jueves 18 octubre 2018, 21:21

Françoar llora lágrimas de oro

  • El arquero fue clave rumbo al título de Brasil

  • Anotó el cuarto gol en la final ante Rusia

  • Permitió 3 de los 7 goles que recibió su equipo

Françoar llora. Es el primero en recibir la medalla de oro, y el único de los brasileños que no evitará las lágrimas. El resto baila sobre el podio. Sólo Mateus, a su lado, se da cuenta y lo abraza.

“No sé qué me pasó, simplemente comencé a llorar”, dice a FIFA.com el arquero, pieza clave en la conquista de Brasil del Torneo Olímpico Juvenil de Fútsal de la FIFA Buenos Aries 2018.

“Entre el club y la selección, llevo casi cinco meses lejos de mi familia, y pensaba en ellos. Uno hace muchos sacrificios esperando momentos así, y me emocioné”, agrega el 1, autor del cuarto gol en el 4-1 sobre Rusia.

La emoción, entonces, fue lo único que pudo con Françoar, quien demostró ser un portero de equipo grande, que no comete errores y ataja las que tiene que atajar. A él le marcaron sólo 3 de los 7 goles que recibió el equipo en 6 partidos.

“Creo que solo hice lo que me toca. Lo del gol es algo extra, pero también se siente maravilloso: ¡nunca había convertido uno”, agregar con una sonrisa, sentado en la antesala del vestuario y todavía envuelto en la bandera de su país.

Françoar comenzó a jugar a los 11 años en Guamaré, un municipio de Río Grande el Norte con alrededor de 12 mil habitantes, pero en el campo.

Tenía 14 cuando pasó por el proyecto Gol de Letra, una organización sin fines de lucro que nació de la mano de los ex internacionales brasileños Leonardo y Raí, y utiliza al deporte como herramienta de transformación social. Allí se hizo arquero.

“Me decían que tenía condiciones, y una vez que probé atajar, me di cuenta que ese sería mi puesto. Y no salí más”, agrega el jugador del Minas Fútsal, uno de los clubes fundadores de la poderosa Liga Brasileña de Fútsal.

A los 17 años, admira en el puesto a sus compatriotas Thiago, arquero de la absoluta de su país, e Higuita, portero de la selección de Kazajistán. Imagina su futuro ligado al fútsal, y sueña con jugar la próxima Copa Mundial de Fútsal de la FIFA, en 2020.

“Esta ha sido una experiencia maravillosa, y quiero vivir muchas más. Me considero afortunado, muchos otros hubieran deseado estar aquí, en un Juego Olímpico. Además, el nivel del torneo ha sido muy alto. Eso resalta el haber logrado la medalla de oro”.