Huelga decir que el fútbol es el deporte más popular en el Reino de Camboya. Gente de todas las edades y de toda condición social juegan al balompié en las 25 provincias de este país tropical ubicado en la parte sur de la península de Indochina.

El fútbol arraigó en Camboya cuando los colonos franceses lo llevaron por primera vez allí a principios del siglo XX. De hecho, la popularidad del fútbol creció tan deprisa que ya en 1933 se fundó la Federación Camboyana de Fútbol (FCC). Tras afiliarse a la FIFA en 1953, la FCC se incorporó a la AFC cuatro años después.

Sin embargo, la selección de Camboya no se constituyó hasta que el país logró la independencia en 1953, tras la conclusión del protectorado francés. El equipo, apodado los Kouprey, disputó su primer encuentro internacional contra Malasia en 1956, y lo perdió por 9-2 en casa.

El fútbol cobró impulso en Camboya durante la regencia del rey Norodom Sihanouk en la década de 1960. A Sihanouk, con fama de amante de los deportes, se le denominaba cariñosamente en Camboya como el Preah Beidha Keila Cheat (“Padre de los Deportes Nacionales”) del país.

Gracias al apoyo real, surgió la generación dorada de los Kouprey. Con su ariete estelar Doeur Sokhom como punta de lanza, Camboya trastocó la jerarquía tradicional del continente quedando cuarta en la Copa Asiática 1972. Sokhom marcó 4 tantos, incluido el que abrió el marcador en una mítica victoria por 4-0 sobre Kuwait, que marcó un impresionante debut continental de los camboyanos.

A continuación, Camboya degustó su primer título internacional llevándose el trofeo en la Copa del Presidente de 1973. Pese a perder ante los anfitriones surcoreanos por 6-0 en su primer partido, el equipo venció a combinados de la talla de Indonesia y Malasia para plantarse en la final, donde firmó un empate sin goles contra Myanmar que le hizo compartir el título con su rival.

Esa época dorada no duró mucho, no obstante. La subida al poder de los Jemeres Rojos supuso el comienzo de un periodo desolador para el fútbol, en el que incluso el icónico Sokhom fue trágicamente asesinado.

La selección de Camboya regresó de esa larga travesía del desierto en 1995, para estrenarse en una fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA™. El equipo sumó 1 punto en el camino a Francia 1998, donde no pudo superar la primera ronda. Hok Sochetra, máximo goleador de siempre de la selección camboyana con 20 dianas, fue el autor del único tanto de ese histórico 1-1 ante Indonesia.

El salto de calidad se produjo por fin en el clasificatorio para Rusia 2018, cuando Camboya alcanzó la segunda ronda tras imponerse en su eliminatoria a doble partido contra Macao. Y para demostrar que no fue pura casualidad, emuló su logro en el camino a Catar 2022, con un claro triunfo global por 4-1 sobre Pakistán en la primera ronda.

Una vez reavivada la pasión por el fútbol por todo el país, su desarrollo futbolístico se ha ido acelerando en los últimos años. Y aún más notables son los logros de la FFC en materia de infraestructuras y de formación.

Gracias al sólido respaldo del programa Forward de la FIFA, se está construyendo una serie de modernos campos de fútbol equipados con todos los servicios necesarios. Al mismo tiempo, se están creando academias juveniles por todas las provincias; y los programas educativos, así como los seminarios para entrenadores, árbitros y directivos, se han convertido en algo habitual.

“El programa Forward de la FIFA está desempeñando un papel importante en nuestra labor de desarrollo”, confirma a FIFA.comel secretario general de la FFC, Keo Sareth. “Principalmente, nos estamos concentrando en mejorar la seguridad y adecentar la calidad de los campos de fútbol por todo el país. Con unas infraestructuras e instalaciones mejoradas, esperamos poder llegar a semifinales en los Juegos del Sudeste Asiático 2023, donde seremos la selección anfitriona”.

“Este es nuestro plan estratégico, denominado ‘Camino a 2023’. Con el fin de cumplir nuestros objetivos, la Federación Camboyana de Fútbol quiere aprovechar la ayuda del Forward de la FIFA para crear sinergias en la utilización de recursos y poder así llevar a buen puerto las obras”, concluye Sareth.