miércoles 03 febrero 2016, 13:50

Jang se mira en el espejo de una leyenda

Hong Myungbo, excapitán de la República de Corea, es uno de los mejores centrales que haya dado nunca Asia, una leyenda de los Guerreros de Taeguk en la que pueden inspirarse las grandes promesas del continente. Y entre ellas destaca su compatriota Jang Hyunsoo, baluarte de la defensa tanto del combinado nacional como del Guangzhou R&F.

El jugador, de 24 años, se estrenó en la selección a las órdenes del propio Hong hace tres años y desde entonces ha realizado progresos significativos, hasta convertirse en un habitual de las convocatorias con el actual técnico de la República de Corea, Uli Stielike. Jang suma cuatro titularidades en la presente competición preliminar de la zona asiática para la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™, y su equipo está a punto de situarse entre los diez últimos conjuntos en liza, a falta de dos partidos por disputar. En los torneos de clubes, ha sido una pieza fundamental de un Guangzhou R&F que terminó entre los tres primeros en la RP China, obteniendo así su primera participación en la Liga de Campeones de la AFC en 2014.

De hecho, la progresión de Jang ha sido tal que los medios de comunicación, tanto los surcoreanos como los de su tierra de adopción, han empezado a compararlo con Hong. Sin embargo, a pesar de despertar un interés cada vez mayor, el entonado zaguero prefiere rebajar las expectativas que lo miden con un gigante como su ídolo.

“Me alegra que me comparen con el entrenador Hong”, explica Jang a FIFA.com. “Para mí es un honor que me relacionen con una leyenda como él. Pero, siendo sincero, estoy lejos de alcanzar su categoría”.

“Con Hong aprendí mucho en la selección”, añade. “No es una persona que hable mucho, pero me dio instrucciones importantes cuando era necesario en los entrenamientos y en los partidos. Me di cuenta de que tenía que mejorar muchos aspectos, seguí sus consejos y me esforcé por ponerlos en práctica”.

Especialista en las acciones a balón parado El “líbero coreano”, como se conoce a Hong, marcó diez goles en 136 internacionalidades. Y posiblemente se le recuerde por transformar el disparo que dio la victoria a los suyos en la inolvidable tanda de penales de cuartos de final contra España en Corea/Japón 2002 (5-3). Al igual que él, Jang se ha forjado una reputación de lanzador de penales, y dos tiros suyos desde los once metros han ayudado a su equipo a ganar sendos encuentros de eliminatorias mundialistas.

El primero se produjo en un choque en el Líbano, ante un rival correoso que había vencido por 2-1 a la República de Corea en la misma fase rumbo a Brasil 2014. Inspirándose en aquella famosa victoria y espoleado por el público, el cuadro local presionó desde el principio. No obstante, Jang abrió el marcador materializando con gran sangre fría un penal mediada la primera parte, que sirvió para encarrilar el 0-3 definitivo de los suyos. Y repetiría en el siguiente compromiso, frente a Myanmar, al anotar el tercer tanto del 4-0 de los coreanos.

“Para lanzar un penal, la confianza en uno mismo es fundamental”, confiesa Jang. “Aunque tampoco hay que dejar de entrenar y de practicar, por supuesto. Entonces la habilidad mejora, y también la mentalidad. Hay que acercarse al punto penal con confianza”.

El desquite de Brasil 2014 Jang se dio a conocer a escala global en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Colombia 2011. En aquel torneo, fue el capitán de un equipo que alcanzó la segunda ronda, en la que cayó ante España en los penales. “Para mí, Colombia 2011 fue una campaña memorable”, recuerda. “Acumulé muchísima experiencia. No hay más que fijarse en nuestros rivales: Francia, el país organizador y España, todas selecciones muy potentes. Aprendimos muchísimo jugando contra ellos. Mejoramos psicológicamente y reforzamos nuestra confianza. Sabemos que para poder competir contra los mejores del mundo hay que trabajar sin parar”.

A pesar de su constante progresión, Jang no fue incluido en la lista de Hong para la Copa Mundial de la FIFA 2014™. Aun así, afirma que aquella decepción le sirvió para esforzarse más si cabe en mejorar su juego. “Fue un gran disgusto”, dice. “Pero me hizo ser consciente de que todavía no tenía el nivel necesario para jugar un Mundial. Vi cuáles eran mis limitaciones y volví enseguida a los entrenamientos para pulirlas”.

Ahora, dos años más tarde, Jang se ha convertido en un fijo en el plantel de Stielike y el equipo está protagonizando una campaña impecable en la zona asiática, de modo que confía en representar a la República de Corea en la cita mundialista de Rusia 2018.

“La selección actual es muy potente”, continúa Jang. “El seleccionador tiene mucha experiencia y está entusiasmado con el equipo. Sabe muchísimo de fútbol y quiere transmitírnoslo. Y, sobre todo, ha demostrado que tiene fe en nosotros”.

“Estamos muy cerca de alcanzar la última ronda clasificatoria, y yo soy muy optimista: podemos ir a Rusia. No vamos a escatimar esfuerzos para conseguirlo. Espero de verdad que vayamos al Mundial”.