Luego de que hace unos días sufriese un accidente el avión que trasladaba al equipo brasileño Chapecoense a Medellín para jugar la final de ida de la Copa Sudamericana ante el Atlético Nacional, los colombianos decidieron rendir tributo a la memoria de la gente que perdió la vida.
A la misma hora en la que iba a disputar el encuentro, las puertas del Estadio Atanasio Girardot se abrieron para recibir a los aficionados, quienes vestidos de blanco y con velas encendidas en la mano fueron testigo de una emotiva ceremonia.
"En la Confederación Sudamericana de Fútbol estamos de luto. Nuestras oraciones y corazones están con las víctimas y con sus familiares, a quienes extendemos una mano solidaria en este momento de intenso. En la CONMEBOL nuestros corazones también están llenos de agradecimiento para el pueblo antioqueño y la sociedad colombiana. Estuve en Medellín y me conmovió enormemente la dedicación, la solidaridad del cariño de esta gran ciudad, Departamento y país", dijo Juan Alejandro Hernández, en voz de Alejandro Domínguez, presidente de la CONMEBOL.
También tuvo palabras Juan Carlos de la Cuesta, presidente del Atlético Nacional: "Hoy es un día muy triste para nosotros. Han partido unos compañeros de trabajo que dieron todo para dejar en alto el nombre de su equipo, familias y todo un país. Nuestro apoyo y solidaridad con el Club Chapecoense, miembros de la tripulación y periodistas. Es un golpe muy duro y bajo para todos; pero si estamos unidos como lo estamos demostrando, el dolor se lleva más fácil. El mayor honor que le vamos a dar a Chapecoense es que vamos a seguir defendiendo los colores verde y blanco. Nos queda una responsabilidad muy grande y es representar en el Mundial de Clubes al pueblo de Colombia, Brasil y toda Sudamérica".
Finalmente, Reinaldo Rueda, entrenador del Verdolaga, expresó su sentir: "Gracias fútbol brasileño por todo lo que nos has enseñado. Todos los que crecimos con muchos años sin ver a nuestra selección en un Mundial siempre fuimos hinchas de Brasil; de ese fútbol que nos gusta hacer a nosotros, que también hacía el Chapecoense, y del cual nos hemos nutrido y aprendido. Hoy nuestro equipo está golpeado y nuestro corazón arrugado. Siempre van a quedar en nuestro recuerdo".
En el momento más emotivo de la noche, un grupo de niños vestidos con los uniformes de Atlético Nacional y el Chapecoense entraron a la cancha con globos blancos y las banderas de Colombia y Brasil. Mientras los aficionados aventaban flores y aplaudían, se leyó el nombre de todos los jugadores, miembros de la tripulación y periodistas que perdieron la vida.