miércoles 27 noviembre 2019, 20:44

Newcastle se moviliza para ayudar a Ash ‘The Flash’

  • Un accidente dejó a Ashley Treseder en una silla de ruedas

  • Sus amigos anduvieron 90 km en 30 horas para recaudar fondos

  • El Jets y el Mariners le brindaron un día inolvidable

“Estar sentado junto a Craig Johnston, una leyenda del Newcastle, oírle explicar cómo entiende él el fútbol tomando una cerveza, como si él fuese uno más en el pub... fue una de las mejores noches de mi vida”.

Ashley Treseder empezó el año 2019 creyendo que iba a ser el mejor de su vida. Lo apodaban Ash ‘The Flash’ por su velocidad increíble, y estaba encantado ante la perspectiva de disputar una nueva temporada como mediapunta del Broadmeadow Magic y, en concreto, por su fiesta de compromiso, que iba a celebrar dentro en una semana.

“Era el último día de las vacaciones escolares antes de volver al trabajo”, explica el australiano de 31 años a FIFA.com. “Fuimos en coche hasta Shoal Bay, una zona preciosa de la costa oriental de Australia. Tomamos el sol y nos bañamos. La comida también fue estupenda. No podía sentirme más feliz”.

“Estaba volviendo al coche, pero entonces di la vuelta y dije, ‘voy a saltar una última vez’. Era un embarcadero, habría unos veinte chicos saltando al mismo tiempo. Yo ya había saltado desde ahí una docena de veces o más sin ningún problema”.

Pero en esta ocasión el salto fue distinto. “No me di cuenta, pero en ese momento la marea estaba bajísima. Pensé que había chocado contra el cemento”.

Tuvo que someterse a cinco meses de rehabilitación en una clínica privada, con una tecnología asistencial carísima, y sufragar obras para adaptar su casa, además de los gastos de tratamiento que aún sigue pagando. Por si la parálisis no fuese suficiente, también quedó prácticamente en la ruina económica. Su bendición fue la generosidad de la comunidad de Nueva Gales del Sur.

“Tres chicos con los que jugaba en el Wallsend FC se pusieron a pensar cómo podrían recaudar fondos. El primer partido de la temporada era contra el Central Coast Mariners, el gran clásico. Se les ocurrió organizar una marcha entre los dos estadios, ¡y en plena noche!”, explica este hincha del Newcastle Jets.

Luke Alexander, Dan Byatt, Ben Hamilton, Kelsey Moss y Duncan Sandie, sin dejarse impresionar por los posibles obstáculos, recorrieron así nada menos que 90 kilómetros sin dormir durante casi 30 horas.

“Fue asombroso”, dice Ash, con admiración. “Me contaron cómo se recordaban por qué lo hacían siempre que uno de ellos se estaba quedando atrás”.

Los cinco amigos, extenuados, fueron recibidos a su llegada cerca del estadio de Central Coast por el propio Ash, Lawrie McKinna, consejero delegado del Newcaslte Jets, y un nutrido grupo de hinchas del club, para luego asistir todos al partido.

“Tengo que darle las gracias al Mariners. Aunque soy seguidor del equipo contrario, el club se mostró muy generoso y hospitalario conmigo. Todo su personal se portó de maravilla”, reconoce.

“Pude saludar a los jugadores del Jets cuando iban a entrar en la cancha, fue estupendo. Charlé un poco con varios de ellos, con los que había coincidido en las categorías inferiores, Jason Hoffman y Ben Kantarovski, y también con Nikolai Topor-Stanley y Nigel Boogaard. Enviaron varios mensajes de Instagram muy lindos”.

“Y Joel Griffiths también estuvo genial, como Lawrie. Lawrie,. Todo lo que diga será quedarme corto. Me llevó empujando él mismo la silla, se ocupó de que siempre estuviese cómodo. Llevaba él los botes para los donativos. ¿Cuántos consejeros delegados hacen eso? Muchos ni se dignarían”.

“Nos reservó un palco para ver el partido. Yo me senté junto al gran Craig Johnston, no daba crédito. Le dije que a mí me encantaba el Manchester United y se lo tomó bastante bien. Es un gran tipo. Me trajo aperitivos. Craig y Lawrie se mostraron como dos personas muy humildes”.

El fútbol está ayudando a Ash a superar su calvario. “Este deporte me obsesiona desde los cinco años”, confiesa. “Desde que mi madre me compró mi primera camiseta de Beckham. Es horrible no poder jugar, pero tengo suerte de que mi antiguo equipo siga contando conmigo, en el cuerpo técnico. Y ver horas y horas de fútbol me ha ayudado durante el tratamiento”.

“Mi madre ha venido a vivir conmigo. A ver si en Año Nuevo puedo arreglármelas yo solo y volver al trabajo. Poder comprar un vehículo adaptado y volver a desplazarme sin ayuda significaría muchísimo para mí”.

La marcha nocturna recaudó miles de dólares para el tratamiento de Ash, pero todavía está muy lejos de alcanzar su objetivo en GoFundMe, #MoveMountainsforAsh. Luke y sus amigos piensan ya en organizar otra colecta coincidiendo con el siguiente clásico entre Central Coast Mariners y Newcastle Jets, en febrero.

Como ha demostrado la colaboración entre Jets y Mariners y la hospitalidad brindada por una leyenda del Liverpool a un apasionado hincha del Manchester United, para luchar por algunas causas vale la pena dejar la rivalidad dentro del terreno de juego.