lunes 25 julio 2016, 00:19

Djite, un delantero multicultural y ¿todopoderoso?

"El mundo es un libro, y quienes no viajan leen sólo una página". Esta frase de San Agustín se puede aplicar perfectamente a la vida del futbolista Bruce Djite. Él ha leído. Mucho. FIFA.com entrevista a este jugador multicultural para conocer su fascinante periplo vital y futbolístico.

“Es una cita fantástica. Ya la había oído, no sé dónde, se me quedó pegada, y es muy cierta", nos dice Djite. "Conozco a mucha gente que nació y se crió en el mismo sitio”. Y no es su caso, claro. Djite nació en Estados Unidos, de padre procedente de Costa de Marfil y madre togolesa, y se mudó a Australia siendo un niño. También ha vivido en Turquía y en China y habla francés, inglés y turco.

Su experiencia vital internacional le deja una gran enseñanza. “Es fácil engañar a la gente que no ha tenido la oportunidad de viajar mucho. Quienes no alternan mucho con los demás no entenderán a otras personas”. Es una filosofía que Djite no deja de practicar. Nunca le ha asustado la perspectiva de conocer distintos países y culturas.

Su amor por el deporte rey surgió a raíz de una visita a África occidental, a Costa de Marfil, donde pasó un tiempo de niño. “Tendría seis años, más o menos. Estábamos allí, y fui a la escuela durante unos seis meses. Todos jugaban a este juego. Yo acababa de llegar de Australia, y quería hacer amigos. ¿Y cuál es la forma más fácil de conseguirlos? Que a uno se le den bien los deportes”.

“Entonces empecé a jugar con todo el mundo por la calle. Antes de la escuela, en el recreo y al salir de clase. Me lo pasé muy bien e hice muchísimos amigos. Era típico de muchas situaciones de África: campos de tierra, zapatos que hacían las veces de postes y balones viejísimos, que prácticamente ya no tenían cuero. Pero todos lo pasábamos genial. En el avión le pregunté a mi padre si en Australia jugaban a este juego, le dije que tenía muchísimas ganas de seguir practicándolo. Así que al volver me incorporé a mi club local, con los sub-7, y a partir de ahí fui progresando. Así fue como empezó todo”.

Un par de vueltas al mundo Djite avanzó a buen ritmo, y no tardó en alcanzar el profesionalismo con el Adelaide United. Pero siempre había tenido el sueño de jugar en el extranjero y ampliar sus horizontes, así que fichó por el Gençlerbirligi, de la Süper Lig turca. También estuvo cedido en el Diyarbakirspor, del mismo campeonato. “Una de las mejores cosas del fútbol y de tener una carrera futbolística son las experiencias vitales. Vivir en Turquía y jugar con turcos y con otros extranjeros fue algo increíble”, recuerda.

Interrumpió su carrera en Turquía cuando el Gold Coast United lo convenció para que regresase a Australia, convirtiéndolo en uno de sus grandes fichajes. Estuvo en el club una temporada, antes de volver a sus raíces, en el Adelaide United.

Pero Djite quería seguir leyendo páginas del mundo. En 2011 se marchó cedido al Jiangsu Sainty chino. “La diferencia entre las culturas de los distintos países en los que he jugado es asombrosa. Cruzarse con distintas personas le ayuda mucho a uno, como persona. Creo que, en primer lugar, aporta una mejor visión del mundo, más completa. Y luego, obviamente, experimentar distintos tipos de fútbol es algo estupendo. Nunca olvidaré la experiencia de jugar contra el Besiktas en Estambul, y contra el Galatasaray y el Fenerbahçe. Fue una experiencia doblemente fantástica: futbolística y vital. Y lo mismo puedo decir de China”.

Esta temporada, el jugador de 29 años recompensó la confianza depositada en él por el Adelaide United contribuyendo a la conquista del doblete de A-League Premiership y A-League Championship, haciendo honor al apodo que le han puesto los hinchas y los medios de comunicación: “Bruce Almighty” (Bruce Todopoderoso).

“Mi apodo viene de los medios, para adornar la noticia. Yo siempre pido que me llamen Bruce, nada más. Soy una persona normal, un tipo normal que ha tenido la suerte de hacer realidad su sueño de ser futbolista profesional. Así que de Todopoderoso, nada. He hecho varios partidos pésimos durante mi carrera, y no creo que nadie me llamase Todopoderoso después de jugarlos”, sonríe con humildad.

Un tipo normal, después de todo, que sigue buscando ávidamente la próxima página por leer en el maravilloso libro del mundo.