Tres goles en la segunda parte del encuentro decidieron la victoria por 3-0 de Japón sobre la RI de Irán y la quinta participación de los japoneses en una final de la Copa Asiática.

FIFA.com repasa la primera semifinal de la Copa Asiática de la AFC EAU 2019.

Estadio Hazza Bin Zayed, Al Ain

A lo largo de esta Copa Asiática, ambos equipos habían ofrecido jugadas impresionantes en ataque, pero, en la zaga, los dos habían demostrado una solidez y una solvencia excepcionales.

Nadie había conseguido batir hasta el momento a Alireza Beiranvand, y Takehiro Tomiyasu y Maya Yoshida habían estado colosales en el centro de la defensa japonesa. La concentración y la solidez de ambas defensas tenían, por consiguiente, un papel decisivo para el resultado de este partido.

El encuentro empezó con agresividad y competitividad por ambas partes, aunque la enorme presión e intensidad en ataque de los iraníes quedó un tanto anulada por la compostura de Japón en la posesión.

Pese a todo, Sardar Azmoun planteó la misma amenaza constante en el área que ha venido demostrando a lo largo de esta competición, como ilustra la jugada en la que, tras dos inteligentes caños, obligó a Shuichi Gonda a lucirse con una parada portentosa.

Aunque Japón avisaba de sus intenciones en ataque, Irán dio muestras de su poderío hasta el principio de la segunda mitad, justo hasta el momento en el que un descuido en defensa del equipo de Carlos Queiroz cambió la faz del partido. Tras un encontronazo en el borde del área, Takumi Minamino siguió adelante con la jugada pese a las protestas al árbitro de los jugadores iraníes.

Su centro llegó a Yuya Osako, quien superó a Beiranvand con un remate de cabeza que resquebrajó los firmes cimientos del_Equipo Melli_, sobre todo porque, hasta entonces, Irán no había encajado ni un solo gol en EAU 2019.

Los dos jugadores participaron en el segundo tanto de los japoneses. Un centro de Minamino impacto en el brazo de Morteza Pouraliganji en el interior del área, y Osako se encargó de transformar el consiguiente penal.

Desde ese momento, Japón se convirtió en una amenaza imparable y todo apuntaba a que podía ampliar el marcador, pese a que Irán no estaba dispuesta a aflojar en ningún momento. Genki Haraguchi anotó el tercer gol de Japón tras una internada entre líneas y una definición excepcional que puso a los hombres de Hajime Moriyasu en la gran final de la competición.

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Semifinal

Catar-Emiratos Árabes Unidos, 29 de enero, estadio Mohammed Bin Zayed, Abu Dabi