miércoles 03 marzo 2021, 09:37

Heligoland: Fútbol 1-0 Coronavirus

  • El fútbol también se juega en esta isla alemana

  • Un tercio de la población está afiliada al único club

  • Sin casos de COVID, el balón sigue rodando

Son muchas las cosas que asociamos con Heligoland, esta bellísima isla ubicada en el Mar del Norte: fuertes vientos, arenisca rojiza, la roca Lange Anna, excursiones de ida y vuelta en el día para disfrutar de sus playas llenas de focas o de su extraordinaria avifauna, entre otras cosas.

El fútbol, en cambio, no sería lo primero que nos vendría a la cabeza. Quizá tampoco lo segundo ni lo tercero. ¿Existe el fútbol en Heligoland a todo esto?

¡Por supuesto! El balón se abre paso incluso en los lugares más recónditos del planeta, por eso no es de extrañar que también ruede en Heligoland, una isla de un país tan apasionado por el fútbol como es Alemania. Y lo hace, además, de manera tradicional: integrado en el típico club alemán con varias secciones deportivas, el VfL Fosite Heligoland, fundado en el siglo XIX y que cuenta con alrededor de 500 personas afiliadas. Sin duda, un número más que considerable teniendo en cuenta los aproximadamente 1.500 habitantes de la isla.

Heligoland, en cifras

  • Alrededor de 1.300 / 1.500 habitantes

  • Ubicada a unos 50 km de la costa de Schleswig-Holstein

  • Se compone de la isla principal y de la isla secundaria Duene, que antiguamente estaban unidas

  • El turismo y la energía eólica son hoy las dos fuentes principales de ingresos

  • Pueden observarse más de 430 especies de aves, así como numerosas focas

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Próximo a la playa norte de la isla, no muy lejos del albergue juvenil, se encuentra el campo de fútbol de Heligoland, una de las canchas con el entorno más bonito del país. Su césped artificial necesita cuidados especiales debido a la crudeza del clima, y el terreno de juego está abierto tanto para quienes visitan la isla como para sus habitantes, por lo que es habitual ver rodar el balón aquí. En Heligoland también suele celebrarse el maratón: se dan 5 vueltas de 8,4 kilómetros a la isla y se aprovecha cada rincón de su superficie.

El Fosite es un club más de la Federación Alemana de Fútbol y, teóricamente, también podría participar en sus competiciones. Sin embargo, la ubicación de la isla lo imposibilita, porque para alcanzar tierra firme hay que viajar dos horas largas en barco, y la mayoría de partidos obligarían bien al equipo local o al equipo visitante a tener que pernoctar, lo que supondría un gasto excesivo para clubes no profesionales.

"Por eso nos limitamos a jugar encuentros amistosos", señala Oke Zastrow, presidente del Fosite, a FIFA.com.

"En general, formar equipos se ha convertido en un serio problema desde hace unos años. Solemos jugar mezclados, también hay mujeres, y las edades oscilan entre los 18 y los 40 años, e incluso hay gente mucho mayor".

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La historia de Heligoland

  • El pirata Klaus Stoertebeker fue capturado en una batalla naval frente a Heligoland

  • Heligoland fue durante mucho tiempo refugio de piratas

  • En 1714 pasó a pertenecer a Dinamarca

  • Fue una colonia de la corona británica durante largos periodos del siglo XIX

  • En 1890 fue conferida al Reich alemán

  • Fue base naval en las dos guerras mundiales

El problema de tener pocos futbolistas lo conocen bien muchos clubes de poblaciones con un número de habitantes similar al de Heligoland. No obstante, esto no impide que los isleños disfruten del deporte rey.

"Los adultos quedan por el móvil y entrenan una vez a la semana, pero lo hacen de manera irregular. Después hay dos equipos juveniles, uno para los más pequeños y otro para niños mayores y adolescentes, que entrenan habitualmente los viernes", indica Zastrow.

Los adultos disputan unos diez partidos amistosos al año. "Hubo una época en la que incluso se jugaron partidos de copa en Heligoland, pero el viento de nuestra cancha nos volvía casi invencibles, y fue un mito que se extendió un poco", añade el dirigente.

"Antes de los amistosos avisamos de que no somos el rival más poderoso, pero a los equipos de tierra firme no les importa".

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En tiempos normales, Heligoland recibe solicitudes de equipos que quieren concentrarse allí. Incluso la selección de Cuba estuvo interesada en una ocasión, si bien su estancia no se materializó finalmente. Alrededor del año 1970, Uwe Seeler, subcampeón del mundo con Alemania, jugó con el Hamburgo en la cancha de tierra que había entonces en Heligoland, un hito que en Fosite aún recuerdan con mucho aprecio.

Actualmente, Heligoland no tiene ningún caso de coronavirus gracias a las estrictas medidas de entrada y de cuarentena impuestas.

"En una época tan complicada como esta, vivir aquí es un verdadero privilegio. Da la sensación de que vivimos en un castillo. Yo hasta tengo la impresión de que la pandemia nos pasa un poco de largo", afirma el alcalde, Joerg Singer.

Así las cosas, podría afirmarse que el fútbol de la isla se ha apuntado un tanto, algo que la pandemia no puede hacer en estos momentos. ¡Y que dure!