lunes 12 abril 2021, 09:20

Jesús Vidal: entre la lesión, la fe, la pandemia y su ambición

  • El venezolano se lesionó en la eliminatoria para Lituania

  • La pandemia le permitió recuperarse para el Mundial

  • Habla de lo que vivió, la preparación y el objetivo vinotinto

Promediaba el partido más trascendente de su selección cuando Alfredo de Jesús Vidal sintió que algo andaba mal, miró para el banco y pidió el cambio.

Al costado del parqué, habló con el médico e intentó un pique en velocidad, “pero la rodilla se me fue”. Adentro, Venezuela seguía batallando contra Chile por su primera clasificación para una Copa Mundial de Futsal de la FIFA.

“Me calmé e intenté sumar desde afuera, pero queriendo estar en el tabloncillo pese a que no podía”, cuenta Vidal a FIFA.com. “Con el pitazo final me olvidé del dolor, de la tristeza por los proyectos que podían demorarse, y me puse a festejar", agrega el ala de 27 años, quien aportó un gol para la gesta, ante Bolivia.

Con esa victoria sobre Chile por 3-2, en el cierre de la fase de grupos de la eliminatoria sudamericana, Venezuela no solo avanzó a las semifinales del torneo, sino también logró la histórica clasificación al Mundial de Lituania. “Fue una sensación demasiado enorme, me llenó de felicidad a mi y todos los que amamos el futsal venezolano”.

Los días posteriores

Horas más tarde, el 7 de febrero, confirmó lo peor. “Me había roto los ligamentos cruzados, y la recuperación demandaría 6 meses. Si bien el Mundial era en septiembre, iba a llegar ajustado”, cuenta Chavela, apodo que heredó de una telenovela mexicana.

Vidal, que tenía casi arreglada su salida de Perú para jugar en Argentina, actual campeón mundial, sufrió como espectador las derrotas con Brasil en semifinales y con Paraguay en la final de consolación, regresando como héroe junto a sus compañeros a Venezuela, donde se operó el 14 de febrero.

“Empecé la recuperación en Caracas con el fisioterapeuta de la selección absoluta. ‘Si trabajas duro, llegarás al ciento por ciento al Mundial’, me dijo, pero algunos dudaban. En realidad, el calendario parecía forzado”, explica.

“Pero soy un hombre de fe, y el tiempo de Dios es perfecto: apareció la pandemia, algo que jamás desearía, dándome el tiempo necesario para volver en plenitud”.

Sanar donde comenzó todo

La COVID forzó a Vidal a regresar a su Guanare natal, y al barrio donde surgió y creció su amor por el futsal. “Mi papá fue profesional en fútbol de campo, pero cerca de mi casa había una cancha de fútbol sala muy buena. Desde los 5, pasaba todo el día ahí. Es un barrio bien 'futsalero'".

Allí, donde todos lo conocen simplemente como Chavela, hizo sus primeras armas como un ala con mucho poder gol, que a los 15 años tuvo su primera oportunidad seria sobre el parqué, dejando de lado definitivamente el sueño del fútbol 11.

“Durante un torneo nacional, surgió la chance de ir a un equipo profesional a Carcas, pero también a un módulo con una selección sub-18. No quedé porque era el más pequeño, pero todo me inclinó hacia el futsal”.

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A fuerza de goles llegó la posibilidad de emigrar a Costa Rica, “algo que no quería porque soy muy familiero”. De ahí saltó a Perú, donde también hizo goles a granel. “Irme me ayudó como deportista, pero sobre todo como persona. Extrañé mucho, pero lo usé como motivación para hacer feliz a mi familia”.

En Guanare, entonces, conoció la noticia de la postergación del Mundial para 2021. “Claro que no quería una pandemia, pero uno debe sacar el lado positivo de las cosas, y a mi favoreció para recuperarme con calma y estar listo para representar a mi país”.

Y fue en la cancha en la pasó horas de niño donde volvió a jugar en octubre de 2020. “Lo hice sin miedo, me solté al máximo y todos coincidieron en que estaba de vuelta. Acá, en mi lugar, me di cuenta que estaba para competir otra vez”.

El desafío por delante

Vidal está en la selección desde 2014, cuando el mismo Freddy González, su actual seleccionador, lo convocó para la sub-18 que se convirtió en la base del equipo actual.

“La mayoría, además, atravesamos la frustración de no clasificarnos al Mundial de Colombia. ¿Qué cambió? A pesar de ser un equipo joven, la madurez que adquirimos en ligas extranjeras. Tres vinimos de Perú, dos de Italia, dos de Uruguay, uno de Argentina, uno de Finlandia… El trabajo en conjunto hizo el resto”.

Chavela volvió a sumarse al seleccionado en marzo de este año, previo a la gira por Costa Rica. “Ganamos los tres partidos ante una selección que sabe estar Mundiales, y eso deja sensaciones positivas. El grupo está bien tras el reencuentro”, dice Vidal, quien anotó un gol en el segundo amistoso.

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¿Qué debe mejorar de cara a Lituania? “La cohesión ofensiva. En defensa estuvimos bien, recibimos un solo gol, y aunque marcamos seis, todavía nos falta peso arriba”.

Si bien la clasificación al Mundial ya dejó otras cosas positivas, como la recuperación de la alguna vez poderosa liga nacional, Vidal apunta alto. “No queremos ir a participar, sino a competir, y tenemos selección para llegar lejos”.

¿Cuán lejos? “La meta es ganar 5 juegos seguidos. Es alta, pero sobran fe y convicción. Queremos representar dignamente y darle una alegría a la gente de Venezuela, que se lo merece, pero también debemos ser ambiciosos. Trabajamos para serlo”.