miércoles 13 abril 2016, 08:48

El Arabi, sencillez, humildad y eficacia

"No exaltarme, ¡ésa es mi especialidad! Me sorprenden mis resultados, pero no me caliento la cabeza, me siento como un niño, muy feliz de jugar en la Ligue 1". Youssef El Arabi pronunció estas palabras allá por 2010. Entonces encadenaba dianas con la camiseta del club de sus amores, el Caen, recién ascendido a la máxima categoría del campeonato francés. Hoy, a pesar del tiempo transcurrido, de todos los goles y de su condición de titular tanto en la selección como en el Granada, el delantero marroquí de 29 años apenas ha cambiado.

"No es eso lo que hará de mí una estrella", confirma al micrófono de FIFA.com. "Una estrella es el que juega en un gran club, el que disputa Copas Mundiales y Ligas de Campeones. Yo me veo como un modesto delantero, un simple jugador de fútbol que tiene el privilegio de tener su pasión como oficio y que espera prolongar ese placer lo más posible. Nada más".

Sin embargo, las estadísticas dicen otra cosa. Desde la temporada 2010/2011, El Arabi no ha anotado nunca menos de 10 tantos por campaña. Llegó al Granada en 2012 procedente del Al Hilal de Arabia Saudí, y este año ha entrado en la historia de la entidad andaluza como el mejor artillero de su historia. Con su selección ostenta un impresionante registro de 15 realizaciones en 34 convocatorias.

"No está mal, aunque ya que hablamos de récords, aún estoy muy lejos del de Ahmed Faras y sus 42 goles. Y marcando en uno de cada dos partidos, habrá que tener paciencia para superarlo", bromea. "Entretanto, me doy por satisfecho con la clasificación para la Copa Africana de Naciones. ¡Lo que no está nada mal!".

Nuevos tiempos para los Leones del Atlas Está pero que muy bien. Porque hay que decirlo, el fútbol marroquí atravesaba un periodo algo difícil desde hace un tiempo. Los Leones del Atlas no se clasifican para la Copa Mundial de la FIFA™ desde 1998, y además quedaron excluidos de la CAN 2015, que en principio se iba a celebrar en su país, por lo que estaban buscando un nuevo impulso que ya parecen haber encontrado.

Tras derrotar a Cabo Verde (0-1 y 2-0), entonces número uno de África en la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola, Marruecos se convirtió en el primer combinado en conseguir el pase para la prueba reina del fútbol continental, a celebrar en 2017 en Gabón.

"La calidad siempre ha estado ahí, si bien es cierto que no quedaba patente en los resultados por motivos que me cuesta explicar. Sin duda, los diferentes cambios de seleccionador no ayudaron. En cualquier caso, ahora estamos en el buen camino. La llegada del nuevo técnico ha sido muy positiva", explica nuestro protagonista en referencia al nombramiento de Hervé Renard en febrero de 2016. "Es un entrenador que ha demostrado su valía en África. Ha ganado dos veces la CAN con dos países distintos. En Marruecos dispone de un buen grupo de jugadores. Trabajamos bien juntos. Y esta vez se ha visto reflejado en los resultados".

Y sobre ese punto, Hervé Renard y sus hombres tienen mucho que agradecer a Youssef El Arabi. El ariete, nacido en Caen, materializó todos los goles frente a los Tiburones Azules (dos penales y un bonito remate de cabeza) y reconcilió definitivamente al equipo con su afición: "No importa quién marque. Sólo cuentan la victoria y la clasificación", añade. "No obstante, clasificarse para una CAN está muy bien, pero tampoco es ningún logro, es un deber. Ante todo espero llegar más lejos, ganar este torneo o participar en una Copa Mundial".****

Fotos, trofeos y orgullo A falta de eso, El Arabi se conforma con otras recompensas, como el título honorífico al artillero más prolífico de la historia de su club, o como las fotos postpartido en las que posa junto a Zinedine Zidane, Lionel Messi o Cristiano Ronaldo. Imágenes que él publica en su cuenta de Instagram como si fueran medallas en su palmarés.

"Para mí son como trofeos", revela. "Era un apasionado del fútbol antes de ser profesional. Para mí, cruzarme con leyendas como Zidane es sencillamente fantástico. Esas fotos son recuerdos. Cuando veo a un jugador o entrenador que me gusta, que me hace soñar, aunque haya sido mi rival durante 90 minutos, ¿por qué no me voy a hacer una foto con él?".

¡Y por qué no! Ya hemos dicho que El Arabi sigue siendo "aquel niño feliz de jugar en la Liga", un chaval que simplemente ha hecho realidad su sueño y cuya única ambición es prolongarlo lo más posible. "Cuando era jovencito era recogepelotas en el estadio d’Ornano de Caen y me imaginaba estar en el lugar de los futbolistas, a los que idolatraba. Suplicaba que me dejasen pedirles las camisetas tras los encuentros, a menudo en vano", nos cuenta. "Hoy, nada me hace más feliz que tener la oportunidad de regalar mi camiseta a un recogepelotas…"

Y concluye: "Ése es mi mayor orgullo. No será nunca entrar en la historia de un club o una selección, sino más bien haber logrado convertirme en el protagonista del cuento que me contaba a mí mismo de niño, mientras me dormía".