viernes 25 marzo 2016, 06:51

Ben Youssef y Yahia, una pareja bien avenida

Poli bueno, poli malo Uno tiene arrojo, agresividad, fuerza intimidatoria e inspira miedo. El otro muestra calma, elegancia, poder de persuasión, e inspira confianza. En una sala de interrogatorios de 105 x 68 metros, donde todas las preguntas aluden a la forma de meter el balón al fondo de las mallas, más le vale a un delantero evitar toparse con la pareja que integran Alaeddine Yahia y Syam Ben Youssef…

Los dos defensas tunecinos son tan diferentes como complementarios. “No tengo una calidad intrínseca que salte a la vista, ni una soltura técnica a lo Thiago Silva, ni tampoco una punta de velocidad como Raphaël Varane, por lo que compenso ciertas lagunas con la colocación, la astucia o mi garra”, se describe Yahia para FIFA.com, mientras que, a la misma pregunta, Ben Youssef nos dice: “Yo soy más técnico, me gusta sacar el balón bien jugado y esmerarme en los despejes”. ¿Es realmente una casualidad si el primero menciona al expeditivo brasileño Carlos Mozer como referencia, mientras que el segundo admira a los elegantes Paolo Maldini y Laurent Blanc?

Ambos zagueros, que juegan juntos con el Caen en la Ligue 1 francesa desde el inicio de la temporada 2015/2016, han aprendido a complementarse, si bien Yahia, valiéndose de la experiencia que le confieren sus 34 años, no se corta a la hora de reconvenir a su compañero, siete años menor. “Tiene una faceta muy jugona para ser un defensa, sobre todo al sacar el balón jugado. Pero la belleza del gesto entraña riesgos”, avisa el veterano central. “Si hay un balón que enviar hacia delante, a él le gusta mucho arrancar con él, aunque a veces simplemente hay que despejar. Ciertamente, no es bonito mandarlo fuera de banda, pero eres un defensa ante todo”.

Primero defender “Antes de recuperar el balón, ya estoy pensando en sacarlo jugado”, admite Ben Youssef, que llegó hace unos meses a la liga francesa tras haber jugado en Túnez, Inglaterra y Rumanía. “A veces, eso te juega malas pasadas, por lo que Alé me dice que primero haga mi trabajo de defensa, y ya luego, si puedo, haga más. Me da muchísimos consejos en cuanto a colocación, rigor y agresividad. Me empuja cada día para que intente superarme”.

Una actitud que Yahia lleva adoptando desde la primera vez que jugaron juntos. Fue con la selección de Túnez en octubre de 2013, en la eliminatoria decisiva de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™ contra Camerún. “Me hizo sentir verdaderamente cómodo”, recuerda el recién llegado a tierras normandas. “Me dijo que estaba ahí por mí, que yo estaba ahí por él. Fue todo muy natural. Es un buen jugador con una gran carrera, por lo que, cuando juegas a su lado, todo es más sencillo. Notas que es un guerrero, y que está ahí para luchar por nosotros”.

Y los hechos lo demuestran: en aquel partido, las Aguilas de Cartago mantuvieron a raya (0-0) a la armada camerunesa de los Samuel Eto’o, Pierre Webó, Jean II Makoun y Alexandre Song. “Hicimos un partido muy serio y combativo. A su lado, incluso, completé mi mejor partido con la selección”, confirma el aguerrido Yahia, que ya fue partícipe de la única Copa Africana de Naciones conquistada por Túnez, en 2004, amén de disputar el Torneo Olímpico ese mismo año y el Mundial de Alemania 2006.

“¡Vuelve, vuelve!” Así, se antoja lógico que, dos años después de ese partido, cuando los directivos del Caen se interesaron por el entonces defensa del Astra Giurgiu, pidiesen su opinión a Yahia. “Me preguntaron si le conocía, y yo dije que era un jugador muy bueno”, revela el ex jugador de Lens, Guingamp y Niza, entre otros clubes. “Ha tenido una trayectoria un poco sinuosa, pero estoy contento de veras por él, porque es un buen chico y un jugador muy bueno. Ha tenido que adaptarse a las exigencias y al nivel de la Ligue 1, y se está desenvolviendo muy bien”. ****

“Sinceramente, él fue uno de los motivos por los que vine al Caen”, confiesa a su vez Ben Youssef. “Tengo una confianza absoluta en él. Antes que buen futbolista, es una gran persona. Cuando supe que el Caen me seguía la pista, le di un telefonazo, y me explicó cómo estaba la situación. Es algo especial porque juega en mi mismo puesto, por lo que tenemos una competencia, pero es sana. Me da muchísimos consejos; sólo desea mi bien”.

Bajo el aspecto duro de Yahia, en efecto, se oculta un hermano mayor protector que, el pasado 19 de marzo, no dudó en atravesar todo el campo para tirarse en brazos de su protegido –ese día suplente– y celebrar su gol contra el Troyes. Y sobre todo, un veterano que ve en Ben Youssef a su heredero en la selección… “Ya está, yo ya he hecho mi servicio”, asegura el zaguero con 23 internacionalidades, la última contra Egipto en noviembre de 2014, tras una relación en ocasiones difícil con su selección nacional. “Hay jóvenes que vienen detrás, como Syam o Aymen Abdennour, que son muy buenos. Tengo 34 años; tendré 35 para la CAN 2017 y 36 en el Mundial de 2018. ¿Qué interés tendría yo y el equipo en que siguiera?”.

Una decisión que su joven compañero respeta, pero que le cuesta aceptar. “No dejo de decirle: ‘¡Vuelve, vuelve!’. Creo que todavía guarda mucho dentro. Él considera que ya no le queda demasiado, pero yo le digo sin cesar que todavía puede completar dos o tres buenas temporadas”, insiste Ben Youssef. “Así que si debo darle un consejo –y ya se lo digo habitualmente–, es que aproveche sus últimos años, que no se ponga fecha final, y que la aplace todo lo que pueda”.

Y es que, para los hinchas del Caen y de la selección tunecina, la pareja del poli bueno y el poli malo todavía tiene muchos casos que resolver…