sábado 24 septiembre 2016, 08:41

Gustavo, por amor a una madre

Aunque su uniforme de color chillón le haga destacar entre sus compañeros de la selección rusa, si Gustavo llama la atención del público de la Copa Mundial de Futsal de la FIFA Colombia 2016 es sobre todo por sus numerosas paradas y, cómo no, por la protección que lleva en la cabeza.

Y es que, tanto en los partidos como en los entrenamientos, el portero de Rusia utiliza una especie de casco de seguridad para prevenir posibles lesiones como las dos de carácter grave que ya ha tenido en su carrera. “La primera ocurrió hace unos cuatro años. Me golpeé contra la rodilla de un rival y me fracturé el cráneo”, explica el dorsal número doce del combinado ruso mientras se señala en la frente el lugar donde sufrió la fractura.

“Me pasé un mes en el hospital”, añade Gustavo. Los médicos le recomendaron jugar con una protección para la cabeza los siguientes seis meses. Una vez transcurrido ese tiempo, el guardameta, que mide 1,79 metros de estatura, dejó de usar del casco, pero, “un mes más tarde, me golpeé la cabeza contra el suelo y me volví a lesionar”.

Desde entonces, este padre de dos hijos usa siempre la protección, aunque no por recomendación médica. “En una reunión familiar que se celebró poco después de la segunda lesión, todos —especialmente mi madre y mi padre— me pidieron que siguiese utilizando la protección”, explica. Y es que, por mucho que uno represente a su selección y esté entre los mejores porteros de futsal del mundo, los deseos de una madre son órdenes.

Otra vez EspañaTodo esto hace que existan ciertas similitudes con Petr Cech, que también juega con casco y es uno de los mejores porteros del mundo. “Me gusta que me comparen con él, pero espero que sea también por el talento y no sólo por el casco”, dice Gustavo con una sonrisa en el rostro.

El guardameta internacional ruso, que tiene actualmente 37 años, puede estar tranquilo en ese aspecto, ya que sus méritos bajo palos constituyen también una razón para la comparación con el arquero checo. Hace cuatro años, en la que fue su primera participación en un certamen mundialista, en Tailandia, Gustavo cedió sólo tres goles y organizó desde la portería a una de las mejores defensas de la competición.

En Colombia 2016, el guardameta ha recibido hasta ahora seis tantos en cuatro partidos, por lo que ha resultado clave para que el combinado ruso esté en cuartos de final.

Como ya ocurriera hace cuatro años, el rival de Rusia en la próxima ronda será España, el único equipo que fue capaz de batir en Tailandia 2012 a este portero criado de la ciudad brasileña de Porto Alegre. Esta vez, el combinado español no podrá contar con su goleador Sergio Lozano, que se rompió el ligamento cruzado anterior en octavos de final y ya ha regresado a su país para operarse.

Rusia afronta el duelo en un buen momento y con numerosas razones para el optimismo. Sin embargo, Gustavo no quiere pecar de exceso de confianza ni entrar en el juego de lanzar desafíos al rival.

“Hace cuatro años, en Tailandia, llegué al partido con mucha confianza. No habíamos recibido gol alguno en los cuatro encuentros anteriores, pero perdimos 3-2 contra España en cuartos y nos fuimos para casa”, recuerda con resignación. Y es que España trae malos recuerdos al guardameta internacional ruso. En febrero de este año, Gustavo y su equipo perdieron la final del Campeonato Europeo de Futsal de la UEFA 2016 también frente a La Roja.

Con todo, Rusia se está mostrando intratable en la cita colombiana, así que el desenlace podría ser bien diferente esta vez. La concentración es máxima y el combinado ruso sólo tiene una cosa en la cabeza: “Queremos el título. Es mi gran sueño y mi gran objetivo final. Estoy sin duda ante mi última oportunidad, porque este será mi último Mundial”.

Así las cosas, Gustavo está listo para emplearse al máximo en busca de la victoria en cuartos, y la afición puede felicitarse por tener la oportunidad de disfrutar una vez más de las paradas de este portero con casco y uniforme de color chillón.