El Hienghene Sport se proclamó por primera vez rey de Oceanía tras vencer en la final por la mínima (1-0) al AS Magenta gracias a un gol de Amy Antoine Roine, que salió en la segunda mitad.

Por primera vez dos equipos de Nueva Caledonia se disputaban la final de la Liga de Campeones de la OFC, un torneo habitualmente dominado por los clubes de Nueva Zelanda.

En la primera mitad del partido, disputado en el Estadio Numa-Daly de Nouméa, el AS Magenta dominó el juego, si bien el Hienghene tuvo varias opciones para romper el 0-0 al contraataque. Pero el marcador no se movería hasta la reanudación. Roine saltó a la cancha en el minuto 60' y apenas unos minutos después marcó un golazo para dar el título a los suyos.

Recibió el balón en su propio campo, y viendo adelantado al arquero rival, probó su suerte para conseguir el tanto decisivo. El AS Magenta buscó la igualada hasta el final, pero la buena actuación del arquero Rocky Nyikeine evitó el empate. Para añadirle drama, el Hienghene jugó los últimos minutos con un hombre menos por la expulsión de Mickael Tiaou, pero resistió para llevarse el triunfo.