domingo 07 agosto 2016, 09:30

El capitán azzurro que sólo vistió de blanco

En su historia se mezclan piratas y postales, el vino y una cárcel, el fútbol y una guerra. Es la historia de Francesco Calì, el primer capitán de la selección nacional italiana, que fue defensa, entrenador y hasta árbitro. Y algunos le conocían como el suizo...

Porque nació en Riposto (Sicilia) en 1882, en una familia de viticultores que se vio obligada a emigrar a Suiza para reponerse del asalto de unos piratas que los dejaron en la ruina. Así, con dos años, a Francesco le llamaban Franz, y aprendió a dar patadas a un balón, en Zúrich primero, en Ginebra después.

Los Calì regresaron a Italia con el cambio de siglo, pero esta vez a Génova, y los hermanos, Francesco y Salvatore, empezaron a jugar con el Genoa. Pero pronto, Francesco se pasó al gran rival local, el Andrea Doria (origen del Sampdoria), en el que se convirtió en capitán y figura. Y no sólo jugaba. También se vistió esporádicamente de árbitro, por ejemplo, en la final de la Copa Città di Torino entre Juventus y Milan.

Cuestión de idioma En la víspera de cumplir los 28, Calì viviría su momento de gloria futbolística. No sólo formó parte de los elegidos para jugar el primer partido de su selección sino que tuvo el honor de ser su capitán. ¿Por qué fue él el distinguido? Era el mayor del grupo y, además, el único que se manejaba en el idioma del rival, Francia, gracias a su pasado suizo.

Lana, Cevenini Ist, Calì, Rizzi, Trerè, Fossati Ist, Domenico Capello, Debernardi, Varisco, De Simoni, Boiocchi. Así formó aquella primera Squadra Azzurra que vestía camiseta blanca. El color de los pantalones y las medias se dejó a elección de cada jugador. La mayoría optó por usar los de sus respectivos clubes. Y ante cerca de 4000 espectadores en el Estadio Cívico de Milán, Italia derrotó a Francia por 2-6.

En la crónica publicada por la Gazzetta dello Sport, la actuación del capitán fue muy elogiada. “Calì ayer se confirmó por su calma, seguridad y por la perfección del juego, como el más digno para cubrir el puesto de capitán de nuestro once nacional”.

Días después, el grupo viajaba a Hungría para disputar un segundo amistoso que perderían por 1-6. Sería el último partido de Calì con la nacional. También vistió de blanco. Esas camisetas era más baratas que las coloreadas. El azul llegaría un año más tarde.

De la cárcel a las postales Francesco se embarca entonces en tareas de entrenador hasta que la I Guerra Mundial interrumpe toda actividad futbolística. Es llamado a filas, forma parte del Regio Esercito Italiano y cae herido en la batalla. Tras recuperarse, le destinan en la cárcel del Forte Sperono de Génova.

En la postguerra, Calì se reconvierte en vendedor de postales en la ciudad. Él mismo recorre las calles tomando fotos de los monumentos y los lugares más hermosos de lugar para producirlas y venderlas. Además, hizo parte del grupo técnico de la nacional y dirigió 13 partidos, participando además en ese rol en los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920.

Nunca perdió la pasión por el calcio y siempre fue fiel a su amado Andrea Doria que lo eligió Presidente poco antes de su fusión con la Ginnastica Comunale Sampierdarenese, para dar lugar a la Unione Calcio Samp-Doria en 1946.

Calì falleció tres años más tarde, pero sigue muy cerca del nuevo club. Si usted camina hoy por la vía Francesco Calì de Génova, acérquese a la esquina norte y verá el lugar favorito de este pionero del fútbol italiano: el estadio Luigi Ferraris.

Imágenes cortesía del Archivo Museo del Calcio/FIGC***

. a la izquierda: postal del debut de la selección italiana . arriba: primer partido de Italia ante Francia: desde la izquierda > Lana, Cevenini Ist, Calì, Rizzi, Trerè, Fossati Ist, Domenico Capello, Debernardi, Varisco, De Simoni, Boiocchi. . abajo: Francia 1-2 Italia, en el estadio Olímpico de Marsella el 21de Febrero de 1921. Francesco Calì es comisario técnico de FIGC, el primero por la derecha.