martes 15 mayo 2018, 08:25

Boghossian: "No lamento nada del Mundial que disputé"

El doblete goleador de Zinedine Zidane en la final, el de Lilian Thuram contra Croacia, las charlas de Aimé Jacquet, los paradones de Fabien Barthez, la tarjeta roja de Laurent Blanc, el beso de este último en la calva del portero galo… Todos estos momentos están grabados en mayúsculas y en letras de oro en la mitología de los Bleus en Francia 1998.

En cambio, no se recuerdan tan espontáneamente las entradas al césped desde el banquillo de Alain Boghossian, con su trabajo ingrato pero imprescindible en la medular de los Bleus, su inteligencia en la colocación y su entrega en la recuperación de balones.

Sin embargo, el ex centrocampista disputó 5 de los 7 partidos del combinado que ganó la Copa Mundial de la FIFA Francia 1998, uno de ellos como titular, y desempeñó un papel tan esencial como el de los héroes consagrados de la epopeya gala.

En exclusiva para FIFA.com, Boghossian evoca su papel en ese Mundial y analiza las posibilidades de que los Blues puedan reproducir la hazaña en Rusia 20 años después.

Alain Boghossian, ¿qué ha cambiado en el fútbol desde 1998?

Ahora va más rápido, aunque ya iba deprisa entonces. Se pone mucho el foco en las individualidades. Siempre ha habido jugadores que estaban por encima del montón, pero me parece que el colectivo tenía más fuerza antes. Uno siempre prefiere tener grandes jugadores en su equipo, pero hoy se mete mucha presión sobre ellos, sobre las individualidades. En un equipo, todo el mundo tiene su parte de responsabilidad tanto en la victoria como en la derrota. El estado de ánimo prevalece en un 99% de las veces. Por eso el fútbol es tan bonito.

¿Cómo llevaba el hecho de ser suplente en ese entonces?

Hay que estar preparado cuando te eligen, y aceptarlo cuando no es así. De lo contrario, no eres un buen soldado. Es importante conocer bien tu papel. Yo siempre me sentía honrado por estar ahí y daba el máximo cuando recurrían a mí. Mi objetivo era meter presión a los titulares para que no relajasen y dificultar lo más posible las elecciones del entrenador. Pero siempre con una mentalidad positiva, con la idea de tirar del grupo hacia arriba. Eso es lo que me ha movido durante toda mi carrera.

¿Qué tenían Didier Deschamps o Emmanuel Petit, los titulares en el mediocampo, que no tuviera usted?

Para empezar, no tenía el palmarés de Didier. Él era el capitán del Olympique de Marsella y de la selección de Francia, y poseía una experiencia que yo no tenía. Automáticamente, me situaba por debajo, aunque lo habría suplido sin vacilar si hubiese habido un flojo rendimiento por su parte. Emmanuel Petit estaba más en mi registro. Era un zurdo con unas facultades físicas, una técnica y una fuerza de recuperación increíbles. Manu hizo un Mundial magnífico. Yo daba el máximo siendo realista sobre mi puesto en la jerarquía, aunque sabía que no estaba lejos. No lamento nada de mi Mundial. Uno siempre quiere jugar más, pero fui de los que más saltaron al césped entre los suplentes.

¿Qué cualidades le caracterizaban?

Tenía una mentalidad inquebrantable y no me relajaba nada. Estaba al servicio del colectivo y me mostraba muy activo en el mediocampo, en la recuperación del balón. Aimé Jacquet me sacó a menudo cuando teníamos ventaja en el marcador, para mantener y cerrar el resultado. No era un jugador que pudiese dar un vuelco al partido ofensivamente. Además, si los centrocampistas recuperadores se entregan a fondo, suelen necesitar que los sustituyan.

Es lo que pasó en la final contra Brasil…

Sí, íbamos ganando 2-0 cuando salté al campo, e hice todo lo que pude para contenerlos y volver a sacar el balón jugado limpiamente. Además, Marcel Desailly fue expulsado en el minuto 60 y algo, lo que suponía aún más trabajo. Pero no éramos reacios a desempeñar las tareas defensivas; sobre todo yo, que no tenía el perfil de un ‘diez’ o de un delantero.

Didier Deschamps, que levantó el trofeo el primero en 1998, es el que menos está para celebraciones del 20º aniversario actualmente…

¡Didier tiene otro objetivo mucho más importante! Hoy el jefe es él y, por haber sido ayudante del seleccionador durante cuatro años, sé hasta qué punto es fuerte la presión en ese puesto. Tiene una misión, y dispone de la oportunidad única de unirse al selecto club de los que han ganado el Mundial como jugador y como entrenador.

¿Quiénes serán los líderes de la selección actual en Rusia?

Están Blaise Matuidi, Hugo Lloris… Paul Pogba posee todas las cualidades para dirigir a este equipo, pero pienso que está jugando por debajo de su nivel, y que es necesario que vuelva a centrarse en lo que tiene que hacer, en el balón. En mi opinión, se ha salido del camino que se había trazado. A él le corresponde recuperar el sentido del trabajo y de la entrega. Si no, tenemos jugadores arriba como Antoine Griezmann o el jovencito Kylian Mbappé. Son bazas ofensivas que intimidan a todo el mundo y que pueden tirar del equipo hacia arriba. El equipo está bien estructurado, aunque, para mí, el punto débil siguen siendo los laterales, donde todavía no hemos encontrado los titulares indiscutibles, ni el derecho ni el izquierdo.

¿Francia tiene recursos para aspirar a la victoria?

Aimé Jacquet solía decir: “la gente recuerda a los primeros, y se olvida de los segundos”. En Rusia, no podremos pensar que hemos hecho un buen Mundial terminando cuartos o terceros. Para mí, como ex jugador, ex segundo entrenador y seguidor de la selección de Francia, no hay otro resultado posible que la victoria. Algunos dicen que es demasiado pronto, que el equipo es joven. ¡Pero no! Didier lleva más de cinco años ahí, y tenemos jugadores que militan en los mejores equipos de las mejores ligas europeas. Didier tiene todas las llaves; ahora le toca a él encontrar la cerradura.