domingo 26 febrero 2017, 10:04

Entrevista con el Presidente de la FIFA Gianni Infantino

Transcurrido un año desde el Congreso Extraordinario de la FIFA de 2016, el Presidente de la FIFA, Gianni Infantino, se ha referido a la vertiente práctica de las reformas llevadas a cabo y a la nueva estructura de la organización.

El 26 de febrero, durante la crisis más profunda que haya atravesado nunca la FIFA, el Congreso Extraordinario de la FIFA aprobó unos nuevos estatutos y lo eligió a usted presidente. ¿Hasta qué punto ha cambiado la organización desde entonces? Las reformas son un elemento de cambio innegable, y que no depende de quién esté al frente de la organización. Constituyen un conjunto de garantías de que la FIFA se gestiona con arreglo a unos principios de transparencia y buen gobierno. Eso es una cosa. Ahora bien, cuando yo asumí el cargo y me comprometí a devolver el fútbol a la FIFA y la FIFA al fútbol, no estaba enunciando un simple lema ni haciendo ningún juego de palabras. Es una idea concreta para promover este enfoque de gestión de la FIFA.

Lo que más me alegra de estos últimos doce meses es ver estas ideas, intenciones y normas plasmadas en la realidad, en el día a día de la administración del fútbol. El trabajo de la FIFA abarca muchos ámbitos de la vida y muchas áreas de conocimiento, pero el único beneficiario debe ser el deporte del fútbol. Siempre. Imagino que en el pasado esto se dejó de lado, y confío en que esta nueva administración, con los nuevos Estatutos, haya empezado a cambiar esa situación durante este primer año.

Y si ya ha empezado, ¿cuáles son los siguientes pasos? Bien, dicho todo eso, todavía queda mucho por hacer. Esto no es más que el principio. Lo que hemos hecho es establecer un marco: no el mío personal, sino un marco que, estoy convencido, es una estructura sólida en la que podrá actuar la FIFA durante años. Después de todo lo que ocurrió, no podíamos permitirnos que una nueva administración se limitase a llegar y abordar las cosas con poca visión de futuro. La institución necesitaba un plan sólido, y con eso en mente concebimos “FIFA 2.0: el futuro del fútbol”. Es una hoja de ruta concreta, con objetivos cuantificables para la FIFA en tanto que organización.

Como Presidente de la FIFA, mi deber es proponer un camino a seguir. Y la ejecución de todo lo necesario para implantar esas decisiones estratégicas que yo tomo con la asistencia del Consejo de la FIFA depende de la Secretaría General. Fijémonos, por ejemplo, en el desarrollo futbolístico: en el Congreso de la FIFA celebrado en mayo del año pasado, yo presenté un plan maestro para cambiar la financiación de nuestras federaciones miembros.

Fue una medida importantísima y concreta de reorientar la FIFA hacia lo que mejor hace, o debe hacer: desarrollar el fútbol. Ahora la administración está convirtiendo el Programa Forward en el elemento fundamental del trabajo de desarrollo de nuestras federaciones miembros. Las inversiones son mucho mayores y mucho más eficaces, con un control mucho más estricto sobre el uso de los fondos. El Programa Forward es un ejemplo integral de cómo espero seguir presentando propuestas innovadoras. Actuamos basándonos en los principios de las reformas, como la transparencia y la separación de poderes, nos centramos estrictamente en el fútbol y aspiramos a llegar lo más lejos posible. Esa es la meta. Hablando de llegar más allá, ¿es eso lo que ha llevado a buscar la expansión de la Copa Mundial de la FIFA™? La FIFA gestiona el fútbol en todo el mundo, y su objetivo principal debe ser la promoción del juego. El fútbol ya es inmensamente grande, pero estamos aquí para dar rienda suelta a todo su potencial, por todas partes y en todos los niveles. Esto implica una mayor participación: en eso consisten las cumbres ejecutivas del fútbol de la FIFA, y también el Mundial de 48 selecciones. Cada vez hay más países que están produciendo talentos de la máxima categoría y que organizan el fútbol a un alto nivel.

Al ser más altas las probabilidades de alcanzar el mayor torneo del fútbol, la tendencia es que el desarrollo cobre un impulso todavía mayor por todo el globo. ¿Que si va a ganar la FIFA más dinero con un torneo ampliado? Pues sí. Y teniendo en cuenta que la obligación de la FIFA es reinvertir en el fútbol el dinero que gane, no veo cómo no va a ser eso algo positivo. Unos cálculos muy preliminares apuntan a 640 millones de USD en ingresos adicionales con el nuevo formato. Esa cantidad basta para construir más de 1.100 canchas. O 1.300 centros técnicos. O comprar equipaciones de local y visitante para 64.000 equipos. Ahí es donde se dirigirá el superávit. Se trata de que el fútbol crezca y se haga más estructurado en más lugares del mundo: a mi entender, el objetivo del fútbol debe ser precisamente ese.

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