lunes 11 noviembre 2019, 23:14

El viaje de Jessica: Messi, Hegerberg, 50.000km y 59 partidos en 12 países

  • Jessica Malone dejó su trabajo y recorrió el mundo para ver fútbol

  • Asistió a 59 partidos en tres continentes durante seis meses

  • Es de Pensilvania y habla de los mejores jugadores y ambientes que vio

Jessica Malone se encontró de repente desempleada y a punto de quedarse sin hogar. “Dejé el trabajo en marzo, no lo tenía previsto para nada”, explica a FIFA.com. “Era geóloga, así que vivía en los lugares de trabajo o en hoteles, no tenía apartamento”.

Oriunda de Pensilvania, se puso a buscar vivienda en Internet, y también entró en sitios web de búsqueda de trabajo. También se distrajo con un vídeo de la última obra maestra de Lionel Messi: tres dianas en el estadio del Betis, una de ellas de un tiro bombeado que acabaría siendo elegido para ocupar la segunda posición del Premio Puskás de la FIFA.

Un viaje único

“Empecé a pensar ‘tengo que ver jugar a Messi”, recuerda Jessica. “Si no lo hago ahora, no volveré a tener la oportunidad. Y a partir de ahí se me ocurrió ir a San Siro. Ahí fue donde comencé. ¡Era una forma de olvidarme de buscar apartamento!”.

Así fue como surgió una aventura que la condujo a través de más de 50.000 kilómetros, tres continentes, doce países, 44 estadios y 59 partidos, y que pudo sufragar mediante una paga de vacaciones de seis semanas, descuentos acumulados en los billetes de avión, alojándose en albergues juveniles y evitando actividades turísticas y de ocio nocturno.

Ya había planificado ir al Mundial Femenino en junio, así que lo incorporé a mi viaje”, dice Jessica. “Pasé por España e Italia y luego fui a Budapest para asistir a la final de la Liga de Campeones Femenina”.

“Después vino Francia 2019. Me entusiasmó la victoria de Estados Unidos, aunque más aún ver cómo habían mejorado el resto de las selecciones”.

“Vi varios partidos de la MLS y la NWSL para hacer tiempo antes de que arrancase la temporada en Europa, y luego me marché a Irlanda y a Irlanda del Norte. Después vi 14 partidos en Inglaterra, uno en Gales y tres en los Países Bajos”.

La atmósfera inigualable de Sudamérica

“Luego pasé por Brasil, Uruguay y Argentina. El principal estadio que quería visitar siempre había sido La Bombonera. Y, sinceramente, nunca pensé que llegaría a hacerlo, era algo demasiado alocado, daba demasiado miedo para una mujer que no sabía español”.

“Pero acabó superando todos mis sueños, para bien, con unos colores intensísimos y muy vivos, y una arquitectura absolutamente singular. Y los hinchas de Sudamérica, y concretamente de Argentina, no tienen nada que ver con otros. Ya había visto grandes ambientes en Europa, pero allí es algo totalmente distinto”.

“Los brasileños siempre están contentos, y en todos los partidos a los que fui allí las mujeres eran al menos la mitad de la afición, eso hace que el ambiente sea todavía mejor. Pero la gente expresa su pasión de forma distinta, y no cabe duda de que los argentinos la exteriorizan muy bien, allí el ambiente se nota todo el tiempo”.

Hegerberg, más impresionante aún que Messi

Jessica había iniciado su periplo debido al hijo predilecto de Argentina, pero el mejor recuerdo que se llevó fue el de la futbolista noruega más deslumbrante.

“Ver a Messi fue increíble”, reconoce. “Ocurrió en el partido de ida de semifinales de la Liga de Campeones, marcó de aquel lanzamiento de falta contra el Liverpool. Pero, siendo franca, la mejor jugadora que he visto en vivo es Ada Hegerberg, tuve la ocasión de verla en la final de la Liga de Campeones Femenina. Hizo una tripleta en 16 minutos. Verla jugar me emocionó más de lo que pensaba. Creo que fue mi momento preferido de los seis meses, acabó sorprendiéndome”.

Fútbol y viajes, una combinación perfecta

Se trató de un viaje único en la vida para Jessica, aunque no era el primero que hacía marcado por el fútbol. “En 1994 era demasiado joven, pero en 1998 el Mundial me hipnotizó por completo, llegó a obsesionarme”.

“Soy de una pequeña localidad agrícola de Pensilvania. Nunca había salido del país, ni mis padres tampoco, así que ver a toda esa gente de tantos países distintos, con las camisetas, las banderas, las caras pintadas, fue algo increíble”.

“Como Estados Unidos quedó eliminado muy pronto, me volqué con la selección inglesa. Me obsesionaban las Spice Girls, mi preferida era Sporty Spice, que siempre llevaba la camiseta de Inglaterra del 98. Y los jugadores en concreto me parecieron lindos, Michael Owen, David Beckham, Sol Campbell”.

“Me puse muy nerviosa al ver el partido de Argentina. Al recordarlo, ahora me río, porque en realidad no iba conmigo, pero me sentí totalmente implicada. Después de los penales quedé desolada, aunque fue un Mundial asombroso y le llamé 'Zizou' a mi perro”.

“Después pude ir a cuatro partidos del Mundial Femenino de 1999 y ver a la selección estadounidense que se proclamaría campeona. Como aficionada al fútbol, para mí fue muy especial y me enseñó mucho. Obligué a mi madre a prometer que si ganaba Estados Unidos me dejaría teñirme el pelo de rojo, como Kate Sobrero, ¡y al final gané esa apuesta! (risas)”.

“Empecé a ir a partidos de Estados Unidos. Fui a Rusia 2018 y he viajado algunas veces a Inglaterra y a Alemania, para ver ocho partidos en diez días, más o menos. El fútbol es una parte importantísima de mi identidad”, concluye.