miércoles 06 febrero 2019, 15:20

Sands United: el fútbol como ayuda para sobrellevar el duelo

  • El club se formó para padres que perdieron sus hijos por abortos o muertes fetales

  • Les ha ayudado a sobrellevar el dolor, la tristeza y el aislamiento

  • Su fundador y capitán, Rob Allen, lo explica a FIFA.com

Noventa minutos. Es un periodo de tiempo que, como entusiasta futbolista amateur, Rob Allen asociaba antes únicamente con el deporte que le apasiona.

Pero ya no es así. Ahora este inglés nos contará que, en lo que tarda en disputarse un partido de fútbol, y solo en el Reino Unido, un bebé morirá antes de nacer, durante el parto o poco después de venir al mundo. Esta impactante estadística tiene un significado personal para él desde el 9 de octubre de 2017, fecha que llevará grabada por siempre en la memoria.

“Mi esposa y yo esperábamos nuestro segundo hijo, una niña, quedaban pocos días para que naciese”, explica. “Pero ella no notaba ningún movimiento, así que nos fuimos al hospital para que se lo mirasen, y acabamos recibiendo la noticia de que nuestra hija ya no estaba entre nosotros. En ese momento, toda nuestra vida dio un vuelco”.

Una pérdida tan devastadora era difícil de asumir. Allen se apartó del equipo con el que jugaba al fútbol los domingos, lo dejó por completo. Pero luego, en enero de 2018, el entrenador le hizo una visita. “Me contó que el equipo había organizado un partido para recaudar fondos con fines benéficos, y para apoyarme a mí y a mi familia, en realidad”.

Los antiguos compañeros de Allen pensaron a lo grande, llegando a reservar incluso el estadio de Sixfields, de 8.000 localidades de asiento y en el que compite el Northampton Town, equipo local de la cuarta división. Pero se encontraron con un pequeño problema: no tenían ningún rival.

“Eso me hizo pensar”, recuerda Rob. “Yo estaba yendo a algunas reuniones de grupo organizadas por Sands [entidad benéfica británica que ayuda a padres y madres que han perdido a sus hijos por abortos o muertes fetales], había una cada dos meses para los padres, y pensé que sumaríamos gente suficiente para formar un equipo”.

“Acabé reuniendo a 17 que jugaron con el equipo de los padres, fue un gran éxito. Recaudamos algo más de 6.000 libras y, aunque iba a ser un evento puntual, nos encontramos con que se habían forjado amistades y verdaderos vínculos. También competimos bastante bien en el propio partido, así que les pregunté en el grupo de WhatsApp que habíamos creado: ‘¿por qué no formamos nuestro propio equipo de liga de los domingos?’”.

De este modo, después de un inicio casi fortuito, y mediada aún su primera temporada, el Sands United FC tiene ya a 35 jugadores en el plantel. Cada uno lleva una camiseta con el nombre del hijo que perdió bordado en el pecho, y todos ellos han podido confortarse gracias al espíritu de comunidad y la camaradería intrínsecos al fútbol.

“Hablamos mucho, porque todos hemos pasado por experiencias similares, y nuestro grupo de WhatsApp —que en un principio era solo para avisar de los entrenamientos y cosas así— se ha convertido prácticamente en un grupo de apoyo, por momentos”.

“Para mí, personalmente, el equipo llegó en el momento justo. Al estar en esas reuniones de grupo, sabes que hay otras formas fáciles de encauzar el dolor, como apostar, las drogas, el alcohol o la rabia, simplemente. Yo creo que el fútbol me salvó de todo eso y me dio algo positivo en lo que centrarme”.

Los equipos de grabación y las peticiones de entrevistas de grandes cadenas de noticias han pasado a ser algo casi habitual, y en diciembre el club —que apenas tenía unos meses— fue elegido Equipo del Año en los premios nacionales Pride of Sports. “Es una locura”, admite Allen sonriendo.

En cuanto al siguiente capítulo de la historia del Sands United, se está escribiendo en estos momentos, y consiste en llevar el mensaje del equipo mucho más allá de su sede de Northampton.

“Esta semana he estado en Londres para asistir a unas reuniones con Sands, que quiere incorporar nuestro trabajo a la entidad benéfica y montar otros equipos por todo el país”, adelanta. “Recibimos muchos mensajes privados por Facebook de gente que nos dice que ojalá tuviese un equipo cerca, así que es lógico querer dar el mayor acceso posible a este tipo de apoyo”.

“Ojalá pueda extenderse también fuera del Reino Unido, porque perder hijos es algo que ocurre por todo el mundo. El fútbol es un idioma universal, y estoy convencido de que puede ayudar a otra gente, como nos ha ayudado a nosotros”, concluye.