miércoles 16 marzo 2016, 10:24

20 años del nacimiento de los Bafana

Fue Nelson Mandela el que dijo: “El deporte tiene el poder de cambiar el mundo. Tiene poder para motivar. Tiene poder para unir a los pueblos de una manera que ninguna pocas cosas consiguen”. Aunque la sabiduría del estadista sudafricano es incuestionable, cuando pronunció estas famosas palabras en 2000, Mandela contaba además con el conocimiento que otorga la experiencia.

Cuando en 1994 se convirtió en el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente, su país y su pueblo se encontraban todavía fragmentados por la lacra del apartheid. Sin embargo, en los dos años siguientes, se sucedieron dos grandes acontecimientos que contribuyeron enormemente a la transición. Como Mandela apuntaba, ambos ocurrieron sobre los terrenos de juego. El primero fue el triunfo del país en el Mundial de Rugby de 1995; y el segundo, la victoria de los Bafana Bafana en la Copa Africana de Naciones de la CAF 1996 ante su propia afición.

El seleccionador y el capitán del equipo, Clive Barker y Neil Tovey respectivamente, desempeñaron papeles decisivos en aquel momento histórico. Ambos han conversado recientemente con FIFA.com, 20 años después de haber dirigido a Sudáfrica hasta el que sigue siendo el mayor logro futbolístico del país.

Grandes expectativas Barker recuerda que la selección nacional, apartada anteriormente de las competiciones nacionales por culpa del apartheid, soportaba una gran presión antes de la AFCON 1996, de la que fue anfitriona. “Cuando Joel Stransky anotó de un puntapié aquel tanto contra Nueva Zelanda que otorgó a Sudáfrica el triunfo en el Mundial de rugby, yo estaba sentado justo detrás de los postes. Sabía que aquel resultado significaba mucha más presión sobre nuestros hombros, porque la comunidad negra era la mayor seguidora del fútbol en nuestra nación, y este sector de la población del país deseaba dejar claro que también podían triunfar y emular lo que los jugadores de rugby habían conseguido”.

A pesar de las expectativas, tanto Barker como Tovey estaban totalmente convencidos de que tenían un equipo muy fuerte, capaz de convertirse en un firme candidato al trofeo. “Sabíamos que éramos muy buenos y que estábamos listos para alcanzar el éxito. Justo antes, en los preparativos de la competición, habíamos empatado con Argentina y Alemania, y por eso sabíamos que podíamos jugar a gran nivel y conseguir buenos resultados. Pero teníamos que empezar bien nuestra andadura por la fase final, de manera que el encuentro con Camerún era muy importante para nosotros si queríamos ganar el torneo”, explicó Tovey sobre la victoria por 3-0 en el partido inaugural.

A continuación, los Bafana Bafana se anotaron contra Angola la victoria por 1-0 que les garantizó el pase a cuartos, pero cambiaron completamente la alineación para el último partido de grupos, contra Egipto, y perdieron por 1-0. “Ya nos habíamos clasificado e hicimos rotaciones en el equipo. Se trataba de un riesgo calculado, y yo estaba dispuesto a asumirlo. Cuando perdimos, saqué a todos los jugadores por ahí para tomarnos una cervezas juntos”.

“Después, todo nos fue de cara. Por supuesto, la gran prueba de fuego para nosotros fue el choque contra Ghana en semifinales. Al rival se le conocía como 'el Brasil de África', pero nosotros estuvimos magníficos aquella noche . Pensé que habríamos vencido a cualquier equipo del mundo con aquella exhibición”.

Haciendo historia En la final, Sudáfrica se impuso a Túnez por 2-0, y Tovey recibió el trofeo de manos de Mandela, quien vestía orgulloso la camiseta de los Bafana. El capitán admite que, en aquel momento, no era consciente de la magnitud de aquel triunfo. “En un partido en concreto, no te imaginas ni la historia ni las consecuencias que tendrá tu victoria. Yo sabía que se trataba de una ocasión muy especial, y sobre todo en nuestro propio país. Además, que la persona más emblemática del mundo te entregue el trofeo fue algo muy especial”.

Barker está convencido de que el triunfo de 1996 desempeñó un papel importante en la transición de Sudáfrica, de camino a una sociedad más moderna. “La gente no se da cuenta de que el fútbol derribó más barreras que ningún político. El fútbol había empezado a cambiar la situación en la década de 1970. Los cambios se propulsaron a través del fútbol y con lo que el deporte en general hizo por Sudáfrica”.

En opinión de Tovey, quien actualmente ejerce de director técnico del país, la victoria de 1996 dejó otro legado en su nación: la contribución de los jugadores al crecimiento continuo del fútbol sudafricano. “Desde entonces, los éxitos de la selección se han traducido en la provisión de entrenadores que se han quedado en nuestro fútbol. Clive sigue siendo entrenador, claro está, y Roger de Sa . También tenemos a Eric Tinkler en el Pirates, a Doc en el Kaizer Chiefs y a Sean Bartlett actualmente en el Tuks. A todos los muchachos les ha ido excepcionalmente bien”.