martes 01 diciembre 2020, 10:19

La leyenda del Manchester United que ayuda a las personas sin hogar

  • Lou Macari jugó en el Celtic, el Manchester United y la selección escocesa

  • En 2016 montó un albergue para indigentes en Stoke-on-Trent

  • La pandemia de COVID-19 le ha traído grandes cambios a sus 71 años

Lou Macari alcanzó el estrellato en el Manchester United, viajó a una Copa Mundial de la FIFA™ con Escocia y desempeñó un papel estelar durante la mejor época del Celtic de Glasgow. Después protagonizó una notable carrera como técnico que se prolongaría durante 18 años, y en los últimos tiempos se mantenía en activo dedicándose a las áreas de la televisión y la hospitalidad en Old Trafford.

Así pues, era evidente que este excentrocampista se había ganado el derecho a descansar. Sin embargo, en 2016 una noticia que vio en la televisión de su ciudad adoptiva, Stoke-on-Trent, hizo que se levantase del sillón y saliese a las calles.

“Los concejales estaban debatiendo cuánta gente sin hogar había en esta zona”, recuerda Macari, de 71 años. “Algunos decían que eran más de cien, otros que unos diez, y quise comprobarlo en persona. A los diez minutos, sin llegar a ponerme a buscar en serio, encontré más de treinta”.

“Eso hizo que me diese cuenta de que alguna gente estaba restándole importancia al problema, que había muchas personas pasándolo muy mal, y me pregunté si yo podría hacer algo para ayudar. Lo primero que pensé fue lo obvio: ‘¿Puedo encontrar un edificio para que al menos tengan un techo bajo el que cobijarse?’ Y luego: ‘¿Sería posible darles también de comer y alguna ropa nueva?’. Yo quería hacer algo”.

“Así que fui a hablar con un amigo mío del ayuntamiento y al cabo de un mes ya teníamos edificio. No era gran cosa, muy pequeño, estrecho, nada ideal para lo que queríamos, pero le dimos un buen uso durante tres años y medio. No había lujos para nadie, pero hicimos exactamente lo que nos habíamos propuesto: darle comida, ropa y un techo a la gente”.

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Pasar la noche en el estadio del Stoke City

El Centro Macari enseguida se convirtió en una dinámica y valiosísima aportación a la comunidad de Stoke. Y su responsable no tardó en reforzar la importancia que tenía para las personas a quienes proporcionaba alojamiento a través de una campaña anual de recaudación de fondos y sensibilización.

“Una vez al año, a principios de febrero, organizamos una actividad benéfica que consiste en pasar la noche fuera en el estadio del Stoke City, aunque en la zona del vestíbulo, para tener donde resguardarnos”, explica Macari. “Pero hace muchísimo frío, por la época que es, y permite ver un poco la situación de la gente que vive en la calle”.

“Aunque solo lo haga durante una noche, yo tardo unos cinco días en recuperarme. Te deja destrozado hasta seis días. Y luego te vienen a la mente los que duermen a la intemperie, en el invierno británico, con un frío glacial y lluvias torrenciales, una noche tras otra. Solo pensarlo da escalofríos”.

Cápsulas para dar cobijo y protección

Sin embargo, la idea de vivir esa terrible situación llegó a ser muy real para los residentes del Centro Macari cuando la pandemia de COVID-19 alcanzó el Reino Unido. Las autoridades ordenaron cerrar el albergue por su reducido espacio, lo que obligó a su mecenas, de 71 años, a tener que buscar una alternativa como fuese.

La solución llegó mientras conducía por el campo. “Pasé delante de un prado y vi que había como unas cápsulas. Creo que se llama glamping”, cuenta. “Y en cuanto las vi, pensé: ‘Con algunos arreglos pueden servir para resistir el frío, podría funcionar”.

“Tuve el presentimiento de que podrían ser la solución a nuestros problemas, y han sido geniales, porque hemos podido darle a la gente un sitio propio, con número y su nombre en las puertas, a algunas personas por primera vez en su vida”.

“Así los residentes tienen cada uno su espacio, y algo estupendo es que hemos podido dar a cada persona una televisión en su cápsula. La Asociación de Entrenadores de la Liga ayudó a través de uno de sus patrocinadores, nos mandaron 46 televisores, todos nuevecitos, ¡y ahora a veces pasamos hasta un par de días sin ver a algún residente! Esto ha cambiado sus vidas en muchos aspectos”.

“La nuevas instalaciones, con el almacén y las cápsulas, han tenido muy buena acogida, lo están disfrutando mucho, disponen de su propio espacio privado y de momentos de tranquilidad. Los hemos visto decorando las cápsulas, se sienten muy orgullosos de poder darles su toque personal”.

“Y otra ventaja es que ahora tienen una dirección postal, que muchas veces les hace falta para ir a la oficina de empleo o al banco. En cualquier caso, les ha dado la oportunidad de tener una vida mejor que la que tenían, lo que yo me proponía conseguir era eso”.

Macari ha logrado su objetivo inicial y más. Ahora el invierno ya se cierne sobre Europa y la pandemia ha dejado a miles de personas en una situación desesperada, así que hacen más falta que nunca héroes como él, que resuelvan problemas.