Seamos sinceros. Todos sabemos que una alimentación equilibrada y, sobre todo, hacer ejercicio contribuyen a llevar un estilo de vida saludable. Sin embargo, poner en práctica la teoría nos cuesta más de lo deseado.

Y es precisamente aquí donde interviene el proyecto FFIT (“Aficionados al fútbol en movimiento”). Porque el amor por el fútbol es lo que motiva a los participantes a ponerse en forma y a perder peso. FFIT se dirige principalmente a hombres con sobrepeso, pero también a mujeres, con edades comprendidas entre los 35 y los 65 años y con un índice de masa corporal de 28 o superior.

"Nos interesamos por esta iniciativa, porque Football Fans in Training (FFIT) llevaba ya trabajando varios años en la liga escocesa. Y allí participan los 42 clubes profesionales del campeonato", explica el catedrático Reiner Hanewinkel, del Instituto para la Investigación de Terapias y la Salud de IFT-Nord, a FIFA.com.

"Habían publicado un estudio con los efectos de este programa en The Lancet, una revista médica de mucho prestigio. La leímos, nos fascinó y pensamos: ‘Vaya, estaría muy bien hacer algo así en la Bundesliga, que también es una competición con mucho arraigo entre sus hinchas’. Acto seguido, nos dirigimos a la asociación alemana de ayuda contra el cáncer y conseguimos que se sumara al proyecto para implantar el proyecto FFIT en Alemania. De eso hace ya tres años".

Dada su gran popularidad y su inmensa masa social, el fútbol era el medio ideal para dirigirse a los hombres, quienes, a diferencia de las mujeres, se preocupan menos de la prevención.

El éxito de FFIT en Escocia acabó dando la razón a Hanewinkel. Muchos de los aficionados que participaron en el proyecto consiguieron perder entre el cinco y el diez por ciento de su peso y, de este modo, reducir notablemente el riesgo de enfermar.

"Estamos gratamente sorprendidos de que ya sean 22 equipos de la primera, segunda y tercera división alemanas los que participan en el proyecto, entre ellos gigantes como Schalke 04 o Borussia Dortmund. La lista de equipos es estupenda. En principio, a todos les convenció la idea que les trasladamos. Así que no es por falta de interés, porque todos se han mostrado entusiasmados. Lo que hay que ver es si cuentan con los medios locales adecuados, porque hace falta un campo de entrenamiento, una sala y un entrenador que esté con ellos. Son aspectos más bien organizativos".

Con todo, hay una razón muy concreta por la que el proyecto ha triunfado tanto: son los propios clubes quienes facilitan el entrenador y las instalaciones. El programa es gratuito, dura doce semanas y casi siempre se lleva a cabo una vez por semestre. Además, se imparte en espacios que dejan boquiabiertos a los aficionados.

"Es maravilloso verlos. Son como niños pequeños descubriendo las entrañas del estadio y entrando a los vestuarios de sus ídolos. Sacan los móviles y se les saltan las lágrimas de la emoción. Es una motivación fantástica", cuenta Hanewinkel, ganador en 2004 del premio a la prevención en Alemania.

"Además, siempre suele unirse alguien del propio club, algún jugador o un miembro del cuerpo técnico. Alguien a quien conocen los aficionados, y eso los motiva aún más. En el Schalke, Martin Max incluso dio una breve charla. Imposible imaginar nada mejor".

Los programas giran en torno a dos temas básicos: la formación y el ejercicio. En cuanto a la formación, el aspecto fundamental es la alimentación.

"Se les explica detalladamente que la cerveza, por ejemplo, tiene muchas calorías, y se les enseña lo que significa llevar una dieta sana. El segundo punto es el ejercicio, que va aumentando gradualmente a lo largo de esas doce semanas. Al principio, el programa se centra más en la formación que en el ejercicio, pero las sesiones físicas se intensifican según van poniéndose más en forma. Además, los participantes se llevan a casa un podómetro. Nuestro deseo es que aumenten su actividad física diaria y, de este modo, pueden compararla entre ellos. Es una motivación más para intentar hacer más ejercicio cada semana".

Si bien Hanewinkel se muestra satisfecho con el éxito que ha tenido la iniciativa hasta la fecha, también le gustaría "que los clubes mantuvieran cierta regularidad. Que cada año hubiera cursos en la primera y en la segunda vuelta del campeonato. Y de manera continuada, porque así el aficionado se prepararía: ‘Empieza una nueva temporada y, con ella, otro curso. Voy a apuntarme y a participar’".