miércoles 09 marzo 2016, 10:34

Marcos Ureña, los secretos de un matador

****Hay pocos talentos más apreciados en el fútbol que el del matador. Ese jugador que aparece en el momento preciso para asestar el golpe final al rival y definir un partido importante. Los entrenadores suspiran por tener uno en su plantilla y, muchas veces, son quienes hacen la diferencia entre campeones y aspirantes.

En Costa Rica, este perfil tiene un nombre propio: Marcos Ureña. Con su velocidad y tranquilidad frente al marco, el delantero de 26 años ha sabido responder en los momentos fundamentales y, con sus goles, ha sido parte esencial del fantástico romance que vive la Sele con su afición en los últimos años.

Momentos de gloria Repasemos. El escenario no podía ser más trascendente. Fortaleza, 14 de junio de 2014. Costa Rica sorprende 2-1 a Uruguay, que ataca con desesperación buscando el empate. Y entonces… “No llevaba mucho tiempo en el campo, pero sabía que a ellos les costaba trabajo defender las espaldas, así que busqué ese espacio. Salí en velocidad, Joel Campbell me puso un pase perfecto y sólo tuve que definir ante el portero”, recuerda Ureña para FIFA.com.

Ese tercer gol selló uno de los triunfos más importante en la historia de Costa Rica (¡hasta aquel momento!) y puso el nombre de Marco Ureña en letras de oro. En su último partido con la selección, le dio más brillo, pues su gol definió el partido ante Panamá del pasado noviembre, correspondiente a la eliminatoria de la CONCACAF para la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™.

El don de estar en el momento oportuno en el lugar preciso no llega por casualidad. Ureña nos desvela su secreto para el éxito. “El nivel de concentración siempre tiene que ser máximo, y si te toca entrar de cambio, no hay tiempo que perder. Además, debes conocer las habilidades de tus compañeros y las debilidades de tus rivales. Aquel gol, ante Uruguay, ya lo habíamos practicado. Antes del Mundial jugamos ante Irlanda, y me cometieron un penal en un pase de Campbell exactamente igual”.

Esa sintonía y complicidad que guiaron a la **Sele al éxito en Brasil, parece estar de regreso en este arranque del camino a Rusia 2018. Los seis puntos cosechados en dos partidos tranquilizaron a una afición que no estaba satisfecha por los resultados obtenidos tras el ensueño brasileño.

“Para nosotros no hubo dudas. Aunque es verdad que habíamos estado en un nivel diferente al del Mundial. El entrenador que llegó, Paulo Wanchope, quiso hacer unos cambios de táctica en la Copa Oro y no funcionaron”, reconoce el delantero del Midjytlland danés. “Ahora tenemos un nuevo técnico, Óscar Ramírez, que volvió al esquema que nos gusta jugar a todos y recuperó la confianza que necesitábamos como equipo”.

No hay rival pequeño Los Ticos enfrentarán ahora a Jamaica en la doble fecha de marzo. Dos veces. Un pleno de triunfos asegurarían a Costa Rica un lugar en el Hexagonal Final de CONCACAF. Ureña, sin embargo, no considera que los Reggae Boyz, terceros en el Grupo B, sean un rival fácil. “Jugamos contra ellos en la Copa Oro y les empatamos sobre la hora. La mayoría de sus jugadores están en Inglaterra. Son muy potentes y rápidos. Debemos evitar perder bolas fáciles y no dejarlos que contragolpeen, como sucedió en aquel partido”.

Aún así, el delantero sabe que, sobre el papel, les sitúan como favoritos porque la imagen que el mundo del fútbol tenía sobre la selección costarricense ha cambiado. “Los rivales, sin duda, nos ven diferente. Ahora nos juegan al máximo. Nadie nos ve como un rival pequeño. Por ejemplo, en la próxima Copa América enfrentaremos a Paraguay, Estados Unidos y Colombia, y la percepción general es que se trata de un grupo muy equilibrado”.

Y lo mejor está por llegar. Con figuras en Europa y una base que se conoce desde hace años, el cielo parece el límite para Costa Rica. “Está Bryan Ruiz, que pasa por su mejor momento. Keylor Navas tuvo paciencia y ahora está demostrando por qué lo compró el Real Madrid. Joel Cambell por fin está teniendo los minutos que necesitaba en el Arsenal”, enumera Ureña. “Son referentes y un estímulo para el resto de nosotros. Ellos están en esos lugares gracias a sus actuaciones con la Sele, así que los demás queremos jugar lo mejor posible para seguir sus pasos”.

En ese camino, él pone al servicio de la selección su instinto de matador. “El grupo y los entrenadores saben que pueden confiar en mí, que en cualquier momento puedo solucionar el partido con un gol”, advierte con una sonrisa.