viernes 20 noviembre 2020, 04:30

Zetuna: "No podría vivir sin el fútbol"

  • Se celebra el Día Internacional de la Niñez

  • Yousuf Zetuna recuerda su infancia como refugiado

  • Su sueño de pequeño: ser futbolista profesional

Hay personas que juegan al fútbol por diversión. Hay quienes, además, entre jugada y jugada buscan el sueño de convertirse en profesionales. Pero hay otros, como Yousuf Zetuna, que también patean la pelota para olvidar las cosas más duras de la vida.

Zetuna nació en Irak, pero muy joven tuvo que dejar su país por conflictos religiosos. Turquía fue su destino y ahí, en un campo de refugiados, descubrió que la alegría del fútbol era más grande que la tristeza de haber tenido que dejar su casa.

“Desde que nací tuve ese amor por el fútbol. Mi papá fue futbolista y entrenador, así que desde siempre tuve contacto con el fútbol. Cuando me fui a Turquía, a los ocho años, teníamos una escuelita de fútbol para refugiados, así que ahí jugué mucho. Después de clases, en todos mis tiempos libres jugaba”.

En ese tiempo no lo sabía con tanta exactitud, pero ahora que lo analiza, el fútbol jugó un rol muy importante en esa etapa de la infancia. “El fútbol es muy bueno en situaciones como las que yo viví. Siendo un niño refugiado, con tantos problemas y la familia estresada, el fútbol ayuda a olvidar. Porque te puedes dejar llevar por todos los malos pensamientos y no es bueno”.

Estabilidad encontrada

El siguiente paso en su vida fue Estados Unidos, donde su familia encontró la soñada estabilidad y Yousuf, junto con su hermano Yohan, pudieron continuar con su meta de convertirse en futbolistas.

Desde luego, el camino no fue cómodo. “Fue difícil adaptarse a EE.UU. porque teníamos valores y tradiciones distantes. Con el paso del tiempo y con mucha voluntad nos convertimos a la cultura estadounidense de alguna manera”.

“Llegamos cuando tenía como 10 años. Y desde que llegamos, mi papá preguntaba por escuelas de fútbol a la gente que conocía. Hice pruebas en equipos y ya a los 14 años fue cuando comencé mi formación en serio en fuerzas básicas”.

Entonces la vida dio un giro. Un tío suyo en Oaxaca, México, les habló por teléfono para darles una buena noticia. “Él sabía que mi hermano y yo jugábamos fútbol, así que cuando conoció a personas que trabajaban en el club Alebrijes de la Liga de Ascenso, les pidió una oportunidad para nosotros. Nos quedamos un año entrenando sin que nos contrataran y ya luego conseguimos el contrato”.

Me gusta mucho vivir en México. Tengo tres años aquí y ha sido una parte muy importante de mi vida. Me gusta su cultura, sus tradiciones y los tacos de pastor.
Yousuf Zetuna
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Reflectores puestos

Entonces llegó su momento más bonito en su historia en el fútbol, el momento donde valió la pena todo lo que pasó. Fue en un partido de Copa MX contra Toluca, equipo de la Liga MX. “Debuté en 2019 contra Toluca en la Copa MX, ahí valió la pena todo el esfuerzo de mi vida. Había como 15 mil personas en el estadio, era un equipo de primera…”.

La alegría llegó hasta Estados Unidos, donde se encuentran sus padres, quienes comparten con sus hijos la ilusión de llegar al máximo nivel. “Mi papá fue futbolista pero no por mucho tiempo. En su tiempo, en Irak el fútbol no daba para vivir. Estuvo 4 años como profesional y a los 22 años se casó, entonces dejó el fútbol para enfocarse en trabajar y sacar adelante a la familia”.

Todo lo que sé del fútbol me lo enseñó mi papá. A siempre buscar estar feliz para jugar bien. A ser positivo. Siempre me dio muchos consejos de movimientos, de qué hacer en el campo. Para él también es un sueño que yo y mi hermano estemos buscando el sueño de llegar a la primera división. Le da más felicidad a él que a nosotros si nos ve triunfar. Es muy feliz cuando pasa esto”.

Ahora todos los días se entrena en México para lograr concretar con el Saltillo FC, equipo de la Liga Premier que recientemente lo contrató, ese sueño que comenzó en Irak y que ha viajado por todo el mundo, siendo uno de los pilares más profundos en los momentos más complicados de su vida. “En el fútbol hay muchas cosas buenas y malas. Siento que a veces cuando van mal las cosas, te metes cosas en la cabeza, pero no podría vivir sin el fútbol”.