martes 22 marzo 2016, 10:42

Quiñónez: "Me veo festejando la clasificación al Mundial"

Bolivia atraviesa un período de profunda renovación en su selección. El entrenador Julio César Baldivieso ha apostado a jugadores jóvenes en un proceso nuevo que busca volver a llevar a la Verde a una Copa Mundial de la FIFA luego de 24 años. El arquero Romel Quiñónez es uno de esos valores.

Quiñónez, portero titular del club Bolívar, es un arquero robusto, de bueno reflejos y gran capacidad para el juego aéreo. "Mi fuerte es salir a descolgar, lo arriesgo todo", dice el portero a FIFAcom. "Me gusta jugar mucho con los pies, todos los días entreno con los jugadores de campo, porque ahora el arquero tiene que ser un jugador más, no simplemente estar debajo de los tres palos. Me siento seguro en las pelotas aéreas y eso fue algo que me enseñó el haber jugado mucho al básquet cuando era chico, la confianza en el salto y la seguridad en las manos".

Esa templanza y condiciones le permitieron destacarse en uno de los clubes más populares de Bolivia y luego en la selección. Allí debuto de la mano de Xabier Azkargorta en septiembre de 2013, ante Ecuador, por las eliminatorias para Brasil 2014, pero destacó como como titular por su nivel en la última Copa América, donde Bolivia alcanzó los cuartos de final.

Sin embargo, luego vino un golpe duro para el guardavallas: una fractura del hueso escafoides de la muñeca derecha que lo obligó a operarse. "Por suerte salió bien, estuve separado de las canchas unos cinco meses. Pero cuando tuve la lesión me puse a pensar si iba a poder volver a mi nivel, el por qué me había pasado justo en mi mejor momento" reconoce el 1 boliviano, de 23 años.

Pero las dudas han quedado atrás. "Me he puesto bien físicamente y eso me ha ayudado bastante. El miedo en la mano se me ha ido, porque siempre queda la secuela después de cada operación. Recuperé el ritmo futbolístico con el que terminé jugando la Copa América. Estoy contento y tranquilo".

Comienzo no deseado y espíritu mundialista Bolivia no tuvo el inicio buscado en los actuales clasificatorios, donde marcha octavo con tres unidades en cuatro partidos, cosechadas en la victoria ante Venezuela. Quiñónez, que no pudo estar en esos compromisos debido a su lesión, reconoce el momento: "Sabemos que el arranque en las eliminatorias no fue bueno, no fue el que esperábamos. Cometimos errores, por ejemplo con Uruguay, y ya sabemos la calidad de selección que es. Tenemos que sacar provecho de la localía, todo el mundo lo sabe".

Pese a la escasez de resultados, Romel destaca el trabajo actual en la selección. "El profesor Baldivieso ha estado convocando gente nueva, trayendo a los jugadores jóvenes que hay en el fútbol boliviano. Hay un proceso, en mi opinión, que tendría que haberse hecho antes. Esperemos aprovechar al máximo esta oportunidad que se nos está dando a los jóvenes que jugamos acá".

El propio Baldivieso fue parte del histórico plantel de Bolivia que participó por última vez en una Copa Mundial, en EEUU 1994. Para Quiñónez, "ese equipo que jugó el Mundial siempre se tiene en cuenta. Son referentes del fútbol, ejemplos a seguir. El profe Baldivieso nos transmite ese espíritu mundialista, nos da ejemplos de lo que fue esa vivencia y nos pide que trabajemos para soñar en grande. Eso nos demuestra que nada es imposible. El sueño de todo jugador boliviano es poder llegar al Mundial. Vamos a luchar hasta lo último".

Ídolos, deseos y sueños En la mira de la Verde están Colombia y Argentina, y Quiñónez se muestra confiado: "Tenemos claro que de local no podemos perder ni un punto más. Tabajamos para darnos una alegría a nosotros mismos y la gente".

¿Cómo se traduce eso en lo futbolístico? "Van a ver una Bolivia aguerrida, yendo para adelante, tratando de neutralizar al contrario. Respetamos a Colombia, pero estamos preocupados por nosotros. Luego vendrá Argentina, a la que ya Bolivia le ha sacado puntos importantes jugando allá. En los últimos dos amistosos no nos ha ido bien, pero cada partido es diferente en todos los aspectos", puntualiza.

En la voz del arquero hay convicción, la misma que demuestra por el puesto. "Siempre me gustó ser arquero. Cuando era chico jugaba con gente más grande y me mandaban al arco. Así aprendí mucho". Y si de referentes se habla, para Quiñónez sólo hay uno. "Víctor Valdés es mi ídolo, me encanta la actitud que tiene, la personalidad. En la época de Guardiola, que el Barcelona salía jugando desde atrás, él arriesgaba con los pies, y si no le salía una vez, seguía insistiendo. Es mi espejo para llegar a conseguir muchas cosas".

Esa misma confianza es la que hace a Quiñónez un arquero audaz, que se anima a soñar en letras mayúsculas. Tanto que termina la charla con una contundente definición: "Al final de la eliminatoria me veo festejando con la gente nuestra clasificación al Mundial. Queremos darle una alegría grande a todo el pueblo boliviano".