lunes 13 agosto 2018, 19:15

Hazard, en cinco dimensiones

  • El astro belga, tercer puesto y Balón de Plata en Rusia 2018

  • Nominado a The Best al Jugador de la FIFA 2018

  • Desglosamos cinco razones que explican su evolución

El talento puede revelarse a edades tempranas, pero en el caso de Eden Hazard, se mostró incluso impaciente. Tras un debut con la selección de Bélgica a los 17 años y un título de mejor jugador de la Ligue 1 con el Lille a los 20 años, el prodigio continuó su imparable ascensión.

Además de sus regates, su visión de juego y su agilidad, Hazard lleva varias temporadas añadiendo el oportunismo a su repertorio para adquirir otra dimensión. Se esperaba mucho de él en la Copa Mundial de la FIFA 2018 con Bélgica, y respondió a las expectativas.

El capitán de los Diablos Rojos regresó de Rusia 2018 con tres trofeos de Jugador Budweiser del Partido en su equipaje, y con un histórico tercer puesto conquistado para su país. Diez días más tarde, descubría su nombre en la lista de candidatos al premio The Best al Jugador de la FIFA 2018

Antes de conocer si los aficionados, los periodistas, los capitanes de selección y los seleccionadores nacionales lo han incluido entre los tres finalistas, FIFA.com analiza cinco de sus mayores virtudes.

Sentirse como en casa

La capacidad para disfrutar sobre el terreno de juego es uno de los condicionantes más importantes del rendimiento. Se trata de una fórmula difícil de aplicar ante las altas expectativas y lo mucho que hay en juego al máximo nivel, pero Hazard lo lleva inherente a su ADN.

Tras haber pasado su infancia perfeccionando sus regates en el jardín de su casa, siempre consigue distanciarse de lo que está en juego buscando ante todo divertirse, independientemente de la identidad del rival.

Cuestionamiento constante

Hazard, anunciado como un diamante en bruto por pulir desde que tenía 14 años, demuestra una asombrosa capacidad para cuestionarse a sí mismo y progresar. A sus escasos momentos bajos les siguen con frecuencia actuaciones de altos vuelos, como si siempre consiguiese reinventarse tras su apariencia despreocupada.

En Brasil 2014, no encontró en ningún momento su mejor fútbol. “Creo que podría haberlo hecho mucho mejor, a la altura de la calidad de mi juego”, confesaba. Cuatro años más tarde, paseó su talento por Rusia antes de ser elegido Balón de Plata adidas del Mundial.

Registro ampliado

El jugador de 27 años nunca ha tomado mucho la palabra sobre el campo de forma natural, como nos confirmaba su hermano pequeño Thorgan: “Él prefiere expresarse con los pies y dejar a otros los grandes discursos”.

Pero aun siendo un líder técnico antes que ser líder de vestuario, Eden amplió su registro una vez que se convirtió en el capitán de los Diablos Rojos ante la satisfacción general; empezando por Roberto Martínez: “Ha sido un auténtico capitán, un líder, alguien que siempre es él mismo”.

Regates útiles y oportunos

Aunque la gama de regates de Hazard no sea la más completa, sí se ha convertido en una de las mejor dominadas. Es el artista del regate útil. ¿Una de sus especialidades? Sus fintas jugando con su cuerpo para desorientar a los rivales sin tocar el balón; todo ello con la capacidad de saber elegir su momento –otro sello de los grandes–.

Su facultad para adquirir velocidad antes de ralentizarla para ajustarse a la velocidad de su marcador e imponerle un nuevo cambio de ritmo ha frustrado a más de un defensa en 2018.

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Madurez y sentido de la responsabilidad

Detrás de su apariencia despegada, Hazard ha adquirido consciencia de las expectativas depositadas en él y de la responsabilidad que les acompaña, como señalaba al comienzo de Rusia 2018: “Es ahí donde se verá si soy un gran jugador; si respondo cuando se me necesita”.

Su talento siempre ha resonado como una evidencia, pero el nuevo Hazard se desmarca ahora por su madurez. Una madurez que podría hacerle pasar definitivamente a otra dimensión el próximo 24 de septiembre en Londres…