miércoles 27 febrero 2019, 05:30

De hinchas a futbolistas por un día 

  • Tres ecuatorianos ganaron un reality y cumplieron su sueño

  • Son simpatizantes de Barcelona, Liga de Quito y Emelec

  • Ellos contaron su experiencia en primera persona

Dejar la tribuna, ponerse la camiseta y saltar al campo como un futbolista más, aunque sea unos minutos. ¿Qué hincha no soñó con eso alguna vez?

Tres simpatizantes de los equipos más populares de Ecuador se dieron ese gusto días atrás, aunque en distintas fechas, luego de ganar un ‘reality show’ y convertirse en jugadores por un rato.

Jimmy Espinoza, fanático de Barcelona; Rodrigo Caicedo, de Liga de Quito; y Daniel Nieto, de Emelec, resultaron los triunfadores del desafío, que contó entre sus jueces con Iván Hurtado, leyenda de la selección ecuatoriana.

El premio: entrenar con el equipo antes de la presentación oficial; participar del evento, que se hace a estadio lleno como previa de un amistoso; y lo mejor, ¡jugar un rato con sus ídolos!

FIFA.com habló con ellos para saber cómo es ser futbolistas por un día.

Expectativa previa

“Lo que viví, desde la práctica hasta el juego, fue la gloria, y no se paga con dinero”, dice Jimmy, licenciado en inglés y dueño de una hostería de 38 años, cuya primera vez en las grades fue a los 5 con a su padre.

“A mí me hicieron sentir uno más desde el entreno. Hasta me ‘bautizaron’: hicieron una fila y me dieron en la espalda, botándome agua y balones”. cuenta Rodrigo, un estudiante de Periodismo Deportivo de 23 años que debutó en la Casa Blanca con su familia a los 7, independizándose a los 14.

Daniel hasta viajó con el equipo hacia La Caldera. “Me di cuenta lo que viviría al subirme al bus rumbo al estadio el día del partido. Esa sensación superó mis expectativas”, cuenta este futuro médico de 21 años, que también tenía 5 cuando asistió por primera vez a cancha de Emelec

De los tres, solo Jimmy conocía el vestuario principal del estadio de sus amores. “Había estado en el camerino del Monumental, pero vacío. Y ver la camiseta colgada con tu nombre impresiona”.

Más impactante fue encontrarse allí con Andrea Pirlo, campeón de la Copa Mundial de la FIFA Alemania 2006 e invitado de lujo a la fiesta del Barcelona.

“Como pudimos por el idioma, le dije que lo admiraba y le pregunté cómo era ganar un Mundial. Fue muy amable. ¿¡Entiende que me cambié en un mismo lugar que Pirlo!?”.

Los tres vivieron la presentación de los planteles desde adentro, y participaron del calentamiento previo en la cancha.

“Estaba tenso, pero mientras precalentaba con Jefferson Orejuela, me dice: ‘Es una vez en la vida, todos querrían estar en tu lugar. Disfruta”, cuenta Rodrigo.

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Durante y después

Tanto Jimmy como Rodrigo vistieron el número 12, por la campaña del sponsor que organizó la acción (#Jugador12PorEncimaDeTodo), y fueron titulares ante Alianza Lima de Perú e Independiente de Santa Fe de Colombia, respectivamente.

Rodrigo incluso dio el puntapié inicial. “Me sentí extraño, en shock, como que no me estuviera pasando. Toqué un par de veces la pelota, pero la devolví directo. ¡Tenía miedo de perderla!”.

¿Cuánto jugó? “Tres minutos, ¡pero me reemplazó Juan Anangonó, uno de mis favoritos! Salí, nos hicieron un gol y le dije al técnico (el uruguayo Nicolás Repetto): ‘¿Viste lo que pasó por sacarme?’. Él se río conmigo”.

Jimmy también jugó tres minutos. “Mi hito fue hacer un pase de cabeza”, narra con humor y orgullo.

“Fue un rechazo elevado, tardó 6 o 7 segundos en caer, y pensé millones de cosas. Me dije: ‘No puedo bajarla, tengo que cabecearla’. Y cuando salto veo un rival enorme que salta conmigo. ¡No sé cómo cabeceé yo!”.

Daniel usó el número 90 debido al 90º aniversario de Emelec, e ingresó en el último minuto del duelo con Sporting Cristal de Perú.

“La hinchada coreó “Gordooo, Goordooo” cuando estaba por entrar. En lugar de molestarme, ¡me encantó!”, dice Dani, quien quiso ser futbolista pero "no tuve suerte".

“Aunque no toqué el balón, sé que si jugaba un rato más hacía un gol”, agrega convencido.

Los tres coinciden en que vivieron uno de los momentos más felices de sus vidas, y que les divierte el reconocimiento que reciben desde entonces. Sobre todo, en esas tribunas a las que regresaron para renovar la fidelidad por sus equipos.