martes 01 diciembre 2020, 05:00

Endo: "Quiero que el rol del diez vuelva al fútbol"

  • Yasuhito Endo es el jugador que más veces ha vestido la camiseta de Japón

  • A principios de año, batió el récord de partidos en la liga japonesa

  • Endo nos habla de su filosofía de vida y sus recuerdos mundialistas

En los últimos tiempos, el mundo del fútbol se ha quedado fascinado al ver a varios jugadores japoneses que, semana tras semana, siguen rindiendo al máximo nivel a sus cuarenta y tantos (¡algunos incluso cumplidos los 50!). Pero ¿cuál es el secreto de su longevidad y su manera de afrontar la vida y el fútbol?

Puede que la persona más indicada para hablarnos de ello sea Yasuhito Endo, el futbolista que más partidos ha jugado con la selección japonesa y en la primera división del país nipón. Endo ha disputado más de 800 encuentros en su dilatada trayectoria profesional, y es conocido por su técnica exquisita a la hora de ejecutar libres directos, su increíble visión de juego y su amplia gama de pases.

En estos momentos, Endo juega cedido en Jubilo Iwata, de la categoría de plata del fútbol japonés, pero sigue perteneciendo a Gamba Osaka, club en el que milita desde hace muchos años. FIFA.com charló con él de su carrera, de su destacada actuación en la Copa Mundial de la FIFA™ en Sudáfrica 2010 y de cómo es cuando no está jugando al fútbol.

Yasuhito, ¿cómo es el reto de jugar con Jubilo Iwata en comparación con todo lo que has vivido a lo largo de tu carrera?

Aquí me estoy dedicando a disfrutar del fútbol, porque las circunstancias son muy distintas a las de mis otros equipos. He jugado mucho tiempo en Gamba Osaka. Japón no es tan grande como Estados Unidos, por ejemplo, pero las prefecturas de Osaka y Shizuoka son muy diferentes. Estoy disfrutando de mi fútbol en una cultura distinta.

¿De dónde le viene su amor por el fútbol? ¿Cómo nació?

Mi hermano mayor, que jugaba al fútbol, me influyó muchísimo, y por eso me empezó a gustar a mí también. Yo siempre iba detrás de él. Empecé a amar el fútbol gracias a él.

¿Estaba usted destinado a ser centrocampista?

Al principio jugaba de delantero. Me encantaba meter goles, pero cuando tenía 14 años me hice centrocampista, porque pensé que sería más fácil [ríe]. Ahora ya he comprendido que es la posición más difícil de todas. ¡Hay que correr mucho más!

En Japón hay varios futbolistas de primer nivel que siguen rindiendo al máximo bien entrados los 40 años, y algunos incluso han cumplido ya los 50. ¿Cuál es su secreto y cómo explicaría esta tendencia?

¡No tengo ni idea! [ríe] Los japoneses no sabemos lo que significa rendirse. Tenemos esa mentalidad.

Usted brilló en Sudáfrica 2010. ¿Qué factores se dieron para que fuera una experiencia tan positiva?

Es una pregunta difícil, pero la respuesta está clara. Después de sellar nuestro billete para el Mundial jugamos algunos partidos amistosos de preparación, pero los resultados fueron pésimos. Apenas ganamos alguno de esos partidos, y ni los japoneses ni nadie esperaban que hiciésemos un buen papel en el Mundial de Sudáfrica.

Esto se tradujo en que nuestra selección llegó sin ningún tipo de presión externa, pero nosotros queríamos jugar bien, porque habíamos cosechado malos resultados en los amistosos. Los medios de comunicación japoneses y nuestra afición decían que no esperaban nada de nosotros en Sudáfrica. Y nosotros decidimos mostrar el verdadero fútbol japonés. Esa fue nuestra actitud en aquel momento.

¿Por qué ha decidido quedarse toda su carrera en Japón en lugar de probar suerte en el extranjero?

Tuve ofertas de otros países, pero yo siempre analizaba el estilo de juego de cada uno de esos países. Y como nunca me pareció que favorecieran mi manera de jugar, pensé que no sería feliz jugando en esos países. Por eso decidí quedarme en Japón y seguir jugando aquí. No me arrepiento de no haber salido, pero todavía tengo esperanzas de jugar en el extranjero. Es algo que aún me gustaría hacer.

Es conocido por su técnica única a la hora de tirar penales. ¿Simboliza su manera de ser fuera de la cancha? ¿Es usted una persona tranquila lejos del fútbol?

Lanzo los penales con mucha tranquilidad porque intento no pensar en nada hasta el último momento, es decir, que no decido de antemano adónde voy a tirarlo. Lo decido en el último segundo. Sé que fallarlos es muy incómodo. Soy de esas personas que, cuando salen del campo de entrenamiento, dejan de pensar en el fútbol. No veo ningún partido.

¿Le gusta ejercer de líder y servir de faro a la siguiente generación de futbolistas? ¿Qué clase de líder es?

Lo más importante es que quiero enseñarles el buen fútbol, a jugar bien. Me gusta predicar con el ejemplo, no solo con palabras. En la cancha, en los partidos, me gusta ayudarles jugando bien y dándoles mis mejores pases. En los entrenamientos, también me gusta dar consejos a los jóvenes.

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Se habla mucho de que el rol tradicional del diez, el creador de juego, está desapareciendo de la élite del fútbol, donde la velocidad y la potencia se priman cada vez más. ¿Está de acuerdo con eso y, de ser así, cree que falta creatividad en el fútbol actual?

He notado que la tendencia está cambiando. Por lo visto, la gente valora la potencia y la velocidad. Yo crecí adorando a los dieces, y quería jugar como Platini, Zico, Maradona y Cruyff. Quiero que el rol del diez vuelva al mundo del fútbol. Ese es mi deseo.

¿Qué le gustaría hacer en su vida después de colgar las botas?

¿Después de colgar las botas? No lo he pensado todavía. Me gustaría descansar y viajar. Llevo muchos años jugando y esforzándome al máximo, por lo que no he tenido tiempo de viajar, así que me gustaría hacerlo durante un tiempo. Quiero ver todos los sitios que son Patrimonio Mundial de la UNESCO que pueda.

¿Qué le ha enseñado el fútbol en todos estos años? ¿Qué lecciones ha aprendido de la vida?

El fútbol me lo ha enseñado todo. He conocido a mucha gente, y esos amigos son un tesoro para mí. He crecido con el fútbol, he podido conocer muchos países como futbolista y he aprendido muchas cosas de otras culturas. Cuando juego al fútbol emociono a la gente, le doy felicidad. Y esa felicidad me vuelve a mí. Por eso juego al fútbol.

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