kemi. “Quedábamos en la orilla una y otra vez, pero ahora fue distinto. Eso provoca una gran satisfacción”.

Venezuela obtuvo el boleto tras ser segundo de Argentina en su zona del clasificatorio sudamericano, alcanzando las semifinales del torneo que puso cuatro plazas en juego.

Para el potente pívot de 27 años, que celebró en cuarentena el pasado 9 de abril en Kemi, la diferencia estuvo en la experiencia que aportan ahora los que juegan afuera.

“Hace cinco años, casi no había venezolanos en ligas extranjeras. Hoy hay en Argentina, Italia, Finlandia, Colombia, Uruguay… Eso te da un plus para creértela, más allá que los de afuera nos sumamos al grupo a 10 días de la eliminatoria”.

Suárez también destaca “a un plantel joven, pero maduro y sin egoísmos”. Y se pone como ejemplo. “Al momento del clasificatorio, yo llevaba 31 goles acá, pero no viajé pensando en cuántos debía marcar. Todos hicimos lo mismo y se notó en la cancha”.

Suárez aportó un gol en la trascendental victoria sobre Uruguay, aunque el partido que envalentonó el equipo fue la caída del debut con Argentina.

“Contra el campeón del mundo, perdimos 2-1 y le anotamos otro un segundo después de la chicharra final. ¡Ellos tenían más cara de que habían perdido que nosotros!”.

La madurez floreció en dos victorias claves. “Con Uruguay, un 5-1 mentiroso porque se abrió en el final, y ante Chile, que nos costó por la ansiedad. Estuvimos a la altura de las circunstancias”.

Las escalas de Mene Grande a Kemi

Estar a la altura de las circunstancias es la razón por la que Suárez llegó a Finlandia.

El camino comenzó en su Mene Grande natal como delantero en fútbol de 11, una travesía que lo llevó a probarse hasta en clubes del ascenso argentino, pero que terminó tras una gira por Bielorrusia con la selección de fútbol de salón.

A esta altura ya le decían Súper Duty, por culpa de un narrador que le vio la potencia de una famosa pick-up. “No me gusta mucho, pero ya me acostumbré”, dice el pívot.

Como futsalista, quemó redes en Venezuela y Colombia, donde ganó un título y resultó dos veces goleador de la Liga Argos. En abril de 2019 llegó al poderoso Cerro Porteño paraguayo: fue campeón de la Liga local y subcampeón de la Copa Libertadores.

“De ahí quería saltar a Europa, por eso cuando apareció lo de Finlandia dije que sí. Lo pensé un poco porque es un lugar muy distinto, con una cultura y un idioma bien diferentes, pero estoy sumamente contento”.

Superada su adaptación al frío y a una vida más tranquila, Suárez elogia la sopa de salmón y empieza a dejar una huella más allá de sus goles: hoy hasta musicaliza el vestuario del FC Kemi.

“Les pongo algo merengue y bachata, pero tampoco abuso. El finlandés es muy tranquilo, respeta a todos y uno debe hacer lo mismo”, explica Suárez, quien ahora tiene de compañero y conviviente a su compatriota Henry Gutiérrez.

En ese mismo camarín se juegan bromas los finlandeses con los dos serbios del plantel: sus países se enfrentarán en la repesca de la UEFA por un lugar en el próximo Mundial.

“Para Finlandia también sería su primera vez, quizás por eso me gustaría lo consigan. ¡Pero que clasifique el mejor! Total, pase quien pase, nosotros estaremos ahí”.

📸 Gentileza de ACBF Carlos Barbosa Futsal