jueves 24 septiembre 2020, 07:22

Armenia sigue luchando

  • La selección de Armenia vio la luz en 1992

  • Hasta ahí, su fútbol había brillado por Ararat Ereván

  • Mkhitaryan es su máximo goleador histórico

Armenia vivió un siglo XX agitado, lleno de dramas y de adversidades frente a las cuales el deporte y el fútbol no eran la prioridad. Sin embargo, de ello se deriva asimismo una resiliencia y una fortaleza de carácter que pueden encontrarse claramente en el deporte.

Así, no es de extrañar que el deporte rey en Armenia sea la lucha libre. De las 16 medallas que ha cosechado en los Juegos Olímpicos, 8 las ha logrado en esa disciplina (incluidas las 2 únicas medallas de oro), 7 en halterofilia y 1 en boxeo. ¿Y el fútbol qué lugar ocupa en todo esto? La Havaqakan (“equipo colectivo”), como se denomina a su selección nacional, nunca ha participado en una fase final de una gran competición internacional, ya sea la Copa Mundial de la FIFA o la Eurocopa. Pero Armenia también ha vivido grandes momentos futbolísticos…

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Los éxitos de los años 70

Aunque en esa época pertenecía a la Unión Soviética, los primeros grandes éxitos del fútbol armenio se remontan a la década de 1970. En aquel periodo, el Ararat Ereván gozó de importantes victorias.

El club de la capital armenia, fundado en 1935, puso fin a los reinados de los conjuntos ucranianos y rusos. Entre 1936 y 1965, los equipos de Moscú (Dynamo, Spartak, CSKA y Torpedo) solamente dejaron ganar dos ligas soviéticas a sus rivales. A continuación, entre mediados de los 60 y mediados de los 70, el Dynamo de Kiev llegó a ganar 6 títulos ligueros. Pero en medio de esos grandes nombres, el Ararat Ereván logró inscribir su nombre en el palmarés en 1973.

Es más, el cuadro armenio se apuntó un increíble doblete al adjudicarse también la Copa de la URSS. Por entonces, la sorpresa fue total, tanto por el nombre del vencedor como por el estilo de juego. Y es que, a diferencia de los grandes equipos de Kiev y Moscú, que abogaban por el rigor táctico y los pases rápidos, el entrenador Nikita Simonyan decidió dar libertad a sus jugadores, incitándolos a regatear y a hacer un juego muy colectivo, sin conceder protagonismo a una estrella.

Pero los éxitos no se detuvieron ahí para el club armenio. En la campaña 1974-75, el Ararat Ereván tuvo el honor de jugar la Copa de Europa. Y tras haber eliminado al Viking FK noruego en la primera ronda, se deshizo del Cork Celtic irlandés en octavos de final, con lo que tuvo la oportunidad de enfrentarse en cuartos de final al gran Bayern de Múnich de Beckenbauer y otros muchos campeones mundiales. Y aunque el conjunto alemán salió airoso de la eliminatoria a doble partido, el Ararat Ereván llegó a obtener una prestigiosa victoria (1-0) en su feudo.

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La reconstrucción

Con la caída de la URSS, Armenia tuvo que reconstruirse, tanto a nivel político y económico como en el plano futbolístico. En 1992 se creó la Federación Armenia de Fútbol y se incorporó a la FIFA. Ese mismo año se fundó la liga nacional, que ha venido dominando mayoritariamente el Pyunik Ereván con sus 14 títulos.

Pero aunque el fútbol de clubes armenio vivió sus momentos de gloria a principios de la década de 2000 con victorias habituales en la Copa de la UEFA e, incluso, resultados admirables a veces en las rondas preliminares de la Liga de Campeones, lleva unos años penando. En efecto, varios clubes armenios han quebrado y, en la escena continental, sus representantes han sufrido derrotas ante conjuntos de menos historia como Andorra o de Gibraltar…

Paradójicamente, la selección nacional nunca ha sido tan conocida, y se lo debe en gran medida a su centrocampista Henrikh Mkhitaryan. El jugador de 31 años brilló con el Shakhtar Donetsk de 2010 a 2013, antes de explotar en el Borussia Dortmund de 2013 a 2016. A partir de ahí, ha ido encadenando más clubes legendarios: primero Manchester United, después Arsenal y ahora el AS Roma.

En diez años, Mkhitaryan se ha convertido en el principal escaparate del fútbol armenio. Con 86 partidos, es el tercer jugador con más internacionalidades en la historia de la Havaqakan y, con 29 goles, es su máximo artillero.

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Sin embargo, la trayectoria de la selección armenia nunca ha sido sencilla. Después de años complicados en los que se abonó a los dos últimos puestos de los grupos de clasificación para la Eurocopa o el Mundial, Armenia creyó haber alcanzado al fin el éxito cuando el escocés Ian Porterfield tomó las riendas como seleccionador en 2006.

El equipo encadenó sendas victorias frente a Kazajstán y Polonia, y arrancó un empate contra Portugal. Sin embargo, el seleccionador falleció por un cáncer a los 61 años, lo que puso fin a los buenos resultados de los armenios.

Hubo que esperar a la fase de clasificación para la Eurocopa 2012 para ver de nuevo triunfos importantes por parte de los jugadores armenios. En esa campaña ocuparon la 3ª posición en su grupo, por delante, entre otras selecciones, de Eslovaquia. Precisamente, en ese periodo la selección armenia obtuvo su mejor posición en la clasificación de la FIFA: la 30ª, en febrero de 2014.

Si bien Armenia todavía no ha conseguido clasificarse para una gran competición internacional, espera lograrlo próximamente, ayudada, entre otras cosas, por nuevas infraestructuras deportivas. Su federación estrenó un centro de formación nacional en 2010 y una academia de fútbol en 2014; y el feudo de la selección, el Estadio Republicano, ha gozado de una reciente remodelación. Todas esas medidas dejan entrever un futuro mejor para el fútbol armenio, que, en cualquier caso, nunca dejará de luchar para alcanzar la cima.

Este artículo forma parte de la serie ‘El Juego Global’, que te cuenta cómo se vive el fútbol en los lugares más remotos y apartados de los focos. La semana que viene viajaremos a Isla de Wight.

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