viernes 21 diciembre 2018, 08:45

Pizzi: "Mi filosofía se basa en la posesión y el ataque"

  • El argentino cumple un año como seleccionador de Arabia Saudí

  • El exdelantero explica su filosofía y revela cuáles fueron sus modelos

  • Analiza el desempeño saudí en Rusia 2018 y repasa su etapa con Chile

Juan Antonio Pizzi, nacido en Argentina, fue un delantero de gran calidad técnica y encabezó la punta de ataque de numerosos clubes de renombre de Sudamérica, México o España. Su olfato de gol le ayudó a conquistar distintos trofeos nacionales y continentales, así como un trofeo Pichichi al máximo goleador de la liga española, y también representó a España en una Copa Mundial de la FIFA™ y una Eurocopa. Colgaría las botas en 2002, y pasó varios años desaparecido del fútbol, llegando incluso a jugar al polo en Barcelona, aunque estaba esperando la oportunidad adecuada para regresar al deporte que más le ha apasionado siempre.

Pizzi acabaría decidiéndose por emprender una carrera de entrenador, si bien su nueva trayectoria estuvo a punto de terminar en cuanto comenzó. El técnico fue destituido al cabo de tres partidos al frente del Colón argentino, pero no perdió la fe en su potencial y empezó de nuevo en 2006. Su primer título llegó en Chile, al frente de la Universidad Católica.

Años después tomó el banquillo de la selección chilena, con la que conquistó la Copa América Centenario en 2016 y a la que situó en la final de la Copa FIFA Confederaciones 2017. La Roja quedó fuera de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018, pero no así Pizzi, que meses antes del inicio del torneo fue elegido seleccionador de Arabia Saudí.

Tras Rusia, su siguiente reto es la Copa Asiática 2019 en Emiratos Árabes Unidos, donde el técnico confía en devolver a Arabia Saudí a lo más alto del continente después de años de frustraciones. En una charla exclusiva con FIFA.com, Pizzi habla de su aventura saudí, su filosofía como entrenador y repasa su etapa en Chile.

El 28 de noviembre se cumplió su primer año como técnico de Arabia Saudí. ¿Qué balance hace hasta este momento? Al principio tuve algunas dudas, no estaba seguro de poder hacer un buen trabajo. Estábamos casi a las puertas de Rusia 2018, y conocer a los jugadores y transmitirles ideas técnicas suele requerir algo de tiempo. Pero cuando llegué y me puse manos a la obra, me encontré con un entorno favorable. Recibí el apoyo de la Federación Saudí y de otros dirigentes deportivos. Los jugadores también respondieron de forma muy prometedora. Creo que lo hicimos bien en el Mundial. Ahora ya ha pasado un año y puedo decir que tenemos el deseo y la ambición de progresar, además de la garra necesaria para competir al más alto nivel.

¿Cómo preparó la campaña de Arabia Saudí para Rusia 2018? Planificamos el periodo de preparación y todo salió a pedir de boca. Organizamos varias concentraciones y disputamos amistosos que me permitieron conocer a los jugadores e implantar varias ideas técnicas. Es verdad que no hubo mucho tiempo, y las cosas podrían haber sido distintas empezando un año antes, pero creo que nos preparamos bien y que rendimos a un buen nivel en el torneo.

¿Qué ambiente había antes del primer partido, y qué hizo usted después de sufrir aquella abultada derrota ante Rusia? Estábamos muy entusiasmados por ir a disputar el partido inaugural, aun siendo conscientes de que el rival no iba a ser sencillo. Pero ni los más pesimistas podrían haber previsto lo que ocurrió. El 5-0 fue un golpe muy duro. Pudo haber desatado una espiral negativa, pero contuvimos la crisis. Animamos a los jugadores, gestionamos la situación desde un punto de vista psicológico y transformamos la negatividad en una energía positiva que se manifestó en nuestro segundo partido.

Ante Uruguay, Arabia Saudí pareció un equipo distinto, no uno que acababa de sufrir una gran derrota. Cierto. Eso fue lo que tuvimos en cuenta a la hora de preparar aquel partido. Uruguay tiene varios jugadores de primerísimo nivel. Nuestra misión no era solo contener a esos jugadores y centrarnos en defender, sino también desplegar un fútbol digno de la reputación de Arabia Saudí y demostrar que la derrota inicial no había sido más que un simple tropiezo. Los jugadores salieron a la cancha con la intención de competir, y se esforzaron. El enfoque psicológico funcionó, y eso mejoró nuestra respuesta táctica. Creo que hicimos un partido muy bueno y que pudimos haber conseguido un empate.

¿Describiría el último partido, contra Egipto, como una gran victoria? Sí, ¿por qué no? Vencimos a una selección egipcia repleta de estrellas. Ganamos no solo en cuanto al resultado, sino también en lo que respecta al juego. Nuestros hombres hicieron uno de sus mejores partidos. No bajaron los brazos después de encontrarse con un gol en contra y luego marcaron dos, la victoria fue una merecida recompensa.

Dentro de unos días, Arabia Saudí empieza su campaña de la Copa Asiática. ¿Qué va a ser diferente en esta ocasión? Todo. Ahora la situación es distinta. Tenemos mucha más responsabilidad que antes del Mundial. Ha habido tiempo para progresar tomando como referencia lo conseguido en Rusia. Espero que los jugadores muestren una gran respuesta y estén a la altura. Creo que estamos yendo en la dirección adecuada. No me marco límites en cuanto a ambición. Soy un entrenador que cree en su trabajo y que siempre quiere extraer el máximo rendimiento. Mi enfoque es dar a los jugadores una confianza total, para imbuirlos de un sentido de la responsabilidad e inculcarles un fuerte deseo de alcanzar nuestras metas.

Arabia Saudí ha participado en seis fases finales y ha ganado tres títulos. ¿Cómo contempla ahora esta competición? Conozco el fútbol asiático por haberme informado de los jugadores y los clubes en este año que llevo en Arabia Saudí. He visto a casi todos nuestros adversarios. Sé que hay una gran diferencia entre el estilo que se practica aquí en Asia y el que hay en Europa o Sudamérica. Como entrenador, a mí no me gusta hacer pronósticos. En este torneo habrá partidos complicados y rivales potentes que saldrán a ganar, igual que nosotros. Pero yo voy a centrarme en mi equipo, para desplegar nuestro propio estilo y dar continuidad a lo que empezamos en Rusia. No vamos a pensar en otra cosa antes de que empiece el torneo.

Ha dicho que es importante que su equipo despliegue su propio estilo. ¿Qué filosofía tiene usted como entrenador? Por naturaleza, a mí no me gusta interpretar el papel del héroe solitario. Tengo a todo un equipo trabajando conmigo para cumplir nuestra misión. Pero lo que más me gusta de mis jugadores es la posesión del balón, la creación de ocasiones, el rigor táctico y el ataque. Creo que así es como debe jugar Arabia Saudí, sea cual sea el adversario. Este método requiere un trabajo intensivo. Confío en los jugadores, porque tienen el entusiasmo que les permitirá aplicar este plan dentro de la cancha y conseguir los resultados a los que aspiramos.

¿Cree que un técnico que ha disputado grandes torneos como el Mundial y la Eurocopa ejerce una mayor influencia sobre los jugadores? No es un factor que resulte decisivo entre el éxito o el fracaso, pero transmitir experiencias es importante, y puede darle a uno credibilidad entre los jugadores. Considero que es más importante que sean los propios jugadores quienes adquieran esa experiencia. Antes del último Mundial ninguno de los futbolistas saudíes había participado en el torneo. Ahora ya han experimentado esa prueba, en los momentos tanto buenos como malos. Los jugadores progresan a través de la experiencia acumulada y de múltiples participaciones. Y puede verse cómo su desempeño mejora cada vez que juegan. Ahora estoy deseando ver a todos exhibir su calidad en la Copa Asiática y en los torneos que vendrán en los próximos años.

¿A qué entrenador tiene como modelo? ¿Y qué le atrajo a este trabajo después de retirarse? Muchos jugadores que se retiran quieren mantenerse en contacto con el fútbol. Todo el mundo busca el trabajo que mejor se le adapte, y entrenar sin duda es uno de ellos. Yo esperé cuatro años antes de encontrar el que colmase mis ambiciones. Es posible que me influyese la escuela neerlandesa, que se basa en la posesión del balón y el control, eso encendió mi pasión por este trabajo. En este mundo hay muchos grandes entrenadores a los que quería imitar, como Guus Hiddink y Louis van Gaal. Y también están Jupp Heynckes, Bobby Robson, Jorge Valdano y Ramón Díaz.

¿Qué diferencias hay entre entrenar a un club y a una selección nacional? Hay una diferencia clara en general. Dirigir a selecciones nacionales implica tener en cuenta a una base amplia de jugadores en todo un país. Es posible incorporar jugadores y cambiarlos de vez en cuando para rectificar errores. Pero a veces es complicado llegar a conocerlos a todos durante los breves periodos que pasamos juntos. En el caso de los clubes, siempre se tiene a los mismos, a veces durante muchas temporadas. Se trabaja con ellos en el día a día y se llega a ser consciente de todo, incluso de detalles mínimos.

No podemos terminar este encuentro sin mencionar su etapa con Chile, que dejó un título de la Copa América, aunque también la decepción de quedarse fuera del Mundial. ¿Cómo describiría aquella experiencia? Tras ganar la Copa América en 2015, surgió la complacencia y resultó difícil conseguir que los jugadores mantuviesen el mismo nivel. Tuvimos que reavivar su entusiasmo. Hicimos varios partidos excelentes en la Copa América Centenario 2016 y ganamos el título después de conseguir algunos resultados extraordinarios. También tuvimos un desempeño buenísimo en la Copa Confederaciones, y pudimos haber ganado el título. Pero después nos vimos ante el reto complicado de mantener la fuerza física de los jugadores en los cuatro últimos clasificatorios del Mundial. Perdimos tres partidos y nos quedamos a solo dos puntos de la clasificación. Es posible que el factor físico fuese la principal razón por la que nos quedamos fuera de Rusia 2018.