Han pasado ya quince años, pero para los aficionados mexicanos ese recuerdo quedó para siempre. El festejo fue el dos de octubre de 2005, pero el camino a la gloria comenzó el 16 de septiembre de ese año, cuando México doblegó a Uruguay en su primer partido de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA Perú 2005.

“Fue el momento más feliz de mi carrera”, confiesa César Villaluz en una plática exclusiva con FIFA.com. “Lo sigo recordando como si fuera ayer. Para nosotros siempre va a ser un logro muy importante, y es muy bonito que, aunque pasen los años, la afición lo siga recordando con cariño”.

Los dirigidos por Jesús Ramírez fueron ‘in crescendo’ durante la competición. Clasificaron en segundo lugar del Grupo B, por detrás de Turquía. Pero en la fase final, solo recibieron un gol ante Costa Rica en cuartos de final. Después de eso, su camino al oro fueron goleadas a Países Bajos (4-0) y a Brasil en la final (3-0).

Ese título de campeones fue la confirmación de que el trabajo con juveniles se estaba haciendo bien en México, y sembró el camino a otro título en 2011 y dos finales perdidas en 2013 y 2019. César Villaluz contribuyó en el sector ofensivo, generando goles, pero también creando oportunidades para otros.

“La preparación para el Mundial fue muy importante para conseguir ese logro. Se puso un gran énfasis en lo mental, pero también en lo físico se trabajó bastante bien. Fue el primero de los procesos largos en una selección menor y eso ayudó a que el fútbol se conjuntara y nos conociéramos mejor en la cancha”.

César Villaluz, junto a Giovani Dos Santos y Carlos Vela, fue uno de los jugadores mexicanos que más brillaron en ese Mundial Sub-17, anotando tres goles. Su gran actuación le significó un gran empujón en su carrera.

“Me ayudó mucho para regresar a México y poder debutar joven. Debuté a los 17 años en el Cruz Azul, cuando ahí los más jóvenes debutaban de 23 o 24 años. Entonces me tocó adelantar muchos procesos. Ahora ya hay jugadores de 17 - 18 años que están debutando y consolidándose. También se abrieron espacios hacia afuera: México está exportando jugadores jóvenes a Europa”.

Su paso por uno de los clubes más populares de México estuvo marcado por una época de buen fútbol. Desafortunadamente, no se reflejó en títulos:

"Si pudiera cambiar una cosa en mi carrera, serían los subcampeonatos por campeonatos. Si se hubieran dado, sería un emblemático del Cruz Azul por los títulos y por romper la racha de no ganar un título desde 1997. Eso hubiera cambiado por completo mi historia".

Ahora Villaluz tiene ya 32 años. Su carrera ha tenido claros y oscuros que tiene muy presentes. “Tuve una fractura de peroné, donde prácticamente se ve la cara opuesta a todo lo que venimos hablando. Uno piensa inmediatamente en si puedes seguir jugando, si se acaba ahí tu carrera… Porque un día estás jugando fútbol y al otro día estás en la cama de un hospital. Y ahí eres consciente de que se puede terminar el fútbol. Entonces valoras lo que tienes; el fútbol mismo”.

Con toda esta experiencia, no duda en intentar transmitirla a las generaciones venideras a través de consejos útiles: "si tienen un sueño, si siempre han soñado con la idea de ser profesional, luchen por eso todos los días. Solo nosotros mismos nos podemos poner límites. Y eso sí, hay que trabajar mucho para cumplirlo".

¿Y su futuro? “Con lo de la pandemia que estamos viviendo decidí regresar del fútbol guatemalteco a México; veníamos de jugar una final y perderla. Son decisiones complicadas, pero esperemos que se pueda dar de la mejor manera. Ahorita espero poder seguir jugando unos años más. La edad se va acercando. Queda pensar luego en el retiro y prepararme para ser entrenador o directivo”, finaliza.