jueves 17 diciembre 2020, 07:42

Bocelli: "El fútbol emociona y conmueve, une y divide"

  • El célebre tenor Andrea Bocelli nos dice cuál es el mejor jugador del mundo

  • Recuerda los títulos conquistados por Italia en España 1982 y Alemania 2006

  • Habla de cuando cantó para el Leicester City y el You’ll Never Walk Alone

Un niño de la Toscana creció teniendo como ídolos a hombres que brillaban jugando al fútbol y divirtiendo a los demás. Había un lateral que hacía sentir al público como si estuviese en una montaña rusa, un centrocampista al que llamaban “el Arquitecto”, un extremo conocido como “la Zurda de Dios”, un trequartista que se recuerda como uno de los jugadores más apasionantes que haya dado nunca el fútbol italiano, y un guardameta que admitió que, de joven, esperaba a lanzarse hasta el último momento para experimentar la emoción de hacer una atajada espectacular.

Aun así, ese guardameta no alcanzaría el estrellato por su habilidad con las manos. Se trataba de Luciano Pavarotti, quien abandonó a su pesar una posible carrera bajo palos para emprender otra como cantante, y terminaría convirtiéndose en uno de los más grandes tenores operísticos de la historia.

Andrea Bocelli, como su ídolo, se crió entre pasión por el calcio y la música. Con apenas cinco meses de edad se le diagnosticó un glaucoma congénito y a los 12 años sufrió un accidente jugando como guardameta —el balón le golpeó en un ojo— y perdió la vista de forma permanente.

Bocelli se convertiría en uno de los artistas musicales de mayor éxito de todos los tiempos y su canción con la soprano británica Sarah Brightman, Time to Say Goodbye, es uno de los sencillos más vendidos de la historia. En todo este tiempo, no ha dejado de lado su pasión por el deporte rey.

En vísperas de la ceremonia de The Best FIFA Football Awards™, que podemos seguir en vivo en FIFA.com a partir de las 19:00 CET, Bocelli ha hablado con nosotros de todo lo relacionado con el fútbol.

Andrea, es usted hincha del Inter de Milán. ¿Quiénes eran sus ídolos y cómo llegó enamorarse del club?

El fútbol me ha gustado siempre, desde niño, cuando estaba en el internado y escuchaba Tutto il calcio minuto per minuto [“Todo el fútbol minuto a minuto”] en una radio portátil. Es la gran pasión de todos los italianos, uno no se cansa de ella nunca. Es una forma de seguir siendo niño, incluso a mi edad. Me hice seguidor de verdad del Inter cuando el equipo era muy potente y lo ganaba todo. Tenía un plantel fantástico, lo recuerdo perfectamente, como todo hincha del Inter que se precie: ¡Sarti, Burgnich, Facchetti, Bedin, Guarneri, Picchi, Jair, Mazzola, Domenghini, Suárez, Corso!

Y también comparte con su familia el ser del Inter. ¿Cuáles son sus jugadores preferidos del equipo actual?

Sí, se lo he transmitido a mis dos hijos, Amos y Matteo, y admito que estoy intentando hacerlo también con mi hija de ocho años, Virginia, aunque no parece que le interese mucho. Ser del Inter en los últimos años ha traído bastante sufrimiento, porque es un equipo que siempre hace sufrir. El plantel actual tiene varios grandes jugadores a los que admiro muchísimo: Romelu Lukaku, por ejemplo, porque siempre se entrega en cuerpo y alma, y Alessandro Bastoni, amigo mío también, Stefan de Vrij y el nuevo fichaje, Achraf Hakimi.

¿Qué le parece el ambiente de los estadios de fútbol comparado con el de una sala de conciertos o el de un estadio cuando usted actúa? ¿Le provoca sentimientos diferentes?

El peso de la responsabilidad es muy distinto, ya que en la primera situación, aunque sigue siendo algo muy apasionante, no soy más que un hincha, mientras que en los conciertos yo soy el que tiene que mandar el balón al fondo de la red siempre, sin cometer ningún error. Aparte de eso, el fútbol puede suscitar sensaciones parecidas a las que se generan en un teatro de la ópera, en cierto modo. En su sentido de ritual, su capacidad para atraer un sano fanatismo y un tribalismo exaltado, el fútbol también proyecta la vida en la experiencia del juego. Invoca desafíos a la muerte, impulsos de generosidad y heroísmo, infortunios fatales y victorias maravillosas.

En los dos casos es un juego, aunque se toma muy en serio. Un juego que emociona y conmueve, que une y divide. En la ópera, como en el campo de fútbol, tenemos un escenario de héroes. Los actores del sueño en el que decidimos vivir, artistas de la cuerda floja, que corren, imitando batallas, que ofrecen actuaciones de virtuoso, que aman y odian, que se caen y vuelven a levantarse, expuestos al juicio de las gradas, forzosamente imparcial, por supuesto, y siempre en el equilibrio entre la gloria y la derrota.

¿Quién cree que es el mejor jugador del mundo en estos momentos?

Yo diría que es un delicado equilibrio entre Ronaldo y Messi. Probablemente Messi sea el mejor en cuanto a técnica, mientras que Ronaldo es mejor atleta.

¿Cuál es su primer recuerdo del Mundial?

Mi primer recuerdo claro del Mundial se remonta a 1970, cuando Italia llegó a la final en México, después de ganar por 4-3 a la RFA en un partido legendario que aún hoy se conoce como “el Partido del Siglo”. Por desgracia, perdimos la final contra el Brasil de Pelé.

¿Y le emocionó más el triunfo de Italia en España 1982 o en Alemania 2006?

Los dos igual. En el 82 la victoria fue más clara, por supuesto. En España merecimos ganar con creces, y hubo una gran diferencia de goles contra una RFA muy potente. En 2006 vi el Mundial con mis hijos y fue muy apasionante, pero ganamos en los penales, en el último suspiro, con un gol de Fabio Grosso. Fueron experiencias fantásticas las dos, pero muy distintas.

Usted cantó en el estadio del Leicester City después de que el club ganase la Premier League entrenado por Claudio Ranieri. ¿Por qué y cómo surgió la idea de esa actuación?

Fue una experiencia única y muy gratificante, a caballo entre el deporte y mi sentido del patriotismo. Me emocionó mucho lo que hizo el Leicester, fue un verdadero cuento de hadas gracias a su habilidad y su trabajo en equipo. Fue una lección de vida, y nos recuerda una gran verdad: querer es poder. Como esa trayectoria la había dirigido un compatriota mío, Claudio Ranieri, como usted bien dice, le pedí su número a mi amigo Javier Zanetti y lo llamé directamente para expresarle mi admiración y me ofrecí a cantar para su equipo. Fijamos una fecha y por suerte coincidió con aquel día sensacional de celebración, su primer domingo como campeones de la Premier League en el King Power Stadium.

Una de las canciones de su nuevo álbum, Believe, es un himno que sienten aficionados de muchos clubes diferentes: You’ll Never Walk Alone. ¿Por qué eligió esa en concreto?

Es cierto, es una de las canciones más emotivas y más amadas de la historia del fútbol, pero esta vez la elegí por la profunda espiritualidad que evoca. Es una canción que une a la gente, que reconforta el corazón de las grandes masas, y una especie de declaración de amor, de solidaridad colectiva, de unidad durante los tiempos oscuros. Me pareció perfecta para Believe, un álbum concebido en este año complicado, con el objetivo de crear una secuencia de obras que fuesen buenas para el alma. Obras variadas, sin límites ni de estilo ni de periodo, pero todas ellas capaces de dar a su manera a quienes las escuchan el don de la motivación para encontrar su propia dimensión espiritual, y de escuchar su razonamiento.

Son muy conocidos la amistad y los vínculos que le unen con Luciano Pavarotti. En 1990, Nessun dorma se convirtió en sinónimo del Mundial celebrado en Italia. En su opinión, ¿qué canción representa, a través de su letra, el carácter dramático del deporte rey?

Sí, casi podría decirse que Nessun dorma lleva la firma de Luciano. Además de ser el himno de la victoria para todos los tenores, el aria, con su enardecedor “Vincerò” repetido tres veces, condensaba al mismo tiempo la personalidad radiante del maestro Pavarotti y su vida. La decisión de hacer de esta obra de Puccini la banda sonora del Mundial fue una idea poderosísima y muy efectiva, y tuvo mi respaldo más entusiasta.

Como apasionado por el fútbol y joven cantante de ópera que intentaba entonces abrirse su propio camino, yo recuerdo seguir el evento pegado al televisor. Me impactó que aquel experimento, aquella decisión, tan brillante y perspicaz en su sencillez, llegase a la gente, le devolviese a la opera su público, recuperase una imagen del joven cantante de ópera, o más bien tenor, que se había ido perdiendo gradualmente con el paso del tiempo.

La próxima UEFA EURO y el próximo Mundial se celebrarán en 2021 y 2022 respectivamente. ¿Qué opciones cree que tiene Italia y cuál es la clave del éxito de los Azzurri?

Son dos torneos muy importantes del fútbol de selecciones. Ojalá podamos disfrutarlos con plena seguridad y con toda la alegría de poder volver a abrazarnos y alegrarnos juntos en los estadios. No voy a hacer pronósticos, pero soy optimista por naturaleza y un patriota, así que no tengo ninguna duda de que vamos a poder celebrar grandes resultados.

Las ganadoras y los ganadores de todas las categorías, incluidos los del Premio a la Afición de la FIFA y del Premio Fair Play de la FIFA, se darán a conocer el 17 de diciembre de 2020 a partir de las 19:00 (CET) en un programa transmitido en directo.

Encontrarás toda la actualidad sobre los The Best FIFA Football Awards™ en FIFA.com, en la página oficial de Facebook de The Best FIFA Football Awards™ y en el canal de YouTube de la FIFA.

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