domingo 04 septiembre 2016, 15:40

Cameron, de todo menos portero

Al dicho que empieza con "Oficial de todo…", suele seguirle el "…maestro de nada". Se trata a la vez de un cumplido que reconoce una amplia gama de habilidades y de un insulto que alude a la falta de una verdadera identidad. "Creo que la versatilidad obra en mi favor", le desmiente a FIFA.com Geoff Cameron, el jugador más polivalente de la selección de Estados Unidos. "Así consigo estar en el campo".

Al preguntarle por las posiciones en las que ha jugado, queda claro que la mejor pregunta habría sido: "¿En qué posiciones no has jugado?". La larga lista empieza con defensa central, se extiende hacia ambos laterales, sube hasta medio centro defensivo y las dos bandas del mediocampo, e incluso hasta el hueco por detrás del ‘nueve’. "También me han sacado de delantero cuando las cosas se ponían feas", apostilla el internacional estadounidense.

La única posición en la que puede decir que no ha jugado como profesional es de portero. "Cuando eres un crío que juega por diversión, siempre te acaban poniendo en la portería, así que supongo que también he jugado de arquero", matiza riendo. Cameron, un hombre de gran inteligencia futbolística, también conoce las dificultades de esa polivalencia por todas partes del campo. "Es complicado tomar el ritmo en un puesto nuevo. Tienes que concentrarte a tope en adaptarte lo antes posible. De lo contrario, podrías encontrarte totalmente fuera del campo".

Es evidente que Cameron ama el fútbol, y le encanta salir a la cancha a jugar. "De niño, sólo pensaba en darle patadas al balón", recuerda. "Daba igual lo que estuviese haciendo: otros deportes, tareas escolares… lo que fuese". También nos cuenta cómo, en cierto partido, lo sacaron de delantero. Y no se trataba de cualquier partido, sino del primero que jugó en su primera campaña como profesional en la Major League Soccer: un amistoso en Hawái. "Había sido defensa toda mi vida, pero sabía que tenía que saltar ahí fuera, recuperar el balón e intentar hacerlo rodar hacia delante", subraya, rememorando el principio de una trayectoria errante, llena de desarraigos y sacrificios. "Lo supe allí mismo. Simplemente quería jugar. Me daba igual dónde. Sólo quería estar en el campo".

El sacrificio de un líder El altruista Cameron –quien, eso sí, se siente más cómodo formando parte de la pareja de defensas centrales– posee todas esas cualidades del jugador currante que tanto aprecian sus compañeros y entrenadores. Se adapta a la perfección al espíritu de trabajo duro de la selección estadounidense e, incluso, ocasionalmente se destapa con algún que otro gol a balón parado.

"Haré todo aquello que el equipo necesite de mí", afirma, con un tono en la voz que te hace creer que no está formulando simplemente las palabras que los periodistas deportivos quieren oír. "Se trata de sacrificarme, dejando a un lado mi ego para ayudar al equipo".

Esa actitud ha llevado muy lejos a Cameron desde sus orígenes en los barrios de clase obrera del sur de Boston. Con 31 años, es un líder de la selección estadounidense que busca un billete para Rusia 2018, aunque esté sufriendo algunos baches por el camino. Cameron es también uno de los pocos jugadores actuales de las Barras y Estrellas que militan en alguna de las principales ligas europeas. Su polivalencia y entrega le han hecho ganarse la confianza de dos entrenadores distintos en el Stoke City, de la Premier League inglesa.

Hay otro viejo dicho futbolístico que reza: "Claro, ¿pero podría hacerlo en una noche fría y lluviosa en Stoke?". Se trata de un desafío a un jugador o equipo brillantes, y a Cameron, que conoce bien su significado, le hace reír. "El Stadium está en lo alto de una colina, desde donde puede divisarse toda la ciudad", señala, con una descripción involuntariamente poética de un campo denostado por la mayoría de aficionados y jugadores ingleses. "Por algún motivo, el viento ruge por allí. Y cuando hay lluvia, viento o nieve, arrecia con fuerza. Hace *frío".

*Estados Unidos, sin perder la calma Al subrayar la palabra "frío", Cameron está aludiendo a esos descansos en los que tiene que colocar sus pies helados bajo un secamanos automático para entrar en calor… Un clima totalmente distinto al que vivió este viernes en San Vicente y las Granadinas, donde Cameron fue titular junto a Matt Besler en su posición preferida de central, y donde Estados Unidos se paseó por 0-6 contra la modesta selección caribeña en una cancha de críquet, bajo el intenso calor de primera hora de la tarde. Pero a falta de un solo encuentro, el equipo todavía no se ha asegurado el pase al Hexagonal final, tras haber registrado un empate en Trinidad y Tobago y una sorprendente derrota en Guatemala.

"En ningún momento queríamos preocuparnos por cosas que están fuera de nuestro alcance, por lo que simplemente estamos concentrados en ganar los encuentros que nos quedan", subraya Cameron, con la vista puesta en el inminente duelo contra la ya clasificada Trinidad y Tobago en Florida. Estados Unidos pasará si gana o empata; e incluso una derrota podría valerle. Pero Guatemala aún sigue viva y está al acecho… "Queremos quedar primeros y en casa nos hemos mostrado fuertes, así que intentaremos solventar la cuestión con una victoria".

Gracias a su versatilidad y experiencia, Cameron tiene garantizada su presencia en el césped el martes… y muchos más días. Es una suerte para Juergen Klinsmann, al frente de una selección en fase de transición. "Me gusta considerarme un líder ahora", concluye Cameron, decidido a perdurar sobre ese terreno de juego del que se enamoró hace tantos años. "Uno puede decirle a los jóvenes: ‘Tranquilos, saldrá bien. Debemos permanecer unidos’. Puedes ponerte nervioso cuando no lo has vivido anteriormente… Por eso quiero ser uno de los hombres con los que se puede contar".