Estados Unidos, sólida pese a los cambios

  • No hemos cambiado demasiado.

Becky Sauerbrunn, una de las nuevas capitanas de Estados Unidos, nombradas tras el retiro de Abby Wambach y la prolongada baja por lesión de Christie Rampone, habla de forma pausada y serena en la conversación que ha mantenido con FIFA.comsobre el año de cambios que está viviendo su selección y los preparativos para el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino en Río de Janeiro. Y todo esto después de un 2015 repleto de éxitos, entre los que destaca con más fuerza la conquista de su tercer título de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ en Canadá el verano pasado. Pese a todo, a la veterana central se le podría perdonar que contemplara con cierto recelo los cambios que están produciéndose en su selección nacional.

Para finales de 2015, Lauren Holiday, Shannon Boxx y Wambach habían colgado las botas. Megan Rapinoe quedó excluida de las convocatorias debido a una prolongada baja por una lesión de rodilla. Sydney Leroux esperaba su primer hijo y se había retirado del equipo. Rampone, a sus 40 años de edad, seguía luchando por superar las secuelas de una operación de rodilla. Mientras tanto, una jovencita de 17 años, Mallory Pugh, recibió la oportunidad de llenar el vacío que habían dejado algunas de las estrellas más famosas del fútbol femenino.

“Hemos perdido muchas jugadoras por retiro, embarazo o lesiones, pero contamos con un núcleo básico que han ganado Mundiales, de manera que muchas de nosotras tenemos experiencia en las máximas competiciones”, comenta Sauerbrunn llena de confianza. “Además, hemos recibido una buena inyección de juventud, de nuevos talentos. Ahora estamos tratando de mezclarlo todo muy bien y de encauzar el combinado resultante en una sola dirección, en la mejor dirección para el equipo”.

Después de la celebración de su tercer campeonato mundial, la comunidad del fútbol femenino se preguntó si el equipo de Jill Ellis sería capaz de mantener esa forma casi perfecta, teniendo en cuenta los numerosos cambios que había experimentado el equipo en los cinco meses transcurridos desde su victoria por 5-2 contra Japón en la final del Mundial femenino en Vancouver. La máxima goleadora del mundo de todos los tiempos estaba a punto de retirarse y el equipo iba a quedarse sin las impagables contribuciones de Rapinoe, Leroux, Boxx, Rampone y Holiday de camino a Río 2016, donde tratará de convertirse en el primer equipo campeón de la Copa Mundial Femenina que, un año después, se cuelgue la medalla de oro olímpica.

Pero las jóvenes de las que Sauerbrunn habla han empezado a dejar huella, lo que servido para disipar todos los temores sobre un inminente derrumbe de las Barras y Estrellas. En la cómoda conquista de la clasificación para los Juegos Olímpicos, a la que siguieron el triunfo en la edición inaugural de la Copa She Believes y la reciente goleada por 7-0 contra Colombia en Connecticut, jóvenes como Crystal Dunn, Lindsey Horan y la mencionada Mallory Pugh, de 17 años, han causado sensación. Sauerbrunn, desde su condición de experta veterana del equipo, considera necesaria y muy esperanzadora esta nueva inyección de juventud.

“Cuando llegaron a la concentración ya eran profesionales”, comenta Sauerbrunn sobre las nuevas inclusiones en el equipo. “No se nota para nada que Mallory Pugh tenga sólo 17 años. Desde que llegó ha demostrado a todos su enorme calidad. Tiene muchísima clase. Sobre el terreno de juego, ha cumplido a la perfección con su trabajo. Lo mismo se puede decir de Crystal. No tenemos que formarlas para que estén a la altura del equipo, ellas ya están a la altura pese a su juventud. Lo único que debemos hacer ahora es acoplarnos todas en los pequeños detalles y en cómo queremos jugar”.

Dunn está en todo De las jóvenes que Sauerbrunn menciona, una de las más decisivas ha sido Dunn, a pesar de no haber entrado siempre en los planes de Jill Ellis, y mucho menos tener confirmado el puesto sobre el terreno de juego. Aunque no parece que esto preocupe a la jugadora de 23 años, uno de los últimos descartes de la lista que presentó la seleccionadora de Estados Unidos antes de Canadá 2015.

“Jill me ha puesto en la banda y en la delantera un par de veces”, explica Dunn. “No podría decir dónde creo que encajo mejor en el equipo, pero me parece que estoy en el mejor sitio. El año 2016 está siendo muy bueno para mí”.

A pesar de que no posee un puesto fijo en el equipo, Dunn ha aprovechado al máximo la oportunidad desde que entró en la selección, e incluso anotó cinco goles en un partido contra Puerto Rico correspondiente a la clasificación olímpica. Cuando Wambach se retiró, su último mensaje para sus compañeras y para el mundo fue que se olvidaran de ella, que otra generación llegaba para sustituirla y que eso era bueno.

“Aquel mensaje (de Abby) hizo posible que, al llegar al equipo, las jugadoras de mi generación nos sintiéramos arropadas y pudiéramos rendir al máximo”, comenta Dunn. “Su mensaje hizo que jugadoras como yo misma supiéramos que teníamos que llenar un hueco, pero al mismo tiempo que éramos muy capaces de hacerlo”.

Quienes se pregunten si la selección tricampeona del mundo está en buenas manos tras los cambios de personal encontrarán la respuesta a todas sus dudas en la actitud de Dunn y en la confianza que irradia la cocapitana Sauerbrunn.

“Siempre puedo dirigirme a las veteranas para buscar consejo e inspiración, y Abby es una de ellas”, afirma Dunn. “Abby siempre decía: ‘Demuestra lo que puedes hacer. Enseña de qué madera estás hecha. Por algo estás aquí’”.

“Se lo debemos todo a las veteranas que nos han abierto tan excelente camino”.

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